Tropezar dos veces con la misma arena

En el año 2009 el Día de las Fuerzas Armadas (DIFAS) se celebró en Santander. La celebración va moviéndose por España y en aquella ocasión se realizó una exhibición aeronaval en la que se ejecutó una operación con fuerzas de operaciones especiales e infantería de marina en la playa del Sardinero.

Durante el desembarco en la playa un vehículo Piranha IIIC del Batallón de Desembarco Mecanizado (BDMZ) del “Tercio de Armada” se quedó clavado en la arena. En aquel entonces se dijo que había sido cuestión de mala suerte porque una rueda había quedado encajada en una poza que había permanecido oculta hasta el día de la celebración de la exhibición. «Fernando C.» en la red X nos da otra versión: «Se metió en el hoyo que hicieron los lanchones en el fondo con las hélices el dia anterior en el ensayo, que se hizo con marea alta. Al dia siguiente, la exhibición se hizo con marea baja y desembarcaron encima de los boquetes…»

En el año 2024 la rotación por toda España del lugar de celebración del DIFAS nos llevó de nueva a una ciudad costera de la cornisa cantábrica: Gijón. Otra vez se realizó una exhibición aeronaval, que incluyó una operación de desembarco en la Playa de San Lorenzo. Y en esta ocasión también se quedó un vehículo clavado en la arena. En esta ocasión fue un vehículo VAMTAC VT5.

La realización de exhibiciones para el público civil y medios durante el DIFAS está muy lejos de ser un auténtico ejercicio de adiestramiento porque tiene un elemento de espectáculo. El grado de exigencia a los profesionales no es el de un ejercicio militar. Pero ya es casualidad que en dos ocasiones en una playa de territorio nacional a plena luz del día sendos vehículos de ruedas se hayan quedado clavados en la arena. Y hablamos en el caso de esta última celebración del DIFAS de una playa en la que hubo un reconocimiento previo a plena luz del día, tal como recogía la propia cuenta de la Armada en Youtube. Es inevitable pensar qué hubiera pasado en una playa hostil, con poca luz y con el riesgo inherente de acción del enemigo. Y es inevitable pensar en el viejo debate de ruedas y cadenas.

Creo que tenemos claro que la brigada de infantería de marina “Tercio de Armada” es una unidad expedicionaria y anfibia que debería ser capaz de generar las fuerzas de desembarco con el margen más amplio posible de opciones a la hora de elegir una playa viable. Y es que no sólo hemos visto desde la caída del Murto de Berlín cómo los puntos candentes del planeta han ido saltando de entornos naturales muy diversos, sino que las distintas crisis han resultado imprevisibles. Podríamos repasar la literatura sobre cada caso y sería muy difícil encontrar a alguien que anticipó el estallido de una guerra civil en Libia en 2011 o un conflicto militar en Ucrania en 2014. Por tanto, no creo que nadie pueda afirmar que las fuerzas de desembarco generadas por el «Tercio de Armada» van realizar únicamente operaciones anfibias sobre costas de países con una densa red viaria y playas con amplias infraestructruras. Y que el barro, el fango, la arena y la nieve no van a ser obstáculos a superar.

Desembarco en Tiro (Líbano).

No hay que remontarse muchos años para encontrar a un “Tercio de Armada” que contaba con cuatro familias de vehículos de cadenas: una compañía de carros de combate M60A3, una compañía de vehículos de exploración Alvis Scorpion, una batería de piezas de artillería autopropulsada M109 y una compañía de vehículos de asalto anfibio AAV7. De todos estos, los vehículos específicos de fuerzas de infantería de marina son los AAV7, cuyos planes de modernización al estándar RAM/MS que se debatían en el TEAR en 2006, parece que fueron olvidados por el camino. Mientras tanto, en 2023 Grecia encargaba 63 vehículos de este tipo.

En el año 2020 el entonces general jefe del TEAR afirmaba en una entrevista para la revista Defensa que los planes previstos era dotar a toda la brigada de vehículos de ruedas, incluyendo un vehículo de apoyos de fuego y una pieza de artillería autopropulsada. Desde aquel entonces hemos visto alguna presentación de la Armada donde se continúa con la idea planteada entonces de un vehículo 8×8 con cañón de 105 ó 120 milímetros y aparece el vehículo que señalaría el futuro del TEAR: el ACV (Vehículo de Combate Anfibio).

El ACV en la feria FEINDEF 2023.

