Reequilibrar la defensa nacional española.

El pasado día 14 de marzo el presidente del gobierno español Pedro Sánchez concedió una entrevista televisiva donde afirmó que, dado el nuevo contexto internacional, aspiraba a alcanzar el objetivo marcado por la OTAN en la cumbre de Gales de septiembre de 2014 de destinar un 2% del P.I.B. español a defensa. Llama la atención que haya sido la nueva invasión rusa de Ucrania la que haya servido de estímulo en España para tomarse en serio la defensa nacional y no los múltiples desafíos regionales a los que se enfrenta el país.

El presidente Pedro Sánchez mencionó en la entrevista que ya estaba prevista una subida del gasto de Defensa del 1,25% al 1,40% del P.I.B. Cómo no, esos datos tienen truco. No corresponden a los criterios de la OTAN para contabilizar el gasto de defensa, sino a un criterio más laxo que incluye hasta los gastos en pensiones de personal militar para contabilizar el gasto militar y que usan algunas organizaciones civiles. Además, la subida del gasto de defensa en España tiene que ponerse en el contexto del hachazo sufrido los presupuestos militares tras la crisis financiera de 2008. Por tanto, la subida del gasto de defensa tiene que considerarse como una recuperación y no como una expansión.

Gasto en defensa según los presupuestos del Ministerio de Defensa (pág. 10).

La casualidad fue que pocos días antes de la entrevista al presidente del gobierno español publiqué aquí mi particular «lista de la compra» para modernizar las fuerzas armadas españolas. Es un ejercicio que nos encanta a los aficionados a los temas militares y que realicé porque alguien me lo pidiera en Twitter a partir del anuncio de que España destinaría más de 20.000 millones de euros a políticas feministas, en lo que no era más que un truco publicitario del Ministerio de Igualdad.

Me preocupa que futuros aumentos del gasto de Defensa se hagan sin una debida reflexión previa. Corremos el riesgo de lanzar una lluvia de millones sobre unas fuerzas armadas que no estén preparándose para la próxima guerra, sino para la última. Y sobre todo, que se aumente el presupuesto de la defensa nacional sin hacer un sólido análisis del entorno estratégico español. Espero ofrecer aquí algunas ideas para alimentar ese debate.

Sebastián Puig Soler (@Lentejitas en Twitter) compartió hace un tiempo el artículo «La proporción áurea» publicado por el coronel (ret.) de Infantería de Marina Juan López Díaz en la Revista General de Marina de la Armada Española. Y encontré en el artículos ideas y datos que mostraban lo que hasta entonces había sido para mí algo así como una intuición.

La proporción áurea es una relación matemática entre partes de una figura geométrica que aparece de forma constante en la naturaleza y ha sido empleada extensivamente en el mundo del arte. Así, desde formas a melodías de lo más dispares que nos resultan armoniosos o agradables respetan esa proporción. Esa relación constante nos da el número áureo que es 1,618 (seguido de un largo número de decimales).

El concepto le sirve al autor para señalar un enorme desequilibrio presente en nuestras fuerzas armadas. España, que es un país marítimo con todos sus potenciales conflictos localizados en los territorios extrapeninsulares, tienen unas fuerzas armadas desproporcionadamente terrestres. El coronel (ret.) López Díaz llama la atención a que si se comprueba la relación de militares del Ejército de Tierra por cada militar de la Armada encontramos una relación de 1 a 3,7. En el artículo no se identifica la fuente original de los datos. Pero nosotros mismos podemos hacer el cálculo acudiendo a datos del propio Ministerio de Defensa:

En diciembre de 2017 el Ejército de Tierra español contaba con un total de 74.268 militares mientras que la Armada contaba con 20.007. Esto nos da 3,72 militares del Ejército de Tierra por cada militar de la Armada Española, que recordemos cuenta con marinos e infantes de marina. ¿Esa cifra es mucho o poco? El coronel (ret.) López Díaz lo aclara comparando con otros países.

Fuente: «Elaboración del autor con datos a 1-4-2018» (López Díaz, 2018, 554).

Encontramos que esta proporción entre personal terrestre y naval convierte a España en un caso único. Tenemos que acudir al caso particular de Corea del Sur para encontrar un país donde haya muchísima más proporción de soldados que de marineros e infantes de marina.

Sería interesante encontrar datos sobre presupuesto. Pero podemos adelantar la conclusión de que las fuerzas armadas españolas no sólo necesitan un aumento presupuestario, necesitan un reajuste de sus prioridades. Yo traté de preparar el terreno para la reflexión con mi artículo «Recuperar el Eje Baleares-Estrecho-Canarias» (Revista Ejércitos, nº18 noviembre 2020).

Un comentario sobre “Reequilibrar la defensa nacional española.

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    Segundo párrafo después de la primera tabla: «…se hagan *si* una debida reflexión previa…». Querías escribir la preposición sin, se te ha olvidado la -n final.

    Cuarto párrafo después de la tabla: «…melodías de *los* más dispares que nos resultan *armoniosos* o…». Querías escribir lo, en singular, en lugar de los, en plural. Y querías escribir armoniosas, en femenino, en lugar armoniosos, en masculino.

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