El antisemitismo y la dimensión ideológica de la Nueva Guerra Fría

Imaginen que durante la campaña de referéndum sobre la salida del Reino Unido de la Unión Europea alguien hubiera usado el argumento de que el país despilfarraba recursos con sus contribuciones al Fondo de Cohesión. Y acompañara el mensaje con una caricatura en la que se representaba a los habitantes de los países PIGS como vagos y ladrones por naturaleza. Nos parecería un mensaje racista, más allá de la exactitud de los datos empleados o que efectivamente el dinero europeo fuera dilapidado en España en tramas corruptas. El asunto de fondo quedaría entonces al margen ante un mensaje despreciable. Algo así perpetró Izquierda Unida de Madrid el pasado jueves día 7 de julio en su campaña contra la visita del presidente Obama a España.

IU Antisemita

Podríamos señalar la ironía de que el presidente Obama fuera bievenido en Cuba mientras que los comunistas españoles monten una campaña contra su visita.

Considerando que el viernes arrancó en Varsovia una cumbre de la OTAN en la que Rusia será un tema central, tendré pronto que volver a hablar aquí sobre la Nueva Guerra Fría. No creo que quede alguien a estas alturas que niegue que hemos entrado en una nueva fase de las relaciones de Occidente y Rusia, aunque no nos pongamos de acuerdo con el nombre. Es fácil entender la rivalidad geopolítica de Occidente y Rusia. Es visible en lugares como Ucrania y Siria. Pero considero que estamos en una Nueva Guerra Fría porque el conflicto tiene una dimensión ideológica que no resulta evidente a primera vista y que se extiende a ámbitos tan diversos como la cultura o el deporte.

Si repasamos las alianzas de Rusia en Oriente Medio con los países del «Eje de la Resistencia» y en Hispanoamérica con algunos de los países del ALBA vemos que todo arrancó de manera coyuntural. Por ejemplo, Venezuela se acercó a Rusia tras bloquear Estados Unidos en 2005 la exportación de tecnología israelí para modernizar los cazabombarderos F-16A, la punta de lanza de fuerza aérea venezolana. El gobierno venezolano decidió entonces, en medio de los temores a una invasión estadounidense, a firmar un gran contrato de armas con Rusia en 2006. Sería el comienzo de una relación en el que se firmarían más contratos de armas importantes, habría visitas militares rusas a Venezuela y se realizarían maniobras conjuntas.

S-300VM Venezolano
Lanzadera de misiles S-300VM de origen ruso del 394º Grupo Misilístico Antiaéreo «Comandante Supremo Teniente Coronel Hugo Chávez Frías». Foto vía VenezuelaDefensa.com

Existen diferencias sustanciales en el funcionamiento de la política en Rusia, Venezuela e Irán, pero encontramos que los gobiernos y sus entornos comparten un discurso contra la hegemonía estadounidense, el intervencionismo de la OTAN y la influencia cultural de Occidente. Esa misma visión del orden internacional unió a aliados tan dispares, sin olvidar que no sólo hablamos de las relaciones de Rusia con el resto, sino también de la que mantienen Venezuela e Irán.

Aparte de una misma visión sobre el orden internacional, encontramos el parecido del discurso político que mantienen de puertas adentro los gobiernos de países tan diferentes. Afirman que defienden los intereses de las masas populares, los  «oprimidos» (mostazafin) en Irán y los «descamisados» en Argentina, desatendidas por unas élites occidentalizadas y traidoras. El líder sería por tanto la encarnación del Pueblo y su legimitidad no necesita ser validada en un sistema electoral al estilo occidental.

Donde mejor quedaron sintentizados esos dos pilares ideológicos fue en la Argentina kirchnerista, donde se hablaba del proyecto «nacional popular» (nac & pop). La expresión «nacional popular» tiene su origen en Antonio Gramsci, que propuso un populismo de izquierdas como respuesta al auge del fascismo, aunque él empleara la expresión en su análisis de la cultura italiana. Las ideas de Gramsci fueron retomadas por el argentino Ernesto Laclau, que trató de darle empaque intelectual al populismo en La Razón Populista.  Laclau ejerció así de intelectual orgánico del kirchnerismo desde la comodidad de la Universidad de Exeter, en el Reino Unido. Michael Eltchaninoff emplea también el concepto «nacional popular» en su imprescindible libro En la cabeza de Vladimir Putin (Librooks, 2015) para definir la escurridiza naturaleza ideológica del «putinismo».

14263492287025
Ahmadinejad, Putin, Maduro y Morales en una cumbre de países exportadores de gas. Foto: EFE vía El Mundo.

El discurso «nacional popular» no puede ser diseccionado desde las coordenadas clásicas de izquierda-derecha. De ahí que encontremos en Europa fuerzas a izquierda y a derecha despotricando de la globalización neoliberal, de los burócratas de Bruselas, de la clase política, etc. mientras recogen el voto protesta. Como ya señalé en su momento, no sin recibir muchos ataques personales en las redes sociales, en la Unión Europa encontramos un punto de convergencia. En las votaciones concernientes a Rusia y Ucrania en el Parlamento Europeo partidos tan diferentes como el británico UKIP, el español Podemos, el francés Front National y el alemán Die Linke votan a favor de los intereses rusos. Votaron en contra del Acuerdo de asociación de Ucrania y la Unión Europea. Y han votado en contra de las condenas a la anexión de Crimea y al papel de Rusia en el conflicto ucraniano.

54e32b4e71139e95208b45be
Gráfico del canal público ruso RT.

En la extraña confusión ideológica de la Nueva Guerra Fría ultraderechistas franceses y comunistas españoles acudieron a luchar codo con codo en la Brigada Prizrak (Fantasma) en las filas separatistas de la Ucrania oriental. O encontramos que en España, el régimen de Bashar Al Assad es apoyado por los neofacistas del Movimiento Social Republicano y los comunistas de Izquierda Unida. Esas líneas ideológicas tan difusas, donde las simpatías por la Rusia de Putin y  el rechazo a lo que encarnan Estados Unidos y la Unión Europea son más relevantes que el eje izquierda-derecha, es lo que hace que resulte difícil explicar la dimensión ideológica de la Nueva Guerra Fría.

Pero hay otro asunto más que se convierte en un extraño polo de convergencia ideológica a izquierda y derecha. Las simpatías hacia el Eje de la Resistencia (Irán, Siria, Hezbolá y HAMAS) y hacia a la causa palestina sirven de excusa para el tradicional antisemitismo que ahoran practican tanto ultraderecha como ultraizquierda. En Rusia, donde los fundamentos ideológicos del «putinismo» están en construcción y una reinterpretación del pasado histórico está en marcha, el antisemitismo ha vuelto al discurso público.

En Argentina la presidenta Cristina Fernández de Kirchner les recomendó  a los estudiantes de un colegio leer El Mercader de Venecia (donde aparece la figura del usurero judío Shylock) «para entender a los fondos buitres» ya que «[l]a usura y los chupasangre ya fueron inmortalizados por la mejor literatura hace siglos». Lo que es una anécdota, hay que entenderlo en el contexto de las relaciones entonces de Argentina e Irán, cuya investigación le costó la vida al fiscal Alberto Nisman. El discurso antisemita fue asumido por las bases kirchneristas en su doble vertiente de rechazo de Israel y de los judíos como encarnación del capitalismo internacional.

antisemitismo-argentina
Foto vía Eliminando Variables.

En Reino Unido y Alemania hemos tenido además ejemplos recientes. Jeremy Corbyn, actual líder del Partido Laborista y declarado «amigo de Hezbolá y HAMAS», se vio presionado a crear una comisión para investigar el percibido ambiente de antisemitismo rampante en el partido tras su llegada al puesto. El día de la presentación del informe, que concluía que no existía antisemitismo en el partido y hacía recomendaciones para combatirlo, Corbyn se mostró opuesto a discriminar y atacar a los ciudadanos de Israel porque, según él, eso sería equivalente a atacar a los musulmanes de todo el mundo por la acciones del Estado Islámico. La comparación entre Israel y el Estado Islámico no ayudó a despejar las dudas sobre el antisemitismo en el partido.

En Alemania, por su parte, estalló la polémica tras descubrirse que en un libro publicado en 2012 por un parlamentario regional del partido Alternativa para Alemania (AfD), un partido considerado el equivalente alemán del Front National francés y que simpatiza con Putin, defendía a los negadores del Holocausto y afirmaba que Los Protocolos de los Sabios de Sión era una obra que reflejaba los planes reales de los judíos para la dominación mundial.

