Un fuerza de operaciones anfibias para apoyo a operaciones especiales.

El sábado 17 de julio me pusieron la segunda dosis de Pfizer contra el coronavirus de los cojones. Pasada la medianoche sentí unos extraños escalofríos, considerando el calor de esta época del año. Me desperté de madrugada con fiebre. 39 grados. A partir de ahí empezó un carrusel de efectos secundarios: mareos, náusea, dolor muscular y agotamiento. Mientras me hacía efecto el Paracetamol, ese medicamento que me cuentan escasea en los centros de atención primaria de la Cuba que presume de vacunas, sentí en mi cabeza como si dentro de ella emitieran decenas de canales de televisión simultáneamente. Los efectos de la fiebre en mí suelen tener carácter visionario. En 2002 sentí súbitamente las ganas de ir a Estambul, algo que cumplí en 2008. Y en este último proceso febril se mezclaron en mi cabeza dos ideas a las que he dedicado atención últimamente en Twitter, dedicándole a cada una un hilo de actualización indefinida. El primero es el futuro de las infanterías de marina y las operaciones anfibias. El segundo es la infantería ligera y las fuerzas móviles ligeras. Pueden ver el comienzo del primer hilo aquí. Y pueden ver el comienzo del segundo hilo aquí.

La visión de ambas ideas combinadas en mi cabeza dio como resultado pensar en aplicar el concepto original británico de comandos navales a la infantería de marina española para crear una fuerza de apoyo a operaciones especiales. Se trataría de entrenar y dotar de materiales al Batallón de Desembarco I (BD I) de la Brigada de Infantería de Marina «Tercio de Armada» (TEAR) para convertirlo en Special Operations Capable como lo fueron en su momento las Marine Expeditionary Units (MEU/SOC) y convertirse así en una unidad que pueda apoyar a la Fuerza de Guerra Naval Especial (FGNE).

Composición de un MEU de la Infantería de Marina estadounidense.

La idea de que las fuerzas de operaciones especiales necesitan el auxilio de especialistas que no necesariamente tienen que tener su nivel de preparación o sus mismas capacidades se ha ido abriendo paso afortunadamente en las fuerzas armadas de la OTAN. Dediqué al tema un artículo que fue publicado en la revista Ejército del Ejército de Tierra español, haciendo un recorrido por las unidades relevantes de los ejércitos estadounidenses, británicos y franceses. El artículo apareció en el número 909 de diciembre de 2016. Precisamente aquel mes el Mando de Operaciones Especiales (MOE) del Ejército de Tierra puso a prueba el concepto de Fuerzas de Apoyo a Operaciones Especiales en el ejercicio EMPECINADO 16. El concepto fue considerado también en la enésima reforma del Ejército de Tierra, que asigna esa misión a la Bandera «Ortiz de Zárate» III.

Mi idea sería asignar una nueva misión al BD I, más allá de las que ya tiene asignadas como parte del TEAR para eventualmente apoyar en sus misiones a la Fuerza de Guerra Naval Especial. Esto supondría también repasar aquellas capacidades especializadas que se encuentran en el seno del TEAR, desde la Compañía de Reconocimiento a los especialistas NBQR y EOD, para conformar un catálogo de capacidades suplementarias que ofrecer a la FGNE puntualmente.

En tiempos de presupuestos escasos esta idea no necesariamente requiere grandes compras de nuevos equipos. Ya vemos como una función parecida la ha asumido la antigua BPAC III en el Ejército de Tierra, sin que hayan trascendido noticias de compras de equipos y nuevas infraestructuras. Pero evidentemente la idea de contar con un BD I reformado para ser BD I (SOC) supone la oportunidad de explorar la posibilidad de prepararse para las operaciones distribuidas y las operaciones anfibias de entidad Subgrupo Táctico, como planteaba el concepto Company Landing Team (COLT) de la Infantería de Marina estadounidense. Esto supone dotar a un fuerza de entidad compañía de capacidades C3 para desarrollar operaciones autónomamente, incorporar personal cualificado para controlar toda clase de apoyos de fuego terrestre, naval y aéreo, contar con drones tácticos para misiones de reconocimiento y sistemas de defensa contra drones. Idealmente todos esos equipos deberían poder caber en una mochila o en un baúl ruggerizado que quepa en una embarcación RHIB o en un helicóptero..

