Buques para guerras posmodernas (recordando a Jorge Aspizua)

Como escribí en mi artículo «La tentación de la guera tecnológica o el camino hacia el Air-Sea Battle Concept», la teorización sobre guerra asimétrica, terrorismo y contra insurgencia dominó el panorama intelectual estadounidense durante la década que va del 11-S a la muerte de Osama Bin Laden. Así que no es de extrañar que en el seno de la U.S. Navy se decidiera diseñar un buque de guerra pensando en los conflictos no convencionales. El resultado resultó ser un truño, del que escribí aquí en 2013 en «La U.S. Navy intenta entrar a trompicones en el siglo XXI«.

120502-N-ZZ999-009 SAN DIEGO (May 2, 2012) The first of class littoral combat ships USS Freedom (LCS 1), left, and USS Independence (LCS 2), maneuver together during an exercise off the coast of Southern California. The littoral combat ship is a fast, agile, networked surface combatant designed to operate in the near-shore environment, while capable of open-ocean tasking, and win against 21st-century coastal threats such as submarines, mines, and swarming small craft. (U.S. Navy photo by Lt. Jan Shultis/Released)
El USS Freedom (LCS 1) a la izquierda y el USS Independence (LCS 2) a la derecha. Foto: Lt. Jan Shultis/U.S. Navy.

La idea original era peculiar. Se trataba de sustituir un total de 56 buques de tres clases diferentes por 52 nuevos «Buques de Combate Litoral» («Littoral Combat Ship», conocidos por sus siglas LCS). Los buques a sustituir eran las últimas 30 fragatas de la clase «Oliver Hazard Perry»  en servicio (un diseño modificado en España para constituir la clase «Santa María»), 14 buques de guerra contra minas de la clase «Avenger» y 12 cazaminas litorales clase «Osprey». Para poder cumplir misiones tan diferentes como guerra antisubmarina y guerra contra minas los LCS debían llevar equipos modulares de quita y pon.

Puestos a imaginar una fragata que debe cumplir misiones de guerra antiminas podríamos pensar en un diseño base que empleara embarcaciones auxiliares no tripuladas. Al fin y al cabo, no es cuestión de hacer navegar un buque de guerra con casco metálico por una zona donde se sospeche que hay minas magnéticas. La idea no es un invento nuevo. Los alemanes desarrollaron un sistema conocido como Troika empleado hoy en día en una versión avanzada por los dragaminas clase Ensdorf. Pero entonces empezaron las genialidades estadounidenses típicas del Pentágono.

Sistema MCM polaco
Sistema polaco contra minas con vehículos no tripulados de superficie y submarinos. Imagen vía European Defense Agency.

El diseño base del LCS no era una fragata equiparable a las «Oliver Hazard Perry», sino un buque de desplazamiento casi equivalente pero con un armamento ligero propio de un patrullero: un cañón Bofors de 57mm. y un sistema antiaéreo de corto alcance RAM. El armamento se pretendía completar con los sistemas modulares de quita y pon. Un requerimiento del programa LCS era que el buque tuviera poco calado para poder acercarse a la costa y una velocidad punta elevada. De lo primero derivó que sean buques poco marineros y de lo segundo que hubo que instalarle una planta motriz muy costosa.

El desarrollo de los sistemas modulares resultó un fiasco, con retrasos y soluciones interinas que dejaban a los buques con capacidades muy por debajo de las requeridas. Por ejemplo, debía contar con un misil ligero con un alcance de 40km., pensado para combatir embarcaciones pequeñas (véase mi artículo «Irán y la guerra naval asimétrica»). El programa fue cancelado y fue sustituido por el misil Griffin, con un alcance de unos pocos kilómetros. Para colmo, que el coste del programa se disparara supuso que se empezara a hablar de recortes en los planes de 52 buques, cuyo precio se elevó al de una fragata avanzada. Es más, en una solución salomónica para tener a todo el mundo contento en el Complejo Militar Industrial estadounidense se decidió no nombrar un ganador del concurso, sino encargar buques de las dos clases finalistas. Con lo que no sólo se redujeron las economías de escala en su producción, sino que se le complica la logística y formación a la U.S. Navy.

Para rematar, los buques han resultado poco fiables. Por ejemplo, los cuatro LCS de la clase «Freedom» han tenido problemas de mantenimiento, requiriéndose el remolque a puerto en una ocasión. Y ahora, con las preocupaciones sobre China y su auge en el Pacífico, se cuestiona su utilidad en un conflicto convencional cuando su naturaleza de buque-para-todo-pero-bueno-en-nada lo deja sin un nicho de misión claro. Al fin y al cabo, son buques que no podrían ni enfrentarse a patrulleras lanzamisiles. La última decisión tomada es reducir el número de LCS a 28 para adquirir en las últimas series un solo modelo. Como complemento se encargarán 12 fragatas tradicionales. Uno de los cuatro contendientes es una versión de la clase «Álvaro de Bazán» de la Armada Española, el único diseño probado y en uso por dos marinas diferentes.

Mi impresión es que en Estados Unidos se olvidaron como realizar sistemas pequeños y asequibles. El concepto de sistemas modulares o la idea de buque multipropósito que no encaja en ninguna categoría convencional ha sido puesto en práctica sin que haya resultado un fiasco. Para colmo, el único sentido que tenía sustituir las fragatas de la clase «Oliver Hazard Perry» con buques menos armados era ahorrar dinero, considerando que hay toda una serie de misiones en las que enviar una fragata es desperdiciar recursos y desviar buques de guerra de sus misiones fundamentales. Pero al final, Estados Unidos se encontró pagando a precio de fragata unos buques que no son más que unos patrulleros con juguetes electrónicos.

Así que la pregunta es, ¿cómo tendrían que ser los buques de guerra pensandos para las Guerras Posmodernas? Hablamos de  conflictos irregulares, amenazas a la seguridad internacional y todas aquellas misiones que las fuerzas armadas se han ido encargando en las últimas décadas más allás de sus labores tradicionales porque las opiniones públicas las demandan. Hablamos de lucha contra la piratería y el terrorismo marítimos, evacuaciones de no combatientes en países en conflicto, interceptación de buques sospechos de llevar armas NBQ o sus vectores, lucha contra el narcotráfico y un largo etécetera, para los que los buques tradicionales son matar moscas a cañonazos.

El primer tipo que me viene a la cabeza son los patrulleros de altura de nueva generación, con un desplazamiento considerable para tener mayor autonomía y alta automatización para tener tripulaciones de menor tamaño con mejores condiciones de habitabilidad. Un buen ejemplo son los patrulleros holandeses de clase «Holland».

clase Holland

Los patrulleros clase «Holland» se caracterizan por un tonelaje parecido a los LCS con una alta automatización para una tripulación reducida y una mejor habitabilidad. Su diseño está orientado a reducir la firma radar, con todas las antenas y sistemas electrónicos integrados en un mástil central. Cuenta con plataforma de helicóptero, hangar y varias embarcaciones ligeras para desplegar trozos de abordaje. Su armamento principal es el ubicuo Oto-Melara de 76mm. con un montaje automatizado de 30mm. y dos montajes automatizados de 12,7mm. Lo mejor es su precio. Lo cuatro patrulleros clase «Holland» costaron 467,8 millones de euros. Por comparar, su equivalente español, los Buques de Acción Marítima (BAM), que tienen menos cacharrería electrónica y desplazamiento, son más caros. Los dos últimos BAM encargados a Navantia han costado 333 euros. Y por seguir con las comparaciones, en 2010 se encargaron diez LCS por 350 millones de dólares cada uno. Eso sí, en ese precio no se incluye otras partidas presupuestarias que aumentan el precio final de cada unidad a cerca de 500 millones.

Aparte de España y Holanda, otros países han desarrollado buques parecidos, en los que según el armamento y desplazamiento hablamos de patrulleros de altura, corbetas o incluso fragatas. Así, el diseño de los Patrulleros Oceánicos de Vigilancia de la Zona Económica Exclusiva (POV ZEE) que Navantia construyó para Venezuela en tiempos del presidente Rodríguez Zapatero (de ahí una denominación tan «buenista») ha servido de base para la oferta de fragatas a Arabia Saudita y a varias armadas hispanoamericanas. Mientras, las armadas chilenas y colombianas han incorporado el económico diseño alemán FASSMER OPV-80, que ya se ha estrenado bajo bandera colombiana en misiones antipiratería en el Cuerno de África después de pasar una calificación para el combate con la Armada Española.

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El buque HDSM Absalon (L16) de la Real Armada Danesa y el buqe ARC «7 de Agosto» (PZE-47) de la Armada de la República de Colombia. Foto vía webinfomil.com

Hablar de patrulleros de altura, corbetas y fragatas como alternativas razonables al concepto LCS significa que está ya todo inventado y que más le hubiera valido a la U.S. Navy no hacer experimentos extraños que le han dejado con unos buques carísimos a precio de fragata avanzada pero con armamento de patrullero de altura. Pero resulta que sí hay países que han desarrollado buques innovadores. Tal es el caso de Dinamarca, cuya armada usa sistemas modulares STANFLEX de quita y pon. Dinamarca ha desarrollado un tipo de buque original, la clase Absalon. Se trata de una fragata con armamento modular a la que se la dotado de espacio para carga y personal adicional de tal forma que puede llevar indistintamente una plana mayor, una compañía de infantería, vehículos o un hospital de campaña vía containers estandarizados. Además lleva dos embarcaciones rápidas SB90E.

Otro diseño interesante es la clase Endurance de la Armada de Singapur. Se trata de un buque de asalto anfibio con plataforma de vuelo para dos helicópteros medios y un dique inundable. Su armamento es equiparable al de los BAM españoles, con un cañón Oto-Melara de 76mm y dos sistemas automáticos Mk.38 Mod.2 con cañón Bushmaster de 25mm., pero añadiendo montajes antiaéreos Simbad basados en el misil Mistral. Los clase Endurance están altamente automatizados, así que a pesar de ser buques con un desplazamiento de 6.500 toneladas emplea una tripulación de 65 miembros.  Gracias a su amplia plataforma de vuelo (opera con helicópteros Super Puma) y su dique inundable ha actuado de buque nodriza para helicópteros y embarcaciones ligeras en misiones de lucha contra la piratería, asistencia humanitaria en catástrofe, interdicción marítima en el Golfo Pérsico durante la invasión de Iraq, etc.

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El RSS Endeavour de la Armada de Singapur acompañando al portaaviones USS George H. W. Bush.

Ayer, 6 de diciembre, era el cumpleaños de Jorge Aspizua, amigo y mentor al que muchos conocistéis por el blog La Harka de Aspizua y al que perdimos en 2011. Él y yo éramos apasionados de reflexionar sobre las guerras irregulares. Y a él le encantaban, como a mí, los buques de la clase Endurance y Absalon junto a las embarcaciones CB90. Así que la mejor forma de recordarle es escribir de aquellos temas que compartíamos. Del año 2009 quiero rescatar las siguientes entradas de su blog:

Hybrid Ships for Naval Warfare: from Indonesia to South Africa.

HDMS ‘Absalon’ (CSS) counter piracy & terror: step by step to «hybrid wars».

ETA y los atuneros vascos en Mozambique

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5 respuestas a “Buques para guerras posmodernas (recordando a Jorge Aspizua)

  1. La clase Endurance me ha gustado mucho, mucho. Parecen unos buques bien pensados, bien diseñados y prácticos. Me gustan.

    1. No es un tipo de buque al que se le pueda reprochar su falta de utilidad en un conflicto convencional. Quizás yo hubiera metido un montaje tipo RAM o uno basado en el Mistral pero automatizado. Cumple lo esperado de un mini-LPD. Y luego, en tiempos de paz puede hacer un montón de cosas.

  2. Muy buen artículo, lo de los yankees y sus megaproyectos que reinventan la rueda ya es de traca.
    Una cuestión que quizás influyó fue la existencia del USCG que cuenta con patrulleras de esas características y la US NAVY necesitaba distinguirse. Aunque el USCG anda también detrás de un nuevo buque megachupi

    1. Tienes razón. De haberse decidido por buques low-cost tipo patrullero de altura (OPV), la U.S. Navy se habría encontrado con un buque que se solapa en funciones con los más grandes de la USCG. Pero ahí entraron los figuras del Pentágono para inventar una cosa peculiar y cagarla.

      Si la U.S. Navy se decidiera por la versión fragata del patrullero más grande de la USCG va a ser la armada de país avanzado con las fragatas más cutres. Porque la «Fragata de Patrulla» propuesta para un diseño de los 80 por sus líneas.
      http://www.defensemedianetwork.com/stories/patrol-frigate-concepts-from-huntington-ingalls-industries-gain-traction-internationally/

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