Y finalmente llegamos a España. Recordemos el apoyo del Partido Comunista de España (principal partido de la coalición Izquierda Unida) a un acto de solidaridad con el régimen de Bashar Al Assad celebrado el año pasado en Madrid en el que intervino Francisco Frutos, quien fuera secretario general del Partido Comunista de España entre 1998 y 2009. El apoyo de Paco Frutos al régimen sirio no fue cosa puntual, habiendo viajado recienteme al país para reunirse con miembros del partido de Bashar Al Assad y dedicado varias entradas de su blog a loar al régimen sirio.

04_02_siria
Francisco Frutos en Siria. Foto: Crónica Popular.

La visita de Francisco Frutos a Siria para reunirse con miembros del régimen no fue una iniciativa personal y aislada. Ayer sábado día 9 de julio el eurodiputado de Izquierda Unida Javier Couso llegó a Damasco tras pasar por Beirut, donde se reunió «con representantes de la rama política de Hezbolá y del Partido Comunista de Líbano». Hoy domingo se reunirá con el presidente Bashar al Asad «para analizar la situación del conflicto y las vías para avanzar hacia la paz en Siria». En el Parlamento Europeo, Izquierda Unida votó en contra del Acuerdo de Asociación de Ucrania y la Unión Europea. Votó en contra de las condenas a la anexión rusa de Crimea y del papel de Rusia en el conflicto ucraniano. Los ataques a Israel y el antisemitismo no tenemos que entenderlo como el resultado de una postura moral ante el conflicto árabe-israelí. Es el producto de un posicionamiento ideológico.

La Nueva Guerra Fría es un concepto en construcción. Anteriormente en GuerrasPosmodernas.com
La dimensión ideológica de la Nueva Guerra Fría (28 agosto 2015)
Reconsiderando la Nueva Guerra Fría (7 agosto 2015)
La gran paradoja ideológica de la Nueva Guerra Fría (14 junio 2015)
Un esquema provisional de la Nueva Guerra Fría (29 enero 2015)
La Nueva Guerra Fría (10 septiembre 2014)

Guardar

20 respuestas a “El antisemitismo y la dimensión ideológica de la Nueva Guerra Fría

  1. a mi entender un artículo confuso que entremezcla demasiadas temática de forma errónea. Es cierto que parte de la izquierda ha perdido el norte abrazando a cualquier régimen contrario a US, en especial a Rusia por las reminiscencias soviéticas. Sin embargo, tachar de antisemita o «amigo de Hamás y Hezbollah» a todo aquel que sea contrario de la colonización de palestina… es un ejemplo de propaganda difícilmente argumentable. Pareciere que a la OTAN todo aquel que se desmarque de su pensamiento geoestratégico es un traidor amigo de los nazis ultraderechistas y de los comunistas utópicos. Un poco de seriedad y menos parcialidad.

    Respecto a la «nueva guerra fría», tiene todos los visos de ser una guerra imperialista entre dos potencias y sus aliados, el componente ideológico es el nacionalismo.

    1. A ver. Que parece que afirmas que me lo estoy inventado. Corbyn se declaró en su momento amigo de Hezbolá y HAMAS. Al eurodiputado Javier Couso de Izquierda Unida lo tenías estos días de visita en Líbano y Siria para reunirse con jn representante de Hezbolá y Bashar Al Assad. Que no son conjeturas, ni sospechas. Lo han dicho y hecho ellos.

  2. «tachar de antisemita o “amigo de Hamás y Hezbollah” a todo aquel que sea contrario de la colonización de palestina»

    Me pregunto si te has dado cuenta de que el artículo cuenta como un Eurodiputado de IU se ha reunido en Líbano con Hezbollah.

  3. Así es. O todo el que ose criticar las vergonzosas políticas de la Troika y su evidente desprecio a la democracia, automáticamente tachado de estar al servicio del kremlin. Es todo porque el malvado Putin le lava la cabeza a todo el mundo, y no porque el liberalismo extremo haya acabado cometiendo excesos. Tal como anticipaba Polanyi que conducía al fascismo con el doble movement. Pero todo eso no importa…

    1. Se puede criticar a la Troika, al liberalismo, a Occidente… todo lo que se quiera. Pero cuando las políticas que se ponen como ejemplo y los aliados que se tienen son Irán, la Rusia de Putin, la Venezuela bolivariana, el kirchnerismo, el régimen de Assad, grupos terroristas como Hamas y Hezbollah… también importa.

