Me gustan los mapas. Tengo una buena colección de zonas de conflicto: Ucrania, Libia, Siria, Afganistán, el Sahel… Siempre hay alguien que me dice que para qué necesito mapas en papel si tenemos Google Maps. Pero la gente no entiende que los mapas dan perspectiva. En una pantalla de ordenador se puede elegir ver una zona concreta con mucho detalle o ver una región o continente entero sin apenas detalle. Con un mapa completamente extendido sobre la mesa o el suelo se tiene la panorámica completa y detalle. Creo que mirar los mapas nos ayuda a entender el mundo.
Llevamos muchos años oyendo que el siglo XXI será el siglo de Asia. No sólo por el ascenso de China, sin por el peso demográfico y económico del conjunto de Asia. En la lista de los quince países más poblados de mundo tenemos a China, India, Indonesia, Pakistán, Bangladesh, Japón, Filipinas y Vietnam. Como muestra el siguiente mapa, más de la mitad de la población mundial está dentro de esa circunferencia con su centro aproximado en el sur de China.
En noviembre de 2011 el presidente Obama anunció que el objetivo de Estados Unidos era dejar atrás las preocupaciones sobre la seguridad de Europa (liquidadas tras el fin de la Guerra Fría) y Oriente Medio (que aquel año quedarían aperentemente resueltas con la nuerte de Osama Bin Laden y la retirada de Iraq) para reorientar su política exterior hacia Asia: el «pivote» hacia Asia. Esas nuevas prioridades explicarían el acuerdo nuclear con Irán y más tarde los Acuerdos de Abraham. Sin embargo, la crisis de Ucrania y el auge del Estado Islámico en 2014 señalarían lo prematuro de la desconexión estadounidense de los asuntos de Europa y Oriente Medio. Con el presidente Trump se retomaría el impulso de priorizar Asia.
En el año 2018 tuvo lugar un acontecimiento tremendamente simbólico. El mando militar regional de Estados Unidos para el Pacífico, el Pacific Command (PACOM), se transformó en el mando militar regional para el Indo-Pacífico (INDOPACOM). Se trataba de superar la categoría geopolítica Asia-Pacífico para pensar en los dos océanos que bañan Asia y que incluye al subcontinente indio, considerando la creciente rivalidad de India y China en el Océano Índico.

El mapa del Área de Responsabilidad (AOR) del INDOPACOM permite entender que el «centro del mundo» se había trasladado. El «corto siglo XX» quedó marcado por la Unión Soviética y la vieja Guerra Fría, con la geopolítica de Mackinder sobre Eurasia y los posteriores derivados estadounidenses sobre los que se desarrolló la estrategia de contención. Además, entre 1979 y 1980 la Revolución Islámica de Irán, el asalto a la Gran Mezquita de la Meca, la invasión soviética de Afganistán y el estallido de la guerra Irán-Iraq colocaron Oriente Medio en el centro de las preocupaciones geopolíticas estadounidenses. El alineamiento de Etiopía con la Unión Soviética y la guerra del Ogadén llevó además a hablar de un «arco de crisis«, que se extendía del Cuerno de África a Asia Central.

No es casual que el consejero de seguridad nacional de Jimmy Carter, Zbigniew Brzezinski, rescatara el concepto en 1997 en su obra El gran tablero mundial para hablar de la «zona global de infiltración de la violencia».
La región imaginada por Brzezinski coincidía con el área de responsabilidad del mando militar regional estadounidense por aquel entonces, el primero creado y significativamente denominado Mando Central (CENTCOM).
La retirada estadounidense de Afganistán en el verano de 2021 cerró un ciclo histórico abierto con el 11-S y cerró también dos décadas de intenso protagonismo de las operaciones militares en el área de operaciones del CENTCOM. El menor protagonismo de la región ahora no sólo se debía a la menor implicación militar estadounidense en Oriente Medio. También a la menor dependencia estadounidense de los hidrocarburos, gracias a las fuentes no convencionales que proporciona el fracking. Así que era hora de mirar el mundo de otra manera.

