La biblioteca de los libros que nunca escribí

De vez en cuando, releyendo viejas entradas del blog, reparo en algún párrafo donde menciono que estoy trabajando en un libro o artículo que nunca escribí. La acumulación de borradores de artículos en el disco duro no es un problema, porque en mi cabeza sólo estoy esperando el momento adecuado para ir terminando muchos de ellos. El caso de los libros es más doloroso. Cada proyecto de libro supuso un proceso de entusiasmo febril que implicó la compra masiva de libros, tardes en la biblioteca tomando notas y noches de insomnio reorganizando el esquema de trabajo para finalmente ir disipándose el esfuerzo hasta llegar al abandono. Y la lista de proyectos abandonados es dolorosamente larga. Todo un problema, porque el resultado es que doce años después de la aparición de mi primer libro no he publicado otro.

Nada más salir publicado el libro Guerras Posmodernas sentía que había un tema importante que no había tratado, la guerra en red, porque no había sabido encajarlo en el discurso sin que pareciera un pegote. Mi idea era hablar de las nuevas estructuras más horizontales que parecían surgir en los movimientos insurgentes, el terrorismo y la guerra convencional, sin olvidar los movimientos de protesta social y el hacktivismo. El problema surgió cuando pasé de la lectura de los marcos teóricos a la realidad. Véase Brave New War de John Robb (2007) y El poder de las redes de David de Ugarte (2008). El mundo se había llenado de combatientes conectados pero no pareciera que los ejércitos renunciaran a la jerarquía vertical o que la organización en redes distribuidas fuera necesariamente una estrategia necesariamente ganadora.

Un proyecto más concreto fue tratar de contar la historia del yihadismo en el Sahel. Un tema de máximo interés para España pero del que no había un texto de referencia, tan sólo artículos. Caí en uno de los principales errores de novato: quedar atrapado en las arenas movedizas de los «antecedentes históricos» y el «contexto». No se puede entender el yihadismo en Mali sin el contagio del yihadismo argelino, que a su vez no se puede entender sin estudiar la guerra civil de los años 90. Y no se puede entender el yihadismo del Sahel sin entender la realidad material de la región, así que me vi un día estudiando un libro de geografía física del Sáhara. Lo que pretendía ser un proyecto de un tema acotado y tangible se terminó conviertiendo en una empresa agotadora por la multiplicación de temas. Sólo tengo que decir que nunca escribiré un libro sobre el yihadismo en el Sahel porque en los últimos años han salido dos libros que se ocupan del tema: Jihadists of North Africa and the Sahel de Alexander Thurston (2020) y Los grupos armados del Sahel de Beatriz Mesa (2022).

Por el camino la Geopolítica se convirtió en un tema de interés para mí ante la falta de interés por la materia en España, país donde prolifera la Geopolítica Crítica y la Geopolítica Pop. Así que pensé en escribir un libro de introducción a la materia y más tarde pensé en uno sobre los grandes temas de la disciplina que se titularía algo así como El Gran Juego de Eurasia: los desafíos geopolíticos del siglo XXI. El proyecto fue cambiando para limitarse a cubrir alguna región o convertirse en una serie de libros. Otra vez me veía ante un proyecto ambicioso que cubría excesivos temas y que me hubiera obligado a mucho tiempo de lecturas preparatorias. Y es que, como podemos ver, me empeñaba en querer escribir los libros que consideraba hacían falta en España. No los libros que yo estaba capacitado para escribir.

Una lección de Geopolítica clásica en mi canal de Youtube.

No puedo hablar de mis proyectos de libro fallidos sin mencionar la que hubiera sido la obra que me habría lanzado al mainstream editorial: La Nueva Guerra Fría. Mientras el mundo académico y la intelligentsia española despreciaba la importancia de la crisis ucraniana de 2014 y culpaba exclusivamente a Occidente de lo sucedido, yo señalé desde aquí en mi blog que los acontecimientos de aquel año no eran más que un paso más de un desafío de la Rusia de Vladimir Putin a Occidente y que constituía una Guerra Fría por tratarse de un conflicto geopolítico en el que se enfrentan dos modelos políticos. Me ahorraré contar las críticas al concepto cuyo principal problema fue haber sido presentado demasiado pronto.Los acontecimientos fueron encajando uno tras otro en el modelo. Desde el pacto electoral de Grecia en 2015 a la muerte de Alberto Nisman. Recuerdo la perplejidad que me causó mirar el esquema de relaciones que dibujé un día en el Microsoft Paint porque mi modelo establecía que Rusia debía ser aliada de Hezbolá e Israel de las monarquías sunníes. Resultó que Rusia intervino en Siria y los SpetNaz terminaron luciendo el parche de Hezbolá en el hombro durante la batalla de Alepo. Pasarían años hasta los Acuerdos de Abraham. Pero la presidencia de Donald Trump (2017-2021) complicó la situación, con un presidente populista en la Casa Blanca enfrentado al Estado Profundo («Deep State») y con extrañas conexiones con Vladimir Putin. Sabía que el libro sería escrutado por los prorrusos españoles, por lo que me sentía obligado a darle una base sólida a los argumentos. Nuevamente, me enfrentaba a una tarea titánica de profundizar en un montón de temas diferentes y explicar sus conexiones.

