“Unabomber: en sus propias palabras” (2020) de Mick Grogan

Theodore «Ted» Kaczynski fue un adolescente superdotado que entró a estudiar matemáticas en la Universidad de Harvard con 16 años. Tras doctorarse en la Universidad de Michigan, obtuvo en 1967 con 25 años un puesto de profesor de matemáticas en el campus de Berkeley de la Universidad de California. Fue la persona más joven en lograrlo en la historia de aquella universidad. Era el arquetipo de persona extremadamente brillante y poco sociable. Se dice que su tesis doctoral sólo pudo ser entendida por un puñado de matemáticos de todo Estados Unidos. Pero Kaczynski lo abandonaría todo para terminar viviendo a partir de 1971 en una pequeña cabaña de 4 x 3 metros sin electricidad en medio de un bosque en una remota área rural de Montana.

El caso del UNABOMBER encaja perfectamente en el concepto de “lobo solitario”. Vivía solo en un lugar apartado, fabricaba él mismos sus artefactos con chatarra y nunca participó en organización política alguna. Aunque intentó siempre mantener la apariencia de ser una organización, firmando siempre sus artefactos y notas dejadas en ellos con las siglas “FC” en alusión a un supuesto colectivo llamado “Freedom Club”.

Theodore Kaczynski frente a su cabaña. Foto: Great Falls Tribune.

En 1978 Theodore Kaczynski comenzó una campaña de ataques con bombas caseras contra profesores de universidad relacionados con disciplinas tecnológicas y contra ejecutivos de empresas que él consideraba atentaban contra el medio ambiente o simbolizaban la moderna sociedad tecnológica. Las dos primeras bombas tuvieron como objetivo a personas en la Universidad de Chicago. La tercera y cuarta tuvieron como objetivo un vuelo comercial y un ejecutivo de una aerolínea. Para hacer estallar la bomba durante el vuelo envió un paquete por correo aéreo e instaló un detonador conectado a un barómetro a modo de altímetro. Cuando el FBI conectó las cuatro bombas como obra del mismo individuo asignó al caso el código UNABOMB (University and Airliner Bomb). De ahí que el terrorista se conociera como el UNABOMBER.

Unabomber: en sus propias palabras” es un documental canadiense de 2020 dirigido por Mick Grogan. En él aparecen entrevistados el hermano y cuñada de Theodore Kaczynski, agentes del FBI implicados en su caso, víctimas de sus bombas y personas que han tratado con él una vez entró en la cárcel. Pero lo que lo hace especialmente atractivo es porque muestra al propio Theodore Kaczynski explicando sus ideas y acciones en las largas conversaciones que mantuvo una vez en la cárcel con Theresa Kintz, quien fuera editora del Earth First! Journal. Además, el documental incorpora pasajes del diario secreto donde Kaczynski llevaba cuenta de sus planes, experimentos con artefactos y acciones.

La investigación del caso UNABOMBER fue el más caro de la historia del FBI porque abarcó varias décadas sin obtener resultados. Kaczynski llevaba una vida de ermitaño en una zona poco poblada y nunca confesó sus actividades terroristas a nadie. Fue un autodidacta, aprendiendo él mismo a montar artefactos explosivos leyendo libros de química. Para enviar los artefactos hacía largos recorridos en autobús. Fue un terrorista que no dejaba huella.

El famoso retrato robot del UNABOMBER.

Las conversaciones con Theresa Kintz muestran a un tipo desapasionado y sin escrúpulos que considera las muertes y el daño que ocasionó como meros instrumentos para lograr sus objetivos políticos. Y llega a expresar que le parece interesante que el rechazo a la modernidad occidental que representa el salafismo-yihadista puede ser útil a la causa ecoterrorista. Tras su detención, mostraría durante el juicio su total falta de empatía con los familiares de las víctimas.

Unabomber: en sus propias palabras” es una serie de cuatro episodios. Los más interesantes son los dos últimos. En el tercer episodio se cuenta cómo en 1995 el UNABOMBER contactó con varios medios de comunicación para que se publicara un manifiesto de 35.000 palabras a cambio de poner fin a los ataques con bomba. El ofrecimiento, cómo no, generó todo un debate ético entre las autoridades y los medios de comunicación. Finalmente se resolvió publicar el manifiesto “La Sociedad Industrial y su futuro”, que apareció en el Washington Post, con la esperanza de que algún conocido del sospechoso identificara las ideas y el estilo.

Tras la publicación del manifiesto del UNABOMBER al FBI llegaron informaciones que permitieron confeccionar una lista de más de 3.000 sospechosos. Pero fue la mujer del hermano pequeño de Theodore Kaczynski, David Kaczynski, la primera que identificó su potencial violento y tan pronto tuvo noticias de la publicación del texto propuso leerlo. El matrimonio Kaczynski entregó varias cartas de Theodore Kaczynski a una investigadora privada para que hiciera una comparación con el manifiesto del UNABOMBER. Cuando David Kaczynski tuvo posibilidad de leer una cartas enviadas por Theodore a su madre encontró una que contenía un largo texto que adelantaba las ideas del manifiesto del UNABOMBER. La información fue facilitada al FBI y la investigación consiguiente llevó a la detención de Theodore Kaczynski el día 3 de abril de 1996.

El documental muestra los dilemas del matrimonio Kaczynski en torno el caso. Especialmente la culpa sentida por David Kaczynski al delatar a su hermano, por quien había sentido admiración toda su vida y un sentido de responsabilidad hacia él tras la muerte de su padre. Llegado el juicio, los abogados defensores plantearon una estrategia basada en la hipotética locura de Theodore Kaczynski, algo que él rechazó porque suponía reducir su carrera terrorista a las acciones de un lunático.

Un detalle relevante fue que durante el juicio se conoció que durante sus años universitarios en Harvard, Theodore Kaczynski participó como voluntario sin tener conocimiento de su verdadera naturaleza en una serie de experimentos psicológicos que pretendían estudiar el interrogatorio bajo presión y que sirvieron para crear las técnicas empleadas por la CIA. Aquellos experimentos no serían admitidos hoy en día. El carácter y la actitud de Theodore Kaczynski, un chico introvertido, poco sociable y posiblemente autista, cambió para siempre después de los experimentos. Pero fue difícil establecer que fueron responsables de convertirle en una persona dispuesta a matar.

Al final, Theodore Kaczynski negociaría la admisión de los cargos a cambio de rebajar la condena de pena de muerte a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional. Tras conocer el papel jugado por su hermano en la resolución del caso no quiso tener contacto con su familia nunca más. Theodore Kaczynski cumple hoy condena en una cárcel de máxima seguridad.

Lo relevante del caso del UNABOMBER hoy en día es su ideología tecnófoba y primitivista que sigue teniendo eco, como vemos en el documental a través de diferentes figuras que aparecen en el reportaje. Uno de ellos, por ejemplo, es el profesor de filosofía David Skrbina, compilador del libro Technological Slavery: The Collected Writings of Theodore J.Kaczynski que suma nada menos que 431 páginas. Como planteaba el otro día aquí en mi blog en «La bomba de Nashville y el terrorismo del futuro» tanto la implantación de las redes de telefonía 5G como la pandemia global del coronavirus han generado teorías conspirativas que han llevado a manifestaciones e incluso acciones violentas contra la infraestructura de telecomunicaciones. Es por tanto de esperar que en el futuro veamos evolucionar nuevas ideologías tecnófobas y nuevas formas de violencia política.

La serie documental “Unabomber: en sus propias palabras puede verse en Netflix España.

5 comentarios sobre ““Unabomber: en sus propias palabras” (2020) de Mick Grogan

  1. Hace un tiempo no le daba importancia a la tecnofobia pero viendo algunas reacciones al 5G y a las vacunas pienso que puede ser un problema de aquí a un tiempo. Si no lo es ya.

  2. El ludismo no es una corriente reciente. Aunque creo que identificarlo como el problema en lugar de como un síntoma es un error.

    wikipedia.org/wiki/Ludismo

  3. Estoy leyendo La Torre del Orgullo de Barbara Tuchman, y en el capítulo dedicado al anarquismo tiene perfiles de los asesinos y terroristas, que aunque no son semejantes, (no eran personas precisamente brillantes), tienen cierto parecido con «unabomber», lobos solitarios, (como buenos anarquistas actuaban totalmente descoordinados), con cierto personalidad asocial, fe inquebrantable en su ideal, etc. Ese me hace pensar que el de «unabomber» no es un perfil totalmente postmoderno.

  4. Aún siendo Kaczynski un individuo claramente perturbado y radical, algunas de sus reflexiones creo que merecen mucho la pena.

    Creo es que la primera persona en darse cuenta de cómo la tecnología moldea el mundo en el que vivimos irremediablemente, y que es probable que no haya escapatoria a eso. Igual que Marx vio en las relaciones de producción la explicación básica de lo que ocurre, el Unabomber habría hecho lo propio con el aspecto tecnológico.

    De especial interés me ha parecido siempre el punto 50 de su manifiesto, donde describe a la perfección la dicotomía a la que se enfrentan los conservadores, que quieren un orden social tradicional sin renunciar aparentemente a los avances tecnológicos. Todo no puede ser:

    «50. The conservatives are fools: They whine about the decay of traditional values, yet they enthusiastically support technological progress and economic growth. Apparently it never occurs to them that you can’t make rapid, drastic changes in the technology and the economy of a society without causing rapid changes in all other aspects of the society as well, and that such rapid changes inevitably break down traditional values.»

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