El otro día, después de terminar y enviar a ElMed.io mi último artículo en el que me ocupaba de la Operación «Margen Protector» y su tratamiento en la prensa, Manel Gozalbo me pasó el enlace a un programa de RNE donde el corresponsal de la emisora en Oriente Medio explica lo sucedido así:
Israel quería venga el asesinato de tres colonos que el gobierno de Israel atribuía a los radicales de Hamás en Cisjordania aún a pesar de que la policía israelí negó tal posibilidad.
Aquí el contexto y a continuación una pista visual para los desorientados:
Tamaño despropósito me puso balístico y me despaché a gusto en mi cuenta de Twitter. Estoy acostumbrado a leer y destripar aquí las chorradas que eximios periodistas y académicos españoles escriben sobre el conflicto árabe-israelí. Basta recordar las boberías escritas por el profesor Francisco Veiga sobre la guerra del Líbano en 2006, el delirante relato de los últimos pensamientos de los terroristas suicidas de Hezbolá contada por el actual delegado de la Agencia EFE en el Norte de África o la basura antisemita de Ilya Topper sobre el Holocausto. Pero en este caso me entró el cabreo de pensar que Paco Forjas está en Israel cobrando un sueldo como corresponsal de una radio pública que pagamos todos. Hay que hacer un esfuerzo considerable para no enterarse de lo que pasó en 2014. Quizás Paco Forjas llegó a Israel después de aquella fase del conflicto. O quizás estamos ante un caso como el de aquel corresponsal de RNE en Berlín que no hablaba alemán y le pagaba a una amiga, que no estaba en nómina de RNE, para que le revisara la prensa alemana. Conté la anécdota en Twitter y al rato alguien, que se identificó como trabajadora de RNE, pidió respeto para los compañeros. Ya sabéis, los periodistas como la Legión. Al auxilio de los suyos con razón o sin ella. Así que mi artículo, «‘Margen Protector’ y la ‘hiperrealidad’ en el conflicto palestino-israelí», parece ahora una respuesta al análisis de Paco Forjas sobre que se trató una venganza por la muerte de tres adolescentes israelíes.
La verdad es que es un trabajo aburrido el tener que ir refutando las tonterías que se dicen sobre el conflicto árabe-israelí. «The amount of energy necessary to refute bullshit is an order of magnitude bigger than to produce it». En mi artículo empleo el término «hiperrealidad» de Jean Baudrillard para hablar de la fantasía construida por los medios. La acción de los actores externos sería mucho más útil y estaríamos más cerca de la solución a los problemas si los análisis en el centro del debate público fueran serios. Piensen en todos las matices, grises y contradicciones que reflejan trabajos como Un estado y medio de Jordi Pérez Colomé o Historia de Palestina. Desde la conquista otomana hasta la fundación del Estado de Israel de Gudrun Krämer.
Itxaso Domínguez comentaba en la página de Facebook de GuerrasPosmodernas.com que el dedicarme a dar leña a los periodistas por las tonterías que escriben sobre el conflicto (ella no usó esas palabras, pero ustedes me entienden) era adoptar una postura partidaria y era unir mi voz a la propaganda de uno de los lados. Que lo correcto sería al hablar del conflicto mostrar sus dos caras. Sería lo correcto, sin duda, si fuera a explicar el conflicto palestino-israelí. Pero yo lo que trato aquí son las tergiversaciones sobre un conflicto del que se cuenta machaconamente una parte. Hagan la prueba. Verán que en la prensa española se habla de la corrupción, el machismo y el racismo así que de cualquier otro problema de la sociedad israelí. Por ejemplo, alguien en Twitter me justificaba el boicot a Maitsyahu poniendo un enlace a una noticia o una foto sobre violencia policial en Israel contra inmigrantes irregulares. No hice la prueba, fallo mío, pero si hubiera buscado con Topsy en su perfil de Twitter hubiera apostado algo a no encontrar ni un solo comentario sobre la situación en los CIEs españoles. Es algo habitual, ver cómo se airean problemas de la sociedad israelí para mostrarlos como síntomas de una sociedad moralmente enferma cuando esos mismos problemas los tenemos en España y no parecen estar en el centro del debate público, como es el tratamiento a los inmigrantes en situación irregular. La sociedad israelí y su gobierno están bajo una lupa que no se aplica al lado palestino y que es presentado como un objeto pasivo en este conflicto por la perspectiva racista y paternalista de la izquierda occidental que niega la agencia al pueblo palestino, los «niños especiales» de Oriente Medio. Así que, mientras sesudos académicos e intrépidos reporteros sigan publicando análisis de mierda sobre el conflicto palestino-israelí, seguiré destripando el discurso anti-israelí hasta que algún día podamos tener un debate adulto y responsable sobre el conflicto.
Es lo más necesario en este asunto y en cualquiera, un debate adulto. En lugares como Yarmouk, en Siria, al Assad y su régimen matan a población civil palestina, y apenas se informa de ello en los medios. Tampoco se informa apenas de las pugnas (en muchas ocasiones violentas) entre los diferentes grupos políticos y militantes palestinos cuyas consecuencias paga la población civil palestina, ya que estas pugnas impiden negociaciones y acuerdos (con Israel y con otros interlocutores). Tampoco se habla de la corrupción de algunos dirigentes palestinos ni de la indiferencia mostrada por los Estados árabes hacia la población palestina.
Se debe dar a conocer el retrato más completo y fidedigno posible de cada una de las partes involucradas en un conflicto, de lo contrario no se estará ayudando en la resolución de ese conflicto.
Jodó!!!, que cabreo. Pero estoy de acuerdo en lo de ciertos analistos, sesudos académicos e intrépidos periodistas y periodistos…
Imagínate. Te pones a pensar que el pavo está en Israel cobrando un sueldo de una entidad pública tocándose los cojones a dos manos.
Pides demasiado .Por cierto.El Sistiaga sigue haciendo de las suyas, o ha dejado paso a nuevos alumnos?