Y por supuesto, no pasó mucho tiempo después de la publicación de mi primer y único libro que quise lanzar una versión corregida, puesta al día y mejorada. El esquema del proyecto ha tenido unas diez versiones, uniéndose con otros proyectos varias veces por el camino hasta que finalmente asumí que es absurdo escribir un libro que explique las Guerras Posmodernas. Hacen falta varios. Y esa es la principal lección de este periplo. Entender que hay un valor en libros que conecten conceptos y busque las conexiones entre fenómenos. Pero hay un límite de tiempo, energía y ganas que uno puede dedicar a los proyectos excesivamente ambiciosos. Que los esquemas de libros que quieren explicar demasiados temas me dejan siempre la sensación de que cada tema es tratado de forma superficial y que corro el riesgo de meter la pata en alguna materia que no domino. Así que no habrá versión corregida y aumentada del libro Guerras Posmodernas. Habrá algún día un libro sobre los actores no estatales en las Guerras Posmodernas. Y espero que en 2023 las circunstancias sean propicias para trabajar en un proyecto de libro de contenido acotado en el que la bibliografía para prepararlo cabe en una mochila

8 respuestas a “La biblioteca de los libros que nunca escribí

  1. Recuerdo algunas de las críticas (bastantes de ellas acompañadas de insultos) que recibiste tras la invasión de Crimea y el Donbás en 2014 cuando hablaste, entonces, de la Nueva Guerra Fría. Anticipaste con mucha antelación lo que posteriormente ha ido sucediendo.

  2. No creo que en 2023 vayas a tener tiempo de escribir. La guerra de Ucrania va a seguir y según repunte el interés te llamarán para la TV y eso quita mucho tiempo.
    Si, yo también recuerdo como muchos a ti y a Guillermo os criticaban por hablar de nueva guerra fría y algunos os acusaban de no tener ni idea del concepto de guerra fría.

  3. Siempre tan acertado, tu sinceridad sobre algo que le pasa a mucha gente demuestra mucho de ti. Pero lo que es más importante, coincidimos en muchos de esos libros sin escribir y por eso te animo a llevarlos a buen puerto, aunque sea con ayuda.

  4. En realidad se trata de un Don . Un Don bastante especial , inusual y nada común pero con una carga tan valiosa y vital como con todo lo relacionado con estas materias tan metafísicas y ciertamente tan importantes como lo son las capacidades extras a nivel sensorial y cognitivo con las que algunas personas nacen . Y esto simplemente es así . Y luego también la sinceridad , la cordura y la difícil objetividad para difundir las conclusiones definitivas acerca de estos asuntos tan delicados y espinosos como lo son los temas geopolíticos , a pesar del rechazo que podría suscitar como contrapartida . Verdades incómodas y ciertamente desafiantes . Lo dicho , una habilidad especial innata , poco común y de extrema valía . Enhorabuena .

    1. Carta dirigida al Señor Jesús M. Pérez Triana :
      Primeramente quiero felicitarle por desempeñar una extensa y no menos
      complicada labor en asuntos tan delicados como la geoestratégia así como los asuntos espinosos de la infravalorada pero de factor supercrítico como lo son los sistemas empleados en Defensa . Sin embargo , sí tengo al menos el deber moral y responsable de señalarle determinados artículos editados por Usted , en los que peca de dar por buenas ciertas suposiciones inciertas y aderezándolo además con infravaloraciones prosaicas acerca de nuestra filosofía y crédito de la geoestrategia establecida , enfocada , analizada y realizada de manera acertada por no pocas personas responsables , ínclitos tecnólogos y estrategas consumados de nuestro país a lo largo de los tiempos , rebatiéndo y queríendo transformar , y lo peor de todo , tratando de inventar una nueva filosofía sacada de una de sus mangas , plasmada en la desconcertante lectura de ese artículo en concreto , dónde Usted pone en entredicho y en la picota , el desempeño de unas realidades y unos fundamentos plenamente comprobados y definidos . El artículo al que me refiéro en concreto , fruto de esta puntual crítica y blanco de este comentario es el editado en el diario digital El Confidencial el pasado día 11 de mayo y titulado : » El elefante blanco de despegue vertical , ¿ Qué poder aeronaval se puede permitir España ? . A mi entender , negativa , nefasta y ridícula visión y percepción de lo enfocado acerca de la necesidad y el empleo de nuestra aviación embarcada . ¿ El caso turco se parece en algo al nuestro ? Espere que ya le respondo yo , NO , no se parecen absolutamente en nada . ¿ Nuestro L-61 como portadrones adaptado como la nueva panacea filosófica del nuevo desempeño estratégico ? Ni de coña . Me parece desconcertante , atrevido y chocante que un especialista como Usted haya editado semejante artículo . Es más , objetivamente , ¿ Ha operado ya algún dron sobre la cubierta del L-400 Anadolu ? . La respuesta es simple y llana , NO . E incluso puede que las autoridades turcas terminen tirándose de los pelos por quedarse sin F-35 , sin eficaces Patriots ( recientemente se confirmó un derribo de un misil hipersónico Kinzhal ) y comiendose para colmo de males , un sistema ruso de inciertas y sospechosas garantías técnicas y operativas , el denominado S-400 Triumph , viendo lo que se está viendo con el material de procedencia rusa y la aportación añadida que está ofreciéndo a la equivocada estrategia rusa en este conflicto .
      No quiero con esta crítica desprestigiar su encomiable trabajo y en la mayoría de las ocasiones , acertadas intervenciones y hasta artículos magistrales , pero cuándo la aparición de informaciones como esta no están a la altura de las cicunstancias y pecan de un atrevimiento atópico y carente de bases fundamentales , es mi deber el señalarle honradamente el desatino , la falta de objetividad básica y de semejante insinuación claramente incierta y de resultados imprevisibles .
      P. D. : Le pido por favor que no se ofenda por esta crítica , porque no se la envío para enojarlo , sino para que lo piense detenídamente , rebobíne , digiéra y saque conclusiones de nuevo . Y por último , comentarle que si no le envío esta disconformidad , reviento . Un saludo .

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