Llevaba tiempo con una sensación de que había algo intrínsecamente malo en esa convergencia del periodismo activista con las ONG. Mi impresión, tras años destripando artículos erróneos y tendenciosos sobre el conflicto palestino-israelí, es que en el fondo a la gente le importa un pito la calidad periodística cuando la causa le parece justa. Lo importante para muchos es la buena intención porque hay un público que quiere ver sus prejuicios confirmados por los medios. Es una batalla perdida en ese aspecto.
El otro día comenté aquí un artículo de un periodista que es activista en una organización propalestina y hablaba de esa misma organización en el artículo. ¿Dónde terminaba el periodismo y donde empezaba la publicidad de la organización? Estoy acostumbrado a ver en la prensa anglosajona aclaraciones en las reseñas de productos culturales, como libros y películas, en las que el autor advierte al lector que se trata de un lanzamiento de otra empresa del mismo grupo empresarial. He visto publicaciones on-line donde se analizan productos electrónicos que advierten cuando se trata de un préstamo temporal del fabricante para elaborar el artículo y se enlaza a un página donde el lector puede informarse sobre la política del medio respecto a las relaciones con las marcas. Mientras que en prensa y en televisión estamos acostumbrados desde hace años que se especifique cuando estamos ante un publirreportaje y no a una información convencional. Sin embargo, de un tiempo a esta parte estamos acostumbrados a que ONG con proyectos humanitarios en países lejanos paguen viajes a periodistas para que publiquen reportajes sobre su labor allí y no recuerdo haber leído nunca a nadie advertir al respecto. ¿Afecta a la calidad del periodismo esa relación?
Recordemos el caso de las ONG que fletaron barcos para rescatar a las personas que llegaban desde Libia a las islas italianas en medios muy precarios. Recuerdo que empezaron diciendo que estaban allí para rescatar a los refugiados que se ahogaban en el Mediterráneo. Un día leí en la página web de GEFIRA que en realidad las ONG estaban trasladando migrantes desde las costas italianas. En mi cabeza GEFIRA sonaba a PEGIDA, la organización xenófoba alemana, por lo que no le presté atención. Tiempo después me encontré un tuit de la Guardia Civil anunciando que habían rescatado a «1065 personas en embarcaciones a la deriva junto a las costas de Libia». Así que se me ocurrió mirar en páginas de navegación marítima que ofrecen la posición actualizada de los buques que transmiten su posición vía el sistema AIS. Y allí me los encontré, los buques de las ONG muy juntos y pegados a la costa libia. Empecé a tirar del hilo y encontré vídeos donde se veía el transbordo de migrantes desde las embarcaciones de las mafias a los «buques de rescate» de las ONG, que luego los desembarcaban en territorio italiano bajo la excusa de que eran náufragos rescatados en alta mar. Encontré que el efecto llamada generado por el puente marítimo creado entre Libia y Europa estaba atrayendo a migrantes desde sitios tan lejanos como Bangladesh. Conté mis hallazgos sobre el asunto el pasado verano en «Una bomba de relojería en el Mediterráneo«.
Hace poco, Jordi Évole tuiteó sobre la actividad de Pro Activa Arms, una empresa de socorristas reconvertida en ONG que recoge gente en el Mediterráneo, y afirmó «sigue Europa sin hacer nada». Évole había mostrado su trabajo en un reportaje que le valió un premio. En realidad, como refleja que una patrullero de altura de la Guardia Civil estuviera en las costas de Libia, hay toda una operación europea en marcha. Hasta las propias cifras de las ONGs reflejan que mucho más de la mitad de las personas rescatadas en el Mediterráneo lo son por los medios desplegados por la Unión Europea. La oficina de prensa de de la Representación de la Comisión Europea en España contestó a Évole con un hilo en Twitter.
La cuestión es, ¿quién quiere escarbar la mierda de cooperantes internacionales y periodistas-activistas si son los nuevos misioneros de la era laica, admirados y glorificados? Pues ha estallado el escándalo. The Times de Londres ha desvelado que el director de Oxfam en Haití y otros responsables de la organización montaron orgías con prostitutas en un ambiente persistente de acoso sexual a las trabajadoras. Tras esa noticia, ha aparecido que el comportamiento de los directivos de la ONG en lugares como Bangladesh, Filipinas y Nepal no fue nada ejemplar: alojamientos en hoteles de lujo, acoso sexual, apropiación de los méritos de otras ONGs ante los medios, etc. Resulta, que el acoso y las agresiones sexuales entre los trabajadores humanitarios es un problema extendido.

