Hacer una reseña de la segunda temporada de «Fauda», la serie de televisión israelí, es una de esas cosas que se me quedó pendiente. Pero luego pasó tanto tiempo desde su estreno en Netflix España que dejó de ser un asunto novedoso y terminé por decidir no escribir al respecto. Sin embargo, este verano llegaron noticias de la tercera temporada. Así que tengo una buena excusa para hablar sobre ella.
Los protagonistas de «Fauda» son los miembros de una unidad militar israelí que trabaja de incógnito en poblaciones palestinas. En el mundo real existen unidades así, tanto en las fuerzas armadas como en la policía de Israel, donde se conocen como unidades «mista’arvim» («arabizadas» o «que viven entre los árabes»). Y al menos se conoce la existencia de la unidad militar 212 («Duvdevan») que opera en Cisjordania.
La primera temporada (aquí mi reseña y aquí la reseña de Eli Cohen) arrancaba con Doran Kavilio, un antiguo miembro de la unidad viviendo con su familia y tratando de sacar adelante una explotación agrícola. Un día le visita un antiguo compañero para contarle que un famoso terrorista de HAMAS, al que se daba por muerto, no sólo está vivo sino que se tiene información de que pretende acudir a la boda de su hermano. Doran se reincorpora a su antigua unidad para una sola misión, que desencadena la espiral de acontecimientos que ocupa toda la primera temporada.
La serie resultó un éxito porque, al contrario de las típica ficción estadounidense, aquí los árabes no eran personajes bidimensionales. La trama mostraba los dos lados de la historia, con personajes palestinos interesantes dotados de motivaciones y trasfondo. De hecho, por lo visto, la serie, ha tenido bastante éxito en países árabes de Oriente Medio como Emiratos Árabes Unidos. Un detalle menor pero importante, por ejemplo, es que unos y otros personajes hablan en sus lenguas nativas. No tenemos, como es costumbre, a personajes árabes hablando con mucho acento de forma caricaturesca. Así que mi recomendación, cómo no, es que se hace imprescindible ver la serie en versión original.
El éxito internacional de la primera temporada de «Fauda» llevó, cómo no, a la producción de una segunda temporada (aquí la reseña de Eli Cohen). Y aquí volvimos a la misma trama argumental. El hijo de uno de los personajes palestinos muertos en la primera temporada vuelve de Siria con ganas de venganza y la intención de crear una célula del Estado Islámico en Cisjordania para organizar un atentado terrorista con muchas víctimas civiles. Nuevamente Doran Kavilio se verá atrapado en una espiral de muertes y violencia que hará que su vida no vuelva a ser la misma.
La segunda temporada tiene todo lo que hizo destacable a la primera. Los israelíes no aparecen retratados como ángeles, vemos torturas y el fin siempre justificando los medios. Los palestinos son personajes complejos. Vemos los equilibrios a los que juegan los miembros de la Autoridad Palestina, los chanchullos asociados a toda lucha armada y a personas que quieren llevar una vida normal ajenos al conflicto. Esa violencia genera una espiral sin fin en la que cada acción genera una reacción y vuelve a iniciar el ciclo.
Sin embargo, esa trama principal en torno a un «súper terrorista» palestino me pareció que cómodamente repetía la fórmula de la primera temporada y me dejaba con la pregunta de cuántas veces la serie iba a contar la misma historia. La respuesta la tenemos en la tercera temporada, que transcurrirá en Gaza y augura novedades.
Tiene muy buena pinta, ya solo el tráiler es bastante interesante.