La Nueva Guerra Fría después de Donald Trump

Me han preguntado varias veces qué va a pasar con las relaciones de Estados Unidos y Rusia cuando Donald J. Trump asuma la presidencia. El guión dice que debería llegar a un gran acuerdo con su amigo Vladimir Putin y finiquitar lo que yo he venido en llamar la Nueva Guerra Fría. Esa es la teoría.

Calendario ruso celebrando la amistad ruso-estadounidense.
Calendario ruso celebrando la amistad ruso-estadounidense.

El 6 de enero la oficina del Director de Inteligencia Nacional de los Estados Unidos publicó un documento sobre las acciones rusas para influir en las pasadas elecciones estadounidenses. El informe recoge información de la CIA, el FBI y la NSA. En su página ii leemos:

We assess Russian President Vladimir Putin ordered an influence campaign in 2016 aimed at the US presidential election. Russia’s goals were to undermine public faith in the US democratic process, denigrate Secretary Clinton, and harm her electability and potential presidency. We further assess Putin and the Russian Government developed a clear preference for President elect Trump. We have high confidence in these judgments.
[…]
Moscow’s influence campaign followed a Russian messaging strategy that blends covert intelligence operations—such as cyber activity—with overt efforts by Russian Government agencies, state-funded media, third-party intermediaries, and paid social
media users or “trolls.”
 We assess with high confidence that Russian military intelligence (General Staff Main Intelligence Directorate or GRU) used the Guccifer 2.0 persona and DCLeaks.com to release US victim data obtained in cyber operations publicly and in exclusives to media outlets and relayed material to WikiLeaks.

Traté el asunto de Guccifer 2.0 y DCLeaks.com en mi primera colaboración con el blog Magnet en agosto de 2016. Ahora tenemos una confirmación oficial de que el hacker Guccifer 2.0 y DCLeaks eran tapaderas rusa y que la fuente última de información de WikiLeaks, cuya agenda política está cada vez más alineada con el Kremlin, es la inteligencia militar rusa.

Como en todo lo concerniente a la relación Occidente-Rusia aquí también ha funcionado el principio de acción y reacción. El informe establece en su página 1 que Vladimir Putin tomó la decisión de lanzar una campaña de descrédito de Estados Unidos tras la aparición de los Panama Papers y el escándalo del dopaje deportivo ruso. La combinación de ciberguerra y desinformación es coherente con la doctrina rusa de guerra de la información, que establece un continuo entre guerra y paz además de englobar métodos como la guerra electrónica, la ciberguerra y la desinformación como un todo.

Donald J. Trump ha reaccionado llamando al informe una «caza de brujas» y lo ha relacionado con la búsqueda de una excusa por parte del Partido Demócrata ante la derrota electoral. Caben dos opciones. Por un lado, que el informe haya sido elaborado con informaciones falsas o se sustente en conclusiones erróneas. En tal caso tendríamos una maniobra política de baja estofa que va a quebrar la confianza del gobierno entrante en la comunidad de inteligencia de Estados Unidos. John Robb dijo el pasado 15 de diciemre que Estados Unidos se había convertido en una república bananera por tener un servicio de inteligencia trabajando en contra del presidente electo.

Por otro lado, cabe la posibilidad que el informe sea cierto y que el presidente electo esté actuando con frivolidad en un asunto tan serio en el que demuestra indiferencia, complacencia o complicidad con las acciones de una potencia extranjera contra su propio país. En tal caso estaríamos ante una prueba palpable de la falta de idoneidad de Donald J. Trump para el puesto de presidente de los Estados Unidos. Hace poco, el ex-director de la CIA James Wolsey dimitió de su cargo de asesor de presidente electo. Episodios parecidos podrían crispar a la comunidad de inteligencia de Estados Unidos contra el gobierno y generar una cascada de filtraciones que expongan las maquinaciones del gobierno Trump.

