En las últimas semanas he tratado de enderezar el rumbo del blog retomando su propósito original. En los dos últimos años me había dejado consumir por la geopolítica y la geoeconomía dejando de lado llamar la atención sobre todo aquello novedoso en la transformación de los conflictos.
Recapitulando, en «Volver a la guerra red» conté cómo mi propósito inicial de escribir un libro contando lo mucho que había cambiado el mundo de los conflictos en red se había estrellado contra la realidad al hacer un revisión de casos. Véase, por ejemplo, mi texto «Mustafá Setmarian y la yihad individual». Amplié mis miras más allá del mundo anglosajón con una aproximación a las teorías israelíes de la «guerra difusa» en «La perspectiva israelí de la guerra en red«. Tampoco estaría de más rescatar «Breve historia de la teoría de la guerra red» y «Bibliografía urgente sobre activismo en red» para aquellos que no conozcan el contexto del debate. Las estructuras en redes distribuidas no sólo las abordé desde el punto de vista del conflicto, sino también de la colaboración. Como es el caso del análisis de información y el trabajo policial que traté en «Redes de conocimiento». Y cuando parecía que el debate había quedado en las teorizaciones de John Arquilla, David Ronfeldt y John Robb, que andan ahora en otras cosas, me encontré dos textos que retoman el debate. Los dos tienen en su título la extensión. «The coming swarming».
The Coming Swarming: DDOS actions, hacktivism and civil disobedience de Molly Sauter aborda los ataques distribuidos de denegación de servicio (DDOS) como herramienta de activismo político. El libro nació a partir de una tesis de fin de máster y se nota, porque tiene ese típico discurso académico que mantiene una cierta distancia de las cosas y disecciona las partes con una extensión muy distinta a si fuera un texto divulgativo. No es que eso tenga de malo. Recuerdo escribir un trabajo durante la carrera sobre hackers para la asignatura de Antropología Social. Pero en eso tipo de trabajos se dedica mucho espacio a realizar paralelismos con fenómenos del mundo off-line para sustentar la relevancia del tema y la pertinencia del trabajo. En este caso, Sauter sostiene que las acciones organizadas para tumbar páginas mediante ataques DDOS deberían considerarse el equivalente actual a la sentadas frente a edificios del movimiento de derechos civiles y por tanto una acción política en Internet. El argumento es relevante porque la autora señala cómo en varios casos se ha tratado como actos criminales que han recibido castigos ejemplares, además de recibir la severa atención de las agencias gubernamentales de espionaje. En el final del libro se aborda cómo los ataques DDOS han pasado a estar más relacionados con la ciberguerra y el cibercrimen, confundiéndose en el todo las acciones con una intencionalidad política. Y es el que concepto «distribuido» aquí resulta engañoso cuando, por ejemplo, ya existen herramientas que permiten que un actor en solitario lance este tipo de ataques. La ciberguerra ha avanzado a pasos agigantados y sin embargo sigue siendo un tema pendiente en este blog.
Robotics on the Battlefield Part II: The Coming Swarm de Paul Scharre es un documento del think-tank Center for a New American Security, que ha actuado como laboratorio del gobierno Obama en la sombra por lo que por él han pasado figuras relevantes y del que han salido ideas bastante interesantes. Scharre plantea el debate avanzando desde el punto en que había quedado en los tiempos en que Arquilla y Ronfeldt plantearon el swarming. Recordemos que para estos últimos el momento culminante que puso en marcha su trabajo fue la Operación «Tormenta del Desierto» y las fuerzas acorazadas estadounidense corriendo por las extensiones áridas del sur de Iraq. Scharre piensa en cambio en futuros enfrentamientos navales, China evidentemente, con las nuevas tecnologías de aviones sin piloto en mente. El concepto de enjambre cobra ahora sentido literal gracias a un futuro abaratamiento de aviones sin piloto de bajo coste que unan capacidades ISR y una cabeza de guerra que les convierta en proyectil guiado. Así, bastaría con un solo aparato detectara a una unidad enemiga para que la información corriera por la red y el resto del enjambre se lanzara a por él. Eso nos lleva al debate sobre la robotización, la autonomía de los aparatos y la necesidad o no de «man in the loop».

El otro campo donde desarrolla el concepto es el campo naval entrando en cálculos probabilísticos sobre la ventaja de una flotilla frente a un único buque pesado. Esto viene a colación de que la U.S. Navy cada vez tiene menos buques. Y tras la retirada de las fragatas clase «Oliver Hazard Perry» (modificadas en España para dar lugar a la clase «Santa María»), se encontrará con los destructores clase «Arleigh Burke» como caballo de batalla. Un buque que en su última variante, la Flight III, supera ya las 9.000 toneladas y lo coloca en el peso de un crucero de antes de la Segunda Guerra Mundial.
Simplificando las ideas de Scharre, él vería preferible desplegar 44 buques ligeros de 220 toneladas de desplazamiento Tipo 022 que un destructor «Arleigh Burke» Flight III de 9.800, siendo la suma de desplazamientos la misma. La cantidad supone una cierta calidad en sí misma. Recurriendo al cálculo probabilístico demuestra que un pim-pam-pum de misiles antibuques hay más probabilidad de que la flotilla de unidades más ligeras alcance a la unidad pesada. Añade además como ventajas que con más unidades se cubre más superficie del mar y se añade más incertidumbre al enemigo. Mi objeción es que asume sin problemas que habrá bajas, algo que no me imagino que entre en los planes de la U.S. Navy. Y me parece que olvida que hay diferencias cualitativas notables entre un buque ligero y otro pesado. Hablamos de la autonomía, la cantidad de armas que puede portar y la naturaleza de los sensores que puede portar por tamaño y potencia eléctrica instalada.
Con sus limitaciones y mis objeciones, no me queda más que dar la bienvenida estos dos textos a un debate que había quedado algo parado.
Bien interesante tema el que propones.
En cuanto a las fuerzas aéreas, el escenario de drones low-cost «kamikazes», que compartan la información de sus sensores en red y se lancen en enjambre sobre el objetivo (terrestre o naval) me parece muy atractivo. Y bastante factible.
En el ámbito naval, creo que el debate entre «pocos-buques-grandes» y «muchos-buques-pequeños» está mal enfocado. Como bien apuntas las capacidad de una plataforma grande (potencia de sensores y de generación eléctrica) hacen que sea muy difícil de igualar por un conjunto de buques menores. Salvo contextos de estrechos, islotes y aguas confinadas.
Mi visión es que los pocos-buques-grandes deben contar con un «enjambre» de drones low-cost, similares a los comentados en el caso de fuerzas aéreas. En lugar de varias decenas de corbetas o lanchas lanzamisiles, con obvias carencias en cuanto a sensores, estoy pensando en un buque tipo destructor o crucero, dotado de una rampa popel que le permita poner en el agua 20 drones low-cost, capaces de portar un misil antibuque y que puedan recibir en red información de los potentes sensores del buque-madre, siendo ellos mismos de bajo perfil y muy difíciles de detectar (incluso podríamos pensar en drones-torpedo, moviéndose lentamente a un par de metros de la superficie para recibir los datos de la red) . El buque-madre podría desplegarlos formando una pantalla muchas millas por delante, detectar al enemigo desde una distancia segura y dar la orden de ataque al enjambre, que ejecutaría de forma autónoma, manteniéndose el buque principal lejos del combate…….
Como bien se ha apuntado, esos pequeños buques de 220 toneladas no llevarán el mismo nivel y capacidad de sensores que llevan buques más grandes. Tampoco tienen la misma autonomía que los buques grandes por lo que sus ciclos de navegación los llevarán a estar más pendientes del aprovisionamiento. Veo útiles esos buques de 220 toneladas para situaciones cercanas a la costa, pero más allá de eso creo que ya no son tan útiles, y efectivos.
Yo entiendo que los buques pequeños es una estrategia de defensa en áreas cercanas a tu territorio. Otra cosa carece de sentido.
Muy buen artículo.
Todo sistema de armas guiado, es susceptible de ser interferido. Si un enemigo controla una gran flota de drones desde un centro de mando y control, solo necesitas neutralizar dicho centro para dejar en tierra todos sus drones, al menos el tiempo suficiente que te permita mantener la iniciativa. Con respecto a esos pequeños y al parecer letales trimaranes chinos, es cierto que un Burke puede parecer inútil frente a unas docenas de estos ingenios navales, pero en caso de conflicto, un Burke no actuaría solo, serían al menos media docena de ellos, cada uno de ellos con dos SH-60 armados con un Penguin o cuatro Hellfire, y lejos no faltará un CVN con su CW al completo: Hawkeye, Hornet, Super Hornet, Growler… Eso sin olvidar los SSN, y sin la adecuada capacidad antisubmarina, para un Clase Virginia sería como jugar a tiro al pato en una feria de ganado. Entre un buen MBT y una docena de Pick’ups cargadas de locos armados con RPG, me quedo con el MBT.
Se habla mucho de los aviones autotripulados (en realidad teledirigidos). ¿Hay ya buques de guerra teledirigidos?
Quizá con barcos así no les importaría a los países europeos o a USA asumir alguna pérdida.
Es curioso como en el ámbito naval, se esté hablando otra vez de barcos grandes con barcos pequeños. No olvidemos las teorías de la Novel Ecole francesa que a finales del siglo XIX proponía muchos pequeños y rápidos buques torpederos, para luchar contra pesados acorazados. Todo para tapar la imposibilidad de derrotar a la Royal Navy, que apostó por los grandes acorazados. De esta política francesa, salió en parte la ley de escuadra en España de 1888, que apostaba por esta teoría, al carecer de capacidad para construir grandes buques. Ási nos fue despúes en Cuba. En fin que la historia se repite.
Jesús, en ocasiones tu capacidad de predicción llega a dar miedo… Jajajajajajjajajaja:
http://www.defensa.com/index.php?option=com_content&view=article&id=14974:el-defensor-un-buque-no-tripulado-de-diseno-espanol&catid=207:homsec&Itemid=692
Un saludo.
Ojo, que el tema lleva tiempo pululando por ahí. Por ejemplo, es el caso de los israelíes, cómo no.
http://www.idfblog.com/blog/2012/01/17/cutting-edge-technology-showcasing-israeli-unmanned-naval-vessel/
Un tema a explorar.
Si alguien vió el pasado martes el programa Amazonas Clandestino de David Beriain en el canal Discovery Max, este artículo de Defensa.com le resultará bastante interesante:
http://www.defensa.com/index.php?option=com_content&view=article&id=14981:peru-aprueba-el-proyecto-de-ley-que-permitira-el-derribo-de-aeronaves-dedicadas-al-trafico-de-drogas-la-fuerza-aerea-requiere-urgentemente-de-un-avion-de-mando-control-comunicaciones-e-inteligencia&catid=55:latinoamerica&Itemid=163
Un saludo
Pues ya tuvieron sus líos por fallos de comunicación con aviones no involucrados en el tráfico, tal como cuenta el artículo.
Tenía guardado por ahí este enlace y no lo usé en el texto. Vaya.
http://warontherocks.com/2015/01/distributed-lethality-the-navys-fix-for-anti-access/