En principio considero a ese BD I (SOC) como una fuerza anfibia ligera porque el siguiente concepto que tengo en mente, considerando las operaciones anfibias distribuidas, es que ese Subgrupo Táctico actuaría en solitario en escenarios secundarios o crisis imprevistas de baja intensidad mientras el resto de fuerzas del TEAR y medios de la Armada Española están ocupados en otra parte. La idea por tanto sería llegar a la zona de operaciones desde buques como patrulleros de altura y buques logísticos, transportando el material en contenedores estándar. Tenemos precedentes como el despliegue portugués durante la Guerra Civil de Guinea-Bisau o el desembarco keniata en Kismayo (Somalia) en 2012. En esta última operación, las fuerzas keniatas desembarcaron desde el patrullero «Jasiri» construido en los astilleros españoles Gondan. El concepto de desplegar infantes de marina en toda clase de buques empezó a ser puesto a prueba en Estados Unidos desde 2015.

Cubierta del patrullero keniata «Jasiri» con embarcaciones neumáticas.
Militares keniatas en una embarcación RHIB.

Si se contaran con los buques de asalto anfibio principales y sus diques inundables, contaríamos con los vehículos de asalto anfibio AAV7 y las lanchas de desembarco LCM-1E. Estas últimas pueden hacer llegar a tierra toda clase de vehículos, pesados o no. En esas circunstancias el contar con los medios del Batallón de Desembarco Mecanizado (BDMZ III) nos puede hacer reconsiderar si lo necesario aquí es añadir nuevas funciones al BD I o por el contrario contar con elementos de cada Batallón de Desembarco para añadir al catálogo de capacidades que ofrecer a la FGNE. Y mientras, considerar el contar con vehículos específicos adaptados a las necesidades de esas fuerzas de apoyo a operaciones especiales de la misma manera que el MOE cuenta con una versión del VAMTAC ST5 denominada Vehículo Medio de Operaciones Especiales (VMOE).

VAMTAC ST5 destinado al TEAR. Foto: UROVESA.

Desarrollar las tres ideas del apoyo a operaciones especiales en el seno de la Infantería de Marina española, las operaciones de asalto anfibio llevadas a cabo por fuerzas de entidad compañía reforzada y el empleo de fuerzas de asalto anfibio ligeras desde buques alistados de forma improvisada creo que merecen ser desarrolladas en un artículo para la Revista General de Marina de la Armada Española.

3 respuestas a “Un fuerza de operaciones anfibias para apoyo a operaciones especiales.

  1. Cabe pensar que desaparecieron los efectos de la vacuna-2. Parece ser mas frecuente de lo que se escucha.

  2. Muy buenas referete a su artículo decirle que esa «unidad» es efectiva en el Tercio de Armada desde el 2016 donde precisamente el BD-I empezó con esa andadura como una agrupación para el combate nueva y bautizada como GAES y que cada año se renueva y toma esa función el batallón saliente del BRD ininterrumpida hasta hoy en día. Con el fin que usted menciona para apoyar a la FUGNE con capacidades suplementarias como eod, eor, equipos ACAF, una cia de fusiles, SC AMP, SPIKE Y M81 etc etc incluyendo desde artillera a tiradores etc etc

    1. Escribí esto que se me ocurrió bajo los efectos de la fiebre y resulta que en la Infantería de Marina española ya estaba inventado el concepto Grupo de Apoyo Especializado (GAES) y el concepto Batallón Reforzado de Desembarco – Special Operations Capable (BRD-SOC). Tendré que recopilar lo poco que se ha publicado sobre el tema, principalmente crónicas de ejercicios. Porque juraría que no hay nada o casi nada en la Revista General de Marina o el Boletín de Infantería de Marina.

      Lo que sí quiero explorar es el concepto de operaciones distribuidas y buques de asalto anfibio improvisado.

Los comentarios están cerrados.

Esta web funciona gracias a WordPress.com.

Subir ↑