Los mapas que manejamos habitualmente parten de la idea de que el meridiano cero pasa cerca de Londres… y por la Península Ibérica. Precisamente de ella salieron en direcciones opuestas los navegantes portugueses y españoles que llegaron al Lejano Oriente y descubrieron América. Un puñado de países europeos fueron cabeza de imperios en varios continentes. Las disputas geopolíticas y las cadenas de alianzas arrastraron a los europeos a una sucesión de guerras entre 1850 y 1950 que marcó el declive europeo y asistió al auge de Estados Unidos y la Unión Soviética. El auge de Asia requiere otro mapa. Otros puntos de vista.
Me costó encontrar un mapa grande con China en el centro. El único que encontré que me resulta aceptable es uno de National Geographic, cuyo diseño visual no me parece el más agradable. Verlo me hizo pensar lo evidente que resultan los océanos Índico y Pacífico como grandes tableros de juego de la geopolítica y de la geoeoconomía del siglo XXI. Con China, India y Estados Unidos tejiendo alianzas y desplegando fuerzas en puertos lejanos. Y de pronto una idea me resultó evidente. El Sahel occidental (Mali y Níger) y las favelas brasileñas quedan convertidas en territorios periféricos del nuevo mundo. Las Guerras Posmodernas se disputan en los márgenes y el centro del mundo sigue una lógica de rivalidad propia de las guerras modernas. La gran duda es si la guerra de Ucrania ha roto definitvamente el tabú de la guerra convencional de alta intensidad o si la rivalidad de China y Estados Unidos, con sus respectivos aliados, tendrá forma de una sucesión de guerras interpuestas. Mientras tanto, ya tengo puesto el ojo en un mapa chino.
La invasión rusa de Ucrania ha vuelto a trasladar la atención geopolítica a Europa, pero es algo transitorio (en mi modesta opinión), Extremo Oriente va a ser el centro geopolítico del siglo XXI.
Y Oriente Medio , también . Pero si , por ahí andarán los tiros .
Las guerras de alta intensidad nunca han sido un tabú. Lo han sido las guerras directas entre países dotados de armas nucleares. Y también las guerras entre países desarrollados. Este último tabú es el que quizás si se haya roto. No solo en Ucrania, sino también en NK. Quizás veamos guerras entre Turquía e Irán, por ejemplo.
Y ojito con Marruecos que se está armando hasta los dientes y de manera muy preocupante por el material de última generación y de alto valor tecnológico que está adquiriendo de Israel y de USA .Y si a eso le sumamos el enemigo gratuito que el Presidente del Gobierno nos ha regalado entregándole el Sáhara y provocando además aumentar la presión sobre las plazas norteafricanas de Ceuta y Melilla incluyendo también a las Canarias por simple proximidad lógica , con el reverso político y económico de Argelia al que nuestro país de alguna manera le ha traspasado parte de esa problemática generada y convirtiendo a la zona en cuestión en un auténtico polvorin que como explote , las condiciones del resultado podrían ser catastróficas y cataclismicas para todos los implicados . España no puede confiar para nada ni en la UE ni en la OTAN aunque pudiera ser de esta manera . Tiene y debe ser totalmente autosuficiente en materia de Defensa con un ejército y con un material creíble en cantidad y calidad que le procure para lo que realmente se quiere conseguir en la práctica , la DISUASION . Un concepto del que ya he podido comprobar la ambigüedad con la que se trata en muchos medios de comunicación . La disuasión sirve realmente para crear TEMOR Y ALEJAR CONFLICTOS en cualquier tipo de enemigo potencial que pudiera atentar contra la integridad de un país . No es la simple tenencia de un material y de unas condiciones cualesquiera que puedas oponer a cualquiera que ataque tus intereses . Eso NO ES disuasión. No confundamos el concepto . La disuasión nada más que tiene una definición y esa definición es la que es , la de provocar MIEDO , ni más ni menos y para eso un ejército con unos materiales adecuados en CALIDAD Y CANTIDAD son imprescindibles , fundamentales e impepinables . No hay más .
Y en cuanto a la geopolitica , España debe andarse los pasos necesarios para que esos potenciales enemigos NO consigan al menos esos peligrosos armamentos que están desequilibrado claramente esa balanza en nuestro perjuicio . Los profesionales en estos ámbitos deben ponerse manos a la obra para cortar de raíz esas amenazas que se están produciendo de manera clara y peligrosa en contra de nuestra integridad territorial y humana , acudiendo a esas fuentes de obtención y compra de esas armas para reconducir , como sea y al precio que sea , que les sean suministradas esas peligrosisimas herramientas . Israel y USA siempre han sido nuestros aliados y su comprensión acerca se este problema no debería ser ni complicado ni imposible de realizar . Los ejecutivos tiene que ponerse las pilas en esta faceta clave para revertir esta situación . No podemos continuar por esta senda de dejadez , olvido y de buenismo desmesurado . El tiempo de la paz perpetua ha terminado y la realidad más dura ha tocado a nuestra puerta y debemos afrontarla como Dios manda , con absoluta determinación .