Evidentemente los mensajes de acercamiento de Donald J. Trump hacia Rusia parecen anunciar una era de distensión que acabe con la Nueva Guerra Fría antes de empezar. Personalmente creo que son incompatibles una política aislacionista y el objetivo de Make America Great Again. La  promesa de convertir a Estados Unidos en un país ganador no parece que encaje con la idea de abandonar a los aliados de Europa y Asia-Pacífico para dejar vacíos geopolíticos que ocupen China y Rusia. El propio Trump anunciaba su intención de «fortalecer y expandir» las capacidades nucleares del país.

Trump podrá escenificar su amistad presidencial con Putin, pero si quiere mostrar la firmeza que muchos echan en falta en Obama tendrá que frenar a su amigo ruso. Habrá que ver si se produce un reparto de áreas de influencia que cree unas reglas de juego para el mundo «post-post Guerra Fría», como diría el profesor Javier Morales o se produce una ruptura cuando Trump mande al rincón a Putin. Sin descartar, claro que Trump sea complaciente con Putin con consecuencias imprevistas en Washington D.C. Tanta incertidumbre viene de la tendencia de Trump a desdecirse y de la extraña mezcla de outsiders y viejos halcones neocón que encontramos en su gabinete.

Cartel en Siria
Carteles en Siria.

Mi intención para Año Nuevo era hacer balance de la Nueva Guerra Fría, tomando como referencia aquel texto inicial de septiembre de 2014. Pero los acontecimientos se han adelantado nuevamente. Lo que puedo decir es que nunca imaginé que lo arrancó como una intuición en el verano de 2014 terminaría encajando de esta manera, con el Kremlin interviniendo militarmente en Oriente Medio a favor de lo que yo entendía como una alianza difusa y los órganos de inteligencia de Estados Unidos denunciando maniobras rusas de desestabilización.

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18 comentarios sobre “La Nueva Guerra Fría después de Donald Trump

  1. Viendo la personalidad de Trump tiendo a pensar que quizá en un primer momento mantenga una buena relación con Putin, incluso hasta acercamiento. Pero dos gallitos no pueden estar en el mismo corral.
    Pienso que pasado un tiempo volverá la pugna y es posible que Trump entonces sea más contundente en política exterior de lo que ha sido Obama . Es solo mi opinión.

  2. Yo pienso que se realizará un reparto territorial en el que USA reconocerá el área de influencia rusa. Habrá que ver si se reparte Ucrania o Ucrania va entera y con lazo incluido. Pero fuera de ese área las cosas cambian y Trump va a hacer cosas que no van a gustar nada a Rusia, como el relanzamiento de la carrera armamentística nuclear.
    En Oriente Medio presionará a Irán, pero al mismo tiempo no parece que vaya a ser tan complaciente con las «cagadas» de los reyes y emires del Golfo Pérsico.
    Y al menos intentará hacer esta política sin enviar tropas yankees overseas.

    1. Mi opinión va también en el mismo sentido.
      La noción de Nueva Guerra Fría como proyección más o menos global de la tensión hacia el exterior que genera la ideología eurasianista, es plenamente acertada en olores, colores y sabores, pero creo que no en sustancia: Salvo por la obligada paridad nuclear, Rusia no es más que un peso pesado que no resistiría una verdadera carrera armamentística con más de 2 contendientes medianos a la vez. Putin no será tan inmortal como sus memes de twitter y tarde o temprano habrá un reemplazo obligado o no.
      El gran escenario del siglo XXI es Asia, el gran contendiente global es China, y en ese contexto más amplio EEUU y Rusia podrían ser tan aliados como lo fueron en la IIGM: Una alianza fría.
      Rusia necesita a EEUU para poder llevar a la vez su agenda eurasianista que le permita retomar su lebemsraum, y mantenerse a salvo de la amenaza islámica y china por el sur. EEUU necesita a Rusia para contener y aislar a China y, a la vez, desarrollar la parte más sucia de la guerra con el islamismo.
      El gran perjudicado es la vieja Europa a la cual no le va a quedar más remedio que acorazarse para poder sobrevivir en un escenario que le será más hostil que las décadas precedentes.
      El rearme polaco no es más que el primer paso de una deriva que quizás consiga una unión política más sólida, aunque para ello los grandes patrones del concepto post-guerra fría de la unificación sean sustituidos por un «pensamiento fuerte» más realpolitikista.
      Si el populismo socialista sudamericano vira hacia un modelo más trumpista, la NGF bien podría quedar circunscrita a una batalla por Europa en el que una UE más poblada y económicamente más potente intentaría anular la amenaza rusa por la vía de una carrera de armamento que la extenúe, combinada en primera instancia con una asunción de la proyección rusa en el espacio ex-URSS. El área báltica, sin duda la más sensible, podría vivir un proceso de chipriotización en el momento en que el estado y las elites pro-UE adopten un discurso más consistente frente a las injerencias rusas.

      1. Eso si la UE no desaparece en una década o menos. Y si se democratiza de verdad. No va a ser el caso. Sin todo eso, por más declaracion altisonante de la necesidad de una «defensa europea» tampoco veo el desarrollo de Hard Power como para competir con Rusia. Kissinger, en una entrevista con el historiador Niall Ferguson, anticipaba este colapso europeo y la desaparicion de lo que queda de Hard power en la misma como posible fuente de retorsion de EEUU con Rusia. Yo más bien auguro una entente ente autócratas como sugieres donde la perdedora será una Yurop incapaz de una unificacion que implique algo más del libre mercado común y la supeditación de todo a esa vaca sagrada.

  3. Jesús,

    Te aconsejo encarecidamente que sigas el trabajo que el multipremiado periodista Glenn Greenwald realiza en ‘The Intercept’ sobre la vergonzosa campaña de propaganda que los principales medios de EEUU han lanzado tras el fracaso electoral de Clinton.

    Te cito algunos fragmentos de sus artículos:

    1 – A Clinton Fan Manufactured Fake News That MSNBC Personalities Spread to Discredit WikiLeaks Docs (December 9 2016):

    «Desde un principio fue obvio que el fraude no eran los documentos de WikiLeaks sino la acusación emitida por los defensores de Clinton, cuyo objetivo era desinformar al público. Respecto a la versión de que los correos de Podesta eran falsos, ahora sabemos que fue difundida por un fanático de Clinton».

    «En el artículo de Daily Beast publicado el 21 de noviembre, Chacon describe cómo fabricó el falso discurso de Clinton ante Goldman Sachs. Dice que lo hizo antes de saber que entre los correos electrónicos de Podesta se hallaban fragmentos de los discursos de Clinton ante los banqueros de Wall Street. Pero, una vez que se dio cuenta de que WikiLeaks había publicado las transcripciones, Chacon trató de persuadir a los críticos de Clinton de que creyeran que sus falsificaciones eran reales, para así poder demostrar que estos (los anti-Clinton) eran unos tontos crédulos».

    «En efecto, no solo era muy obvio que los documentos publicados por Chacon no impugnaban los archivos de WikiLeaks, sino que una mínima investigación hubiera revelado que la persona que adulteró documentos no era ni un agente del Kremlin ni un seguidor de Trump, sino de Clinton.
    En efecto, esto le quedó muy en claro al periodista de Vice Michael Tracey, que reconoció de inmediato que el fabricante de la noticia falsa era pro- Clinton. Pero, como este hecho no era conveniente para la agenda política de MSNBC/Newsweek, fue ignorado y en cambio, los periodistas de estos medios eligieron creer la mentira de que el archivo de WikiLeaks había sido adulterado».

    2. WashPost Is Richly Rewarded for False News About Russia Threat While Public Is Deceived (January 4 2017):

    «En las últimas seis semanas, el Washington Post publicó dos reportajes sobre la amenaza rusa que se hicieron virales: una sobre cómo Rusia estaría detrás de la difusión masiva de «noticias falsas», y la otra sobre cómo [Rusia] penetró en la red eléctrica estadounidense. Los dos artículos eran fundamentalmente falsos. Cada uno lleva ahora una humillante nota del editor reconociendo a regañadientes que los alegatos principales de los informes eran ficticios: la primera nota fue publicada dos semanas después en la parte superior del artículo original; la otra nota fue enterrada al día siguiente en la parte inferior [del informe]».

    «Pero mientras que estos fiascos son embarazosas para el diario, son también ricamente gratificantes. Esto se debe a que los periodistas -incluyendo a los que están en el Post- promueven agresivamente historias falsas y sensacionalistas, asegurando que se vuelvan virales, generando tráfico masivo para el Post (el editor ejecutivo del diario, Marty Baron, recientemente alardeaba sobre lo rentable que se ha vuelto el diario)».

    Lo mejor, Jesús, es que leas los artículos completos de Greenwald, ya que son auténticas lecciones de periodismo. Puede que te ayuden a ser más prudente a la hora de publicar según que «informaciones» en tu blog.

    Tómalo como una crítica constructiva 😉

  4. En resumen los rusos, tal vez, son culpables del robo y publicación de correos, correos auténticos, y del «troleo» en la Red. Parece un chiste.
    Que además el establishment americano se empeñe en vender eso como si Putin hubiera amañado las votaciones, comprado a periodistas, intelectuales y medios, u organizado huelgas, desabastecimientos, para generar pánico en la población, parece una broma de mal gusto, de muy mal gusto.
    Parece un preludio, para crear un clima apropiado, a un impeachment del presidente electo.
    Y eso que tanto Trump como Putin me parecen de lo peor y más peligroso que tenemos en la escena internacional, pero la democracia tiene unas normas y respetar la voluntad en las urnas es la primera, aunque nos revuelva las tripas.
    Sobre el papel de EEUU en la vida política de otros países circulaba un chiste ejemplificador: ¿Sabes por qué en EEUU no hay golpes de estado?. Porque en Washington no hay embajada de EEUU.

    1. Lo nuevo es la CNN publicando el «informe» de que los rusos tiene informacion comprometedora de Trump con unas putas en Moscú. Informe que por cierto se CREO como coña desde 4chan.
      Como corolario del chiste del hackeo decir que, si todo es verdad, lo que se ha filtrado en los mails es que el establismen pro Hillary queria joder a Sanders. NADA MAS

      1. Y probablemente se pegaron un tiro en el pie haciendolo. Pero seguro que entonces el establishment liberal bramaba contra Sanders y sus votantes, de los que un tercio se definen como socialistas. En EEUU esto. Histórico.

  5. A ver, esto es mucho más complejo.

    En realidad Glenn Greenwald y su medio ‘The Intercept’ están desmontando toda la propaganda estadounidense y le ha pintado la cara a medios como The Washington Post, CNN y Buzzbeed.

    Sus investigaciones periodísticas concluyen que:

    1. Las filtraciones de Wikileaks son esencialmente ciertas. De hecho, los correos de Hillary Clinton confirman dos cosas: una, que la política exterior de EEUU, y especialmente en el conflicto sirio, ha sido totalmente irresponsable -algo que a estas alturas no debería sorprender a nadie-; y dos, que Hillary Clinton es una incompetente por no adoptar medidas de seguridad a la hora de gestionar su correo electrónico.

    2. Marco Chacon, un fanático pro-Clinton que se dedica a fabricar noticias falsas, trató de adulterar las reveleaciones de Wikileaks filtrando informaciones falsas. Sin embargo, los correos robados a Podesta, el jefe de campaña de Clinton, siempre han sido reales.

    3. Las historias virales del Washington Post acusando a hackers rusos de filtrar los cables de Wikileaks son esencialmente informaciones falsas. Esto último lo ha reconocido el mismo Washington Post, eso sí, las rectificaciones no han generado ningún titular.

    Esto no quiere decir que los rusos no estuviesen detrás de esas filtraciones, sencillamente lo que publicó el Washington Post son simples rumores, de los cuales parte de su contenido es información ficticia, tal como ha reconocido el propio medio.

    A partir de ahí todo lo demás son especulaciones.

    Ayer mismo el presidente electo, Donald Trump, reconoció que Rusia podría estar detrás de ciberataques, pero a continuación añadió que también podría haber sido China y que EEUU recibe ciberataques de todo el mundo. La prensa internacional manipuló de manera interesada estas declaraciones para hacer ver que Rusia está detrás de los ciberataques.

    Julian Assange ha desmentido que Rusia esté detrás de las filtraciones de Wikileaks. Por motivos de seguridad, Wikileaks preserva el anonimato de sus fuentes para no comprometer su seguridad. Esto ha podido generar la desconfianza entre algunos sectores, lo que ha dado pie a divertidas ‘teorías de la conspiración’ sobre un supuesto vínculo entre Assange y Putin.

    De hecho, en este mismo blog se ha dado pávulo a esta divertida ‘teoría de la conspiración’. Pero lo cierto es que esa teoría no se sostiene en información solida.

    Lo cierto es que Wikileaks también ha filtrado cables comprometedores sobre Rusia. Y el hecho de que medios rusos como RT y Sputnik News promuevan las noticias que comprometen a Clinton, no significa que estas noticias fuesen falsas, sencillamente encajaban con la agenda política del Kremlin.

    Lo más curioso es que los principales medios de EEUU, todos ellos a favor de Clinton, prefirieron «matar al mensajero» en un intento por desacreditar las filtraciones de Wikileaks, y en ningún momento investigaron si el contenido de esas filtraciones era real. El problema es que ‘The Intercept’ sí lo investigó y ha puesto en evidencia la maquinaria propagandística de EEUU.

    Me temo que todo esto se va a seguir negando entre los sectores que ven la injerencia rusa en todas partes, pero luego son incapaces de reconocer la propaganda occidental cuando se la ponen delante -este blog es un ejemplo de esto último.

    En cuanto al informe de los servicios de inteligencia sobre Trump… bueno, hasta el New York Times y el New York Post han reconocido que no había por dónde cogerlo y descartaron su publicación, y han acusado con dureza a CNN y Buzzbeed por haber publicado informaciones no verificadas -que además no se pueden comprobar- que a la hora de la verdad está dañando la credibilidad de los medios estadounidenses, lo cual únicamente beneficia a Donal Trump.

    Respecto a esto último, alvaro indica que los autores del informe han sido miembros de 4Chan… bueno, cualquier cosa que se diga en 4Chan tiene la misma credibilidad que la que pueda tener un forero anónimo, es decir ninguna.

    De hecho, periodistas serios como Glenn Greenwald ponen en evidencia la propaganda institucional mediante el rigor profesional. No tiene sentido señalar las inconsistencias de un informe no verificado, mediante una fuente anónima -no verificada- como 4Chan.

    En fin, no me voy a cansar de repetirlo. Cuidado con lo que se publica en este blog, la CNN tiene la misma credibilidad que Sputnik News -aunque entiendo que la rusofobia no os lo permita ver.

    1. Sencillamente el orden dado en llamar neoliberal propio del post-1991 se va al guano. En perfecto paralelismo con los años 30 estamos viviendo un double movement polanyiano en toda regla. Entonces, como ahora, surgieron movimientos populistas de derecha e izquierda ante los que Polanyi razonaba que una socialdemocracia keynesiana era la mejor solución. El autismo de los economistas y la apuesta del 1% por el fundamentalismo de mercado, que tantos beneficios les trae, impide esa solucion racional aparentemente, entonces como ahora. Cuando las oleadas de movimientos «occupy» abogaban por una mayor democracia frente al imperio del libre mercado fueron ridiculizados por el establishment economico (que no vio venir la crisis economica de 2008) y el politologico (Que ni vio venir a Trump, ni vio venir el Brexit, ni ve venir lo que está viniendo en Europa y únicamente les tacha de unos amorfos populistas euroescépticos). Y al final te plantas en las elecciones USA con un candidato cuasifascista (Trump), una candidata capitalista-neoliberal (Clinton), y un candidato que se autodefinio siempre como socialista (Sanders) cuya campaña fue saboteada por su partido demócrata y que según algunos hubiese podido hacer frente mejor que la impresentable Hillary y su capitalismo de amiguetes a Trump, con su trayectoria de especulador inmobiliario sin ética, su nebulosa antiglobalizacion unida a un equipo de gobierno archimillonario, sus asesores simpatizantes con el anarcocapitalismo y amistades en el mundo neonazi…Están despertando demonios horribles por no haber sabido controlar al fundamentalismo de mercado.

      1. Por cierto, para ver esa supeditación de absolutamente todo al mercado, en la creencia de que este funciona como la ley de la gravedad newtoniana, son bien conocidas las cagadas americanas en el gobierno de ocupacion de Irak y como inflamó la situación. Pero cabe recordar la posición de Hilaria al respecto https://www.youtube.com/watch?v=4amgOoCE5gY

  6. Es raro que el autor nunca cite el famoso discurso de Putin el 12 de Febrero en Munich (2007) como hito en el que se oficializa el rescate de la guerra fría del baúl de los recuerdos. Digo “oficializa” porque la NFG puede remontarse por lo menos a 2004, año en el que la perplejidad ya dejaba paso al desengaño:

    “El nuevo «milagro económico» ucraniano vuelve a dar al Estado los medios para su política. En cambio en Rusia, actualmente se cuestiona la legitimidad de los oligarcas. Para mantener su estatuto, cada clan se ve en la imperiosa necesidad de desarrollar alianzas, sea con la Federación de Rusia, sea con los Estados Unidos por medio de la Unión Europea, resucitando un perfume de Guerra Fría.”
    Moscú y Washington se enfrentan en Ucrania

    http://www.voltairenet.org/article122905.html

    Aunque los precoces dirán que el belén data de 2001, año en el que USA se retira unilateralmente del tratado ABM, y estoy de acuerdo.

    Supongo que citar un articulo publicado voltairenet resta credibilidad en este blog, pero en cualquier caso es mejor que la estéril autocomplacencia:

    http://www.zerohedge.com/news/2017-01-12/utter-stupidity-new-cold-war

    1. Respecto al artículo de zerohedge que ha enlazado viernes, me ha parecido muy oportuno destacar los siguientes puntos:

      1. «It seems so strange, twenty-seven years after the fall of the Berlin Wall, to be living through a new Cold War with (as it happens, capitalist) Russia».

      Efectivamente, la ‘Nueva Querra Fría’ ahora enfrenta a países capitalistas -sí, Rusia es un país capitalista.

      2. «The U.S. media following its State Department script depicts Russia as an expansionist power. That it can do so, so successfully, such that even rather progressive people—such as those appalled by Trump’s victory who feel inclined to blame it on an external force—believe it, is testimony to the lingering power and utility of the Cold War mindset».

      Básicamente, los ‘teóricos de la conspiración’ atribuyen la victoria de Donald Trump a la injerencia rusa, y al mismo tiempo son incapaces de ejercer la autocrítica para entender el fracaso de Hillary Clinton -¿de verdad, os lo tengo que explicar?

      No me voy a extender en detalles, sencillamente los estudios demóscopicos señalan que los votantes de Trump se encuentran entre los núcleos rurales, pero también entre los sectores más castigados por la crisis económica. Es decir, los más conservadores se han sentido identificados con el discurso políticamente incorrecto de Donald Trump. A su vez, la mayoría social castigada por la crisis, y que ya no tenía mucho más que perder, ha preferido abstenerse o votar en contra de Hillary Clinton, inmigrantes incluídos.

      ¡Ojo!, no es lo mismo votar a Trump por convicción que votar en contra de Clinton, la misma que ha impulsado la injerencia en Libia y Siria con resultados nefastos. Pero según los medios estadounidenses la explicación de la derrota de Clinton es la injerencia rusa.

      No hay más ciego que el que no quiere ver 😉

      1. Lo cierto es que el votante medio vota con el estómago -la mayoría ni siquiera conoce los crímenes de guerra de Hillary Clinton- pero al mismo tiempo tiene bastante facilidad para identificar a Clinton con el establishment.

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