Como siempre que salen a la luz estas cosas, aparece en las redes sociales gente contando que todo esto ya se sabía. Pero claro, ¿quién estaba dispuesto a sacar los trapos sucios de las ONG en los medios? Las propias ONG presionaban a sus trabajadoras para que cerraran la boca porque el potencial escándalo podría arruinar su reputación ante el público y cortarse el flujo de donaciones. Los periodistas no querían contar nada porque su conciencia sensible y solidaria les llamaba a no perjudicar la reputación de las ONG, sabiendo que la gente metería a todas en el mismo saco. Me recuerda el caso de una activista europea propalestina a la que le pidieron que no contara algo malo que le había pasado en uno de esos viajes solidarios porque eso «le hace el juego a Israel». ¿Cuántas cosas verán los periodistas comprometidos y callarán porque no encaja en su agenda política? El periodismo activismo termina siendo activismo pero no periodismo.
De la misma manera que lo peor que puede hacer en su profesión un juez es la prevaricación, lo peor que puede hacer en su profesión un periodista es la desinformación. Ni un juez ni un periodista deben perder su objetividad.
Borra este mensaje.
En el párrafo encima del tuit de la Comisión Europea: «…que *una* patrullero de altura de…».
En el mismo párrafo: «La oficina de prensa *de de* la Representación de la Comisión…».
Y esto que tiene que ver con el problema palestino? Es más la comparación delata la ignorancia del problema.
La comparación no es casual ni es inocente, es parte de su campaña. Es el RT de EEUU/Israel.
Dicho esto reconociendo que todos los sucesos que se comentan en este artículo son ciertamente lamentables, pero ciertas cosas tan cogidas con pinzas claman al cielo.
No habla del problema palestino específicamente, Raul. Y me parece que sobra tu ultima frase sobre su ignorancia.
Hace años hice el curso CIMIC del ET. Y una de las clases nos la daba un representante de las ONG’s, ya que los equipos CIMIC son los que más se relacionan con las ONG’s en misiones internacionales.
Entre las cosas que nos contó, pero muy de pasada hizo referencia a la hiperactividad sexual de los oenegeros y la justificó diciendo que después de lo que veían en su misión, de alguna forma tenían que descargar……………
El ejemplo Israel vs Palestina es palmario en la confusión entre periodismo y propaganda. Por eso lo trae a colación. Como ejemplo.
¿En qué te basas exactamente para saber que había periodistas que lo sabían pero que callaron?
¿Es una deducción tuya? ¿Quién lo sabía y ser lo cayó?
No tires la piedra y escondas la mano.
Mucho troll oenegeta..
gracias por el articulo..
no hay peor cuña que las de la filantropía ..debajo se escuda la alimaña que encuentra salida a sus instintos mas salvajes fuera de su casa…No hablo de las buenas como Médicos sin fronteras o Vicente Ferrer..sino de las mas Estato dependientes..ahí se mete el lumpen disfrazado bajo titulo universitario o curso x.
El asunto lo veo de otra forma y no es otra de que todo esto forma parte del inicio de la primavera árabe «los falsos refugiados» al igual que muchas ONGs están fundadas por y otras financiadas por la Open Society ósea Soros presente en muchos medios también entre ellos eldiario.es y no es ajeno a ello el propio Ignacio Escolar que además en contribuyente nato en la Fundación Alternativas o más llamativo resultaría Carlos Carnero entre otros.
Las ONG mienten hasta en el nombre, ¿No gubernamentales? Ni hartos de vino se lo creen.
Hasta a la persona menos conspiranoica del mundo le debe parecer raro que a un año de la victoria de Trump (sólo un año), haya semehante boom de «causas» que sonaban setenteras hasta hace nada, blackexplotation en todas las peliculas blockbuster, feminismo quema-sujetadores, movimientos cis,trans, y todas las q se te ocurran.
Contracultura setentera instigada desde el poder. Alguien esta perdiendo poder y se aferra desesperadamente a él.
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