El Vehículo de Combate Anfibio (ACV) es un desarollo de BAE System a partir de un diseño italiano que responde a la necesidad del cuerpo de infantería de marina estadounidense de un vehículo interino tras el fracaso del Vehículo Expedicionario de Combate (EFV). Este último pretendía ser un auténtico vehículo de combate de infantería dotado de un blindaje significativo y una torre con cañón de 30mm que, además, fuera capaz de moverse por el agua a gran velocidad. La combinación requería un motor monstruoso y el sistema resultante era complejo y poco fiable.

Como pudimos ver en la feria FEINDEF 2023 el ACV 8×8 es un vehículo de tamaño ridículo. Dos casos de revolcones en la rompiente (con un muerto en uno de los dos accidentes) llevaron a paralizar la flota y rediseñar los planes de formación. Más recientemente, un informe del Servicio de Investigación del Congreso (CRS) estadounidense reflejaba que el programa de incorporación del nuevo vehículo se había ralentizado mientras surgían dudas sobre la capacidad de supervivencia de un vehículo así a la luz de las lecciones aprendidas en Ucrania. Véase: «The Marine Corps’ Amphibious Combat Vehicle (ACV)«.

El portal defensa.com recogía en diciembre de 2022 que los planes de la Armada era adquirir 34 vehículos ACV entre «2024 y 2035» para sustituir los 19 AAV7 (en diferentes variantes). Y en una segunda fase sin fecha adqirir 12 vehículos 8×8 con cañón de 105 ó 120mm.

Que los 39 Piranha IIIC en servicio en el TEAR empezarán a cumplir el fin de su ciclo de vida en 2028 ha llevado a que se estudie también la idea de sustituir los vehículos de asalto anfibio AAV7 y los vehículos Piranha IIIC en un único programa. Véase «El nuevo Vehículo de Combate Anfibio del USMC. ¿Una oportunidad para nuestra Infantería de marina?» por el teniente coronel Miguel Hernández Suárez-Llanos.

Que el futuro del «Tercio de Armada» pase por una flota de vehículos de ruedas al completo responde a una sola razón: la falta de recursos y de personal para mantener varias familias de vehículos cada vez más complejos. No hay ninguna razón doctrinal que lo justifique, más allá de hacer de la necesidad virtud con referencias a la interoperatibilidad con el cuerpo de infantería de marina estadounidense si se adquiere el vehículo ACV 8×8 o apelaciones a la menor huella logistica de los vehículos de ruedas en general.

Sin entrar en fantasías, no es difícil encontrar vehículos de cadenas que pudieran prestar al TEAR la «flexibilidad anfibia» de la que tanto hacen gala los infantes de marina. Pienso inmediatamente en el BvS10, vehículo que en el Ejército de Tierra se denomina Transporte de Oruga de Montaña y que emplean las infanterías de marina de Reino Unido y Holanda. Dotado de una ametralladora de 12,7mm tendría la misma capacidad de combate que un VAMTAC VT5, aunque su función fundamental no sería actuar de punta de lanza sino de moverse por la cabeza de playa llevando personal, suministros y evacuando heridos allí donde otros vehículos quedarían clavados en la arena. Además es anfibio.

No sé si estamos a tiempo de modernizar los AAV7. Pero los números de sumar el programa de modernización y la compra de una compañía de vehículos BvS10 para el Grupo de Movilidad Anfibia es asumible en la actual fase expansiva de los gastos de defensa en España. La pregunta clave es qué infantería de marina queremos razonando los escenarios posibles para pelear por ella. De lo contrario, nos conformaremos con la infantería de marina que nos podemos permitir ahora, que séra una caja de herramientas semivacía y que nos obligará a rezar para que el día que la necesitemos lo que haya dentro nos sea útil.

3 respuestas a “Tropezar dos veces con la misma arena

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  1. Mi respuesta a la pregunta clave es que quiero una Infantería de Marina que sea una unidad expedicionaria pesada (con muchas cadenas) por contraposición a la Legión (expedicionaria ligera).

    También creo que aunque sea de despliegue naval, hay que desistir de la capacidad de hacer desembarcos de combate (opino lo mismo del ala fija embarcada).

    El objetivo tiene que ser dotarnos de la capacidad de poner una brigada pesada en cualquier parte del mundo en quince días desembarcando en puerto o en playas sin defender.

  2. El BvS10 me parece una buena elección. Fiarlo todo a las ruedas ya vemos que es por una cuestión de necesidad pero alguien en el Ministerio tendría que fijarse en el BvS10.

  3. Oportuna llamada a la realidad. La «moda» de desplazar las funciones a vehículos de ruedas producto de los conflictos asimétricos llego a su fin con la ultima invasion de Ucrania, aunque debería haberlo hecho con la primera (Crimea 2014).
    Hay que volver y rápido a las cadenas, única solución para movilidad todo terreno y el blindaje.

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