      1. Siempre el mismo argumento. «Según tú, cualquiera que critica a la OTAN y la UE es amigo de Putin». Y tienes a Farage, diciendo que Putin es su líder mundial favorito. A Tsipras visitando Moscú durante la guerra de Ucrania para desmarcarse de la UE. A Unidos Podemos proponiendo una alianza militar con Rusia. A las juventudes de AfD firmando un acuerdo con el movimiento NASHI. Etc, etc, etc…

    2. «Automáticamente no», tras ver sus votaciones en el Parlamento Europeo en lo concerniente a Rusia y la crisis de Ucrania. Revisa el punto 327 del programa electoral de Unidos Podemos en las úlitmas elecciones y luego me cuentas.

  4. Un representante de un partido supuestamente laico reuniéndose con un grupo como Hezbollá que castiga la homosexualidad y discrimina a la mujer…

  5. Pienso que Jesús se equivoca al calificar a la ultraderecha de antisemita –lo fue en un pasado, ahora es projudía e islamófoba– o al creer que Putin promueve el antisemitismo. Que Putin se lleve bien con Irán y mal con EEUU no quiere decir que se lleve mal con Israel; de hecho, es posible que se lleve mejor con Israel que Obama. El dinero ruso ha influido en que la ultraderecha europea se vuelva projudía y radicalmente islamófoba.

    Por otra parte, la izquierda viene siendo proiraní en los últimos veinte años, que yo recuerde, por lo que las posiciones de Paco Frutos o Javier Couso no suponen ninguna novedad. El régimen iraní ha dedicado ingentes recursos a la propaganda y domina el discurso en Internet.

  6. Un inciso ¿qué proponen los Otanistas para resolver el conflicto Sirio? Vale, que tumbar a Assad ¿y poner qué y a quién? en plena guerra civil donde se juega incluso la soberanía y existencia geográfica de un país a manos de radicales y moderados los experimentos democráticos no son viables. Que sí, que Assad es un Dictador, pero hoy por hoy es un elemento fuerte contra el terrorismo en la región. La progresía ve todo blanco y negro pero en la geopolítica internacional hay que pensar a futuro. Que ya sabemos lo que pasa cuando invaden y deponen a favor de una entelequia demócrata y occidental.

  7. Hola Jesús,

    Comparto que estamos ante nuevos híbridos coyunturales de ultra izquierda y derecha. Lo de Venezuela es cierto, viví del 2009 al 2012 y estuve siguiendo el proceso de la Revolución Bolivariana durante diez años, es así los aliados de Chávez era el contra eje de la hegemonía capitalista Irán, Irak etc., pero no fue tan inteligente en su geo política, a nivel sudamericano generó alianzas con sus petrodólares fortaleciendo a los partidos políticos de izquierda que luego fueran gobiernos, hasta ahí iba bien, pero nunca consiguió apoyo explícitos de países como España, si bien Zapatero le ha echado una mano, hoy por hoy no pudo concretar el diálogo entre oposición y gobierno estas posturas son ideologicamente irreconciliables pero tienen que llegar a un acuerdo porque Venezuela esta hundida en la peor crisis económica de toda su historia y los amigos del continente no han hecho nada para parar el hambre que parece el pueblo, o sea que la coyuntura se quedo en tratados como la CELAC sin efecto y acción, porque a la hora de la solidaridad estas «pseudo izquierdas» se han olvidado de los pueblos y cada gobernante esta preocupado en salir de las crisis que se nos avecina por los efectos domino de la UE.

    saludos desde Montevideo
    Johana

    1. La mejor ayuda que se le podría ofrecer a Venezuela es condenar al régimen socialista y apoyar una transición a la Democracia, que será la que restituya las libertades necesarias para que el país vuelva a tener comida en abundancia, prosperidad, dinamismo, seguridad, cultura ciudadana, todo lo que el socialismo no permite pues.
      Por cierto, las posturas del régimen y de la alternativa democrática son más parecidas de lo que crees, sin dudas NO muy parecidas y con vastas distancias, pero más parecidas de lo que crees, pues socialdemócratas y socialistas moderados no faltan en la Mesa de la Unidad Democrática, que constantemente da la impresión de querer censurar a los liberales que también hacen vida allí, aunque el liderazgo de María Corina Machado, por ejemplo, supera esos intentos y más.

      Saludos desde la Venezuela socialista, luchando por la Venezuela libre.

Los comentarios están cerrados.

Esta web funciona gracias a WordPress.com.

Subir ↑