Allá por 2006, cuando las ideas que dieron lugar al libro Guerras Posmodernas estaban en período de maduración me llamó la atención una entrada del blogs del profesor Juan Freire sobre el uso dado por la CIA a plataformas para compartir conocimiento: «Cómo usa la CIA los blogs y los wikis para la gestión del conocimiento: ¿espionaje open source?» En aquel entonces estábamos todavía en el shock post-11S y post-11M. Las palabra «red terrorista» evocaba entonces la idea de redes difusas, complejas e indetectables infiltradas en las sociedades libres occidentales. ¿Cómo enfrentarse a un enemigo tan aparentemente invulnerable? La respuesta surgida dentro de la CIA era emplear también la estructura de red internamente. Contaba el profesor Freire:
[E]xiste una lucha interna, al menos la CIA, para transformar una organización cerrada y fuertemente jerarquizada en otra estructura que siga un modelo más horizontal y colaborativo, necesario para afrontar los nuevos retos. Este nuevo modelo podría definirse como una organización con un funcionamiento open source restringido al interior de la propia institución.
Frente a la idea de más recursos y más intromisión en la vida privada, la idea que presentaba la CIA era que lo verdademente revolucionario era la manera de procesar, analizar y compartir la información que ya se tenía. Lo supimos vía Ali Soufan en su libro respecto al 11-S. En España tuvimos el caso Wanninkhof. La información ya estaba allí pero compartimentada en organizaciones públicas que compiten entre ellas y se guardan información.
Muchos años después, el Ejército de Tierra español creó una wikipedia interna, la MilipediA. Mi experiencia es que hay mucho conocimiento relevante en las personas más insospechadas. Y dentro de las fuerzas armadas hay perfiles muy diferenciados que van desde el militar «funcionario» al militar «friki», que te recita diálogos de películas y te señala errores de uniformidad en películas sobre la Segunda Guerra Mundial. Como apuntaba «Alcedo» en los comentarios a mi entrada de blog al respecto, sería interesante conocer los incentivos que tienen los usuarios de la MilipediA para escribir en ella y si ha terminado reproducción las dinámicas sociales de la Wikipedia.
La MilipediA es una herramienta institucional surgida desde el propio Ejército de Tierra. Hace poco se publicó la noticia de que miembros de la policía nacional y diferentes policías locales compartían información mediante Telegram haciedo hincapié en «al margen de sus jefes». Esto es, policías de diferentes cuerpos con un vínculos informal constituyen su propia red (aquí la herramienta es lo de menos) para paliar una necesidad en su trabjo. Gonzalo Martín ha escrito al respecto en Transformación Digital, sacando lecciones aplicables a cualquier empresa o colectivo. Esta vez, frente a las iniciativas institucionales, los propios policías aprovechan sus vínculos personales para convertirlos en redes informales de intercambio de información.
Las comunicaciones distribuidas (las redes sociales que conocemos son redes distribuidas sobre una base centralizada, las reglas del dueño de la plataforma) esencialmente permiten que cualquier persona (nodo) pueda comunicar con otra sin que pueda impedirse. […]
[L]a gente es capaz de coordinarse y compartir información para resolver sus problemas de trabajo (“luchar contra la delincuencia”) sin necesidad de que un jefe dé órdenes o lo fiscalice. ¿Por qué no aprovechar toda esa energía en vez de mantenerla oculta? […]
[L]a digitalización por sí misma, se quiera o no se quiera, cuestiona la jerarquía tradicional y el rol del mando convencional, por no hablar de la estructura organizativa: las redes hacen una cosa diferente, más plana, más contributiva, más aprovechable y, creo yo, más interesante y divertida.
Hay aquí un dilema entre la creación dirigida desde arriba o el crecimiento orgánico e incontrolado desde abajo. Yo mismo pienso en los vínculos que me mantengo con la gente con la que comparto información y son una sucesión de flujos desordenados por varias vías. Creo que será interesante empezar a explorar nuevas herramientas y las posibilidades de la sistematización.
Yo creo que se acabará encontrando un punto intermedio entre la creación dirigida desde arriba y el crecimiento orgánico desde abajo. Es solo mi opinión, ojo.
Otro caso parecido es cómo han terminado muchos de los proyectos de Combatientes Futuros de muchos ejércitos.
En la mentalidad de los 80 y los 90 eran el típico programa militar, con terminales dedicados carísimos y específicos, con hardware y software dedicado (cámaras, GPS, cartografía militar, comunicaciones…) que costaban un riñón y que se quedaban obsoletos en pocos meses.
Alguien se dió cuenta de que en un simple teléfono Android podías integrar todas esas capacidades, en una plataforma que está evolucionando continuamente, por una fracción del coste.
Simplemente tienes que dotar a cada soldado con un terminal Android «rugerizado» (que palabro tan feo), y crear una intranet de aplicaciones, que creo que es lo que ha hecho el US Army (hablo de oidas).
Simple, barato, evolutivo…..
De nuevo, es algo «mixto», ya que teniendo componentes «distribuidos» tiene también un fuerte componente «centralizado». Pero, al parecer, los propios soldados crean aplicaciones sencillas (desde un manual con frases útiles en pastún pregrabadas en la aplicación hasta cualquier cosa que se les ocurra) que se difunden por la comunidad de manera descentralizada.
Eso nos introduce en el terreno de las tecnologías COTS (Commercial Off The Shelf)
http://en.wikipedia.org/wiki/Commercial_off-the-shelf
Se trata de ahorrar recursos en reiventar la rueda cuando hay estándares o productos civiles que pueden cumplir perfectamente la función. Recuerdo el caso de los mandos de un robot que reproducían el diseño del de una consola de videojuegos.
Curiosamente cuando hace un tiempo se sucedieron los disturbios en UK, la policía se quejaba de que los alborotadores se ponían de acuerdo entre sí utilizando el sistema de mensajería de las Blackberry de entonces. Hubo comentarios acerca de lo difícil que era localizar, seguir y desencriptar dichos mensajes. Yo no me acabo de creérmelo, pero bueno… ahí queda.
Recuerdo perfectamente el caso y guardé algún artículo sobre el caso. Estudiantes universitarios cabreados con la subida de las tasas empleando de forma colaborativa mapas on-line para geolocalizar la ubicación de la policía.
Creo que el Guasap funciona de manera encriptada. Hace pocos días salía el Primer Ministro británico amenazando con restringir el uso del Guasap precisamente por eso, con la excusa de que podía servir para planear atentados.
Cráneo privilegiado, el tio…….vaya pazguato.
http://www.outono.net/elentir/2015/01/14/cameron-quiere-bloquear-whatsapp-con-un-alegato-que-permitiria-prohibir-las-cortinas/
Reblogueó esto en Del Mundo, Desde Parla.