La venta de entre 15 y 18 hidroaviones US-2 japoneses a India debió servir de pista. Era la primera exportación de la industria de defensa japonesa tras la
El siguiente paso vino dado por necesidades comunes. Australia buscaba un nuevo submarino de ataque convencional con una autonomía que excedía la de los productos de la industria europea. Japón era el único país que desarrolla submarinos convencionales pensados para largas patrullas oceánicas. Así que finalmente la necesidad llevó al acercamiento. Y el gobierno japonés ha ofrecido a Australia la construcción conjunta del submarino clase Sōryū. Como nota curiosa, la armada japonesa cambió la costumbre de postguera de bautizar a sus submarinos con nombres de corrientes marinas para darle nombres de dragones a los submarinos de la clase Sōryū, cuya cabeza de serie lleva además el nombre de un portaaviones de la Segunda Guerra Mundial.
La ofensiva exportadora del gobierno japonés no ha quedado ahí. El gobierno japonés ha ofrecido al Reino Unido su avión de patrulla marítima y de lucha antisubmarina Kawasaki P-1. La fuerza aérea británica dio de baja de improviso a sus aviones Nimrod MR4 en unos recortes brutales que le dejó sin aviones de patrulla marítima e incapaz de intervenir en caso de naufragio lejos de la costa o de la aparición de submarinos en sus aguas, dos situaciones que se han producido no hace mucho.

El mercado occidental de aviones de patrulla marítima de largo alcance está bastante limitado. El avión cuasi estándar es el viejo Lockheed P-3 Orión, desarrollado a partir de un avión cuatrimotor turbohélice de pasajeros desarrollado en los años 50 que evidentemente ya no se fabrica. El sustituto que ha desarrollado Estados Unidos es el Boeing P-8 Poseidon, una versión ultrasofisticada del avión de pasajeros Boeing 737 con un precio bastante alto. De momento sólo se ha exportado a Australia e India. Japón, que tiene una flota enorme de más de cien P-3, optó por desarrollar un avión propio. El mayor escollo para la exportación es la integración de toda la electrónica. El desarrollo de una versión de exportación con estándares OTAN tendría un costo de desarrollo. Pero sin duda la llegada del P-1 supone competencia para el P-8, rompiendo el monopolio de Boeing.
Decidí hace tiempo dejar de ocuparme de Asia-Pacífico por falta de tiempo, pero ante dos noticias el mismo día sobre Japón convertido en exportador de tecnología militar no podía dejar pasar la oportunidad de contarlo aquí.
Las exportaciones de defensa también le sirven a Japón para crear vínculos diplomáticos y de intercambio de tecnologías y de estándares. Crear y afianzar lazos internacionales es algo que seguramente verá importante el gobierno japonés ante el crecimiento chino.
La verdad es que el Kawasaki P-1 parece una buena competencia para el P-8 Poseidón.
Y yo que pensaba que el P-8 era grande… ¡el P-1 es enorme!
Yo también estoy sorprendido. Parece que el P-1 está a una escala diferente.
Se os olvida el C295 MPA fabricado aquí en España. El año pasado vendió dos a Brasil y tres a Omán. OK, es un turbohélice pero a día de hoy es el que más se está vendiendo para patrulla marítima (ya está operado por Chile, Guardia Civil Española, Marina Mexicana, Colombia, Irlanda… De hecho para el contrato que comentas de UK Airbus ya ha ofrecido también varios C295.
De todas maneras Japón no podía quedarse estancado en políticas militares de hace 40 años ante la creciente hegemonía china en Asia: políticas nuevas ante escenarios nuevos.
Creo que si tenemos en cuenta autonomía me parece que pertenecen a categorías diferentes aunque Chile haya adoptado el C-295 ASW como su principal avión antisubmarino.