Hay una cosa que me gusta de la historiografía anglosajona. Cuando alguien escribe una historia de algo, sea de la literatura polaca o de la guerra civil mozambiqueña, lo titula «una historia de». Se le transmite así al lector la idea de que lo que tiene entre las manos, con ese artículo indeterminado, es la versión particular del autor. Y no necesariamente porque se parta de una perspectiva posmoderna de que sólo existe relatos subjetivos, parciales y particulares. Sino de la idea de que las disciplinas académicas son una empresa colectiva que avanzan con sucesivas aportaciones. Lo sabe cualquiera que hace una aproximación a un tema. Rara vez hay un libro mágico que lo explica todo. Sino que se requiere de una bibliografía en el que cada texto arroja luz sobre ciertos temas y aporta ciertos matices.
Esa prudencia y esa modestia que reflejan el humilde artículo indeterminado desaparece habitualmente en la traducción al español. Los editores prefieren títulos rotundos, del tipo tan habitual en nuestro mercado de «Historia de España». Y cuando un periodista se embarca en dar el contexto histórico de un tema lo hace anunciando «os voy a explicar…». Como si dijera «sostén mi cerveza, que voy». Entonces tiemblo. Como aquella vez que Olga Rodríguez nos contó “Israel, Palestina: Cómo empezó todo” y yo me vi obligado a aportar todos esos «pequeños detalles» que se le olvidaron.
Ayer, 15 de mayo, se celebró el aniversario de la proclamación del Estado de Israel. Es la fecha que los palestinos consideran su desastre nacional, la Nakba. Y como siempre, alguien amablemente se decidió a explicárnoslo.
Y otra vez, por mucho esfuerzo que alguien pone en explicarnos el conflicto palestino-israelí de una vez por todas, se le quedan cosas por contar. Qué mala pata. