Irán, entre la contradicción y la paradoja

Irán es de esos temas de los que he acumulado libros y sólo había leído unos pocos. Ahora, ya con una publicación a mis espaldas, me he animado a profundizar en el tema Y he empezado por dos reportajes periodísticos hechos a ras de tierra en el país.

«Irán. Entre la amenaza nuclear y el sueño occidental»
Claire Tréan
Península, 2006.

Claire Tréan es una periodista francesa y realizó varios reportajes y entrevistas en Irán entre mayo y diciembre de 2005, justo al comienzo de la primera legislatura de Mahmud Ahmadineyad. Se nota que los distintos capítulos se escribieron en diferentes momentos, porque en algunos se mencionan a Ahmadineyad como el recién elegido presidente del gobierno y como una incógnita o una esperanza. Y en otros se menciona como un presidente que ya lleva tiempo en el cargo y ha dejado ver sus cartas en el juego de poder iraní. Siendo un libro de 2006 se nota ya en él el paso de los años. Al fin y al cabo, es un libro previo a la Revolución Verde de 2009.

La autora mezcla el análisis de la realidad política, económica y social de Irán con las perspectiva de los iraníes corrientes que encuentra y entrevista. Aunque sólo el testimonio de un iraní aparece en el libro en formato de entrevista (capítulo 7, pp. 104-115). Se trata de un basiyi, un partidario del régimen, que cuenta como las bases impusieron a los líderes el apoyo a Ahmadineyad en las elecciones de 2005. Un segundo iraní confirma en el testimonio del primero, por cierto.

 

«Puedes pisar mis ojos. Un retrato del Irán actual».
Serge Michel y fotos de Paolo Woods.
Alianza Editorial, 2011.

Serge Michel es un periodista suizo francófono. Residió como corresponsal free-lance en el país durante un tiempo y se le ocurrió la idea de un reportaje sobre la «felicidad» en el país. Había llegado a la conclusión de que los iraníes, detrás del descontento con la política y la marcha de la econonomía del país, eran un pueblo que ha aprendido a disfrutar de las pequeñas cosas de la vida. Así que decidió recorrer Irán acompañdo del fotógrafo Paolo Woods para entrevistar a iraníes de toda clase y condición. Desde un cirujano de éxito de Teherán a un proxeneta de provincias. En el libro el autor presenta el testimonio de los iraníes sin intercalar preguntas o comentarios. Sólo un hecho aparentemente fortuito se cruza en su camino y le mueve a tomar partido: La Revolución Verde.

Ambos libros se complementan y superponen en el tiempo. Con perspectivas y matices diferentes presentan un país tremendamente contradictorio y lleno de paradojas. Irán es una teocracia conservadora profundamente hostil a la cultura occidental donde sus ciudadanos tienen total libertad para entrar y salir al país, a la vez que mediante Internet y la televisión por satélite están totalmente conectados con el mundo. El país se compone así de dos caras opuestas: El Irán oficial y el real, el público y el privado, lo político y lo personal… Todos los años se celebra el Día de Jerusalén y uno de los lemas revolucionarios acuñado por el ayatolá Jomeini fue «la destrucción de Israel». Sin embargo los iraníes se sienten ajenos a la causa palestina, un asunto árabe que implica a un pueblo que apoyó a Saddam Hussein en el conflicto de Kuwait (1990-1991). El pueblo iraní mira con simpatía a Estados Unidos, aunque sólo sea por llevar la contraria al régimen. Y aspiran a que su país tenga relaciones buenas y abiertas con Washington pero de tú a tú.

Ambos autores relatan una y otra vez cómo en Irán todo tiene dos caras: La estricta moral oficial y la revolución sexual encubierta de las nuevas generaciones; las discriminaciones legales hacia la mujer y su predominio entre el alumnado universitario; el rechazo al régimen y su profundo orgullo nacional… Ambos se recrean en esa continua dualidad que adquiere a veces tonos cómicos y que da título al libro de Claire Tréan en su versión original francesa: «La paradoxe iranien». Y ambos componen un análisis de la situación política de Irán que nunca había visto antes y que me obligan a cambiar mi análisis sobre el país.

Irán es un país rico en hidrocarburos con una economía esclerotizada y corrupta donde se han enriquecido unos pocos sin que se vean beneficiado el grueso de la población. La Revolución Islámica sirvió para el ascenso de los mulás como una nueva clase social cuyo prestigio ha quedado en el camino totalmente erosionado. Ocho años de gobierno del moderado presidente Jatami (1997-2005) demostraron las limitaciones del régimen. El complejo sistema de equilibrios y contrapoderes le impidieron llevar a cabo su agenda política y dejó desencantada con el régimen a toda una generación de jóvenes que le apoyaron. Se perdió además una ventana de oportunidad que se cerró con la declaración de Irán como parte del «Eje del Mal» en 2002.

En las elecciones de 2005 los bastiones conservadores del poder estaban desconcertados, incapaces de seleccionar un candidato a la presidencia. Emergió entonces la fuerza de los basiyi, la milicia que forma la reserva para los Guardianes de la Revolución (pasdarán) y cumple funciones auxiliares de orden público. Impulsaron a Mahmud Ahmadineyad como candidato, convirtiéndolo en la segunda vuelta de las presidenciales en el «candidato del régimen». Tréan presenta dos testimonios pero ambos autores coinciden en señalar a los pasdarán y basiyi como un bloque de poder dentro del régimen que forma el núcleo duro ideológico y forma un estado dentro del estado al contar con poder militar y económico. El discurso populista de Ahmadineyad sobre su intención de repartir la riqueza del país y luchar contra la corrupción caló entre las masas pero el tiempo demostró sus pocas intensiones de llevar a la práctica su propio programa político. Comenzó entonces su búsqueda de la confrontación exterior.

El mismo bloque emergente de poder impuso su fuerza en las elecciones de 2009. El líder de la Revolución, Alí Jamenei, abandonó su posición de árbitro entre los distintos poderes del país y ratificó la victoria fraudulenta de Ahmadineyad.

Las implicaciones de esto son profundas. El régimen es irreformable desde dentro. El sistema de equilibrios y contrapoderes se ha visto afectado por por el ascenso del bloque conservador laico formado por los Guardianes de la Revolución. Los intereses de ese bloque de poder no es sólo ideológico sino también empresarial en un país rico en hidrocarburos. Sólo cabe imaginar que nunca renunciará al poder por las buenas…

8 respuestas a “Irán, entre la contradicción y la paradoja

  1. Jo, es lo mínimo después de poder disfrutarte

    Y que si borras estos dos mensajes «tecnicos» no voy a protestar, eh?? Así queda el espacio para los de «Debate»

  2. No, hombre. Pa’ unos pocos comentarios que tengo, voy a borrarlos.

    Haré una reseña de un librito del CESEDEN sobre Irán, publicado en 2010. Para que veas el nivel Maribel con el que nos movemos en España.

  3. ¿Paradoja iraní? Cualquiera que haya convivdo con musulmanes te confirmará lo falso e hipócrita de su cultura. No sé si ati o alos autores se les ha olvidado otra característica: lamiseria en que vive la mayoría que, corprendentemente para nsootros se enorgullece de que mientras ellso están en la miseria, sus dictadores se encuentran entre los más ricos del mudo… Y sobre tod, el que quieren imponernos la falsa y corrupta moral de la que precísamente vienen huyendo.

  4. Félix, el día que leas sobre esa secta del judaísmo llamada «cristianismo» lo vas a flipar en colores.

    Su fundador se lió a golpes con los mercaderes del templo pero sus seguidores al institucionalizarse acumularon riquezas sin igual. El tipo predicó la paz y el amor pero sus seguidores difundieron sus enseñanzas a sangre y fuego por América, África y Oceanía. Y fue siempre muy claro en mostrarse en contra de la idolatría. Pero aquí en España sus seguidores montan la «Semana del Orgullo Católico» y se dedican a pasear tallas de madera ante las que la gente llora de emoción. ¡Delirante!

  5. Me parece que me pierde el odio y la ignorancia.

    En fin no hay más que comprar los países de tradición cristina con los musulmanes. Ahí se termina toda discusión.

  6. Félix, hombre. No seas tan duro contigo mismo.

    Y tienes razón en tu segundo párrafo. No hay más que ver los afanes imperialistas y expansionistas de los paises de tradición cristiana, que terminaron convirtiendo por la fuerza a poblaciones de otras religiones.

Los comentarios están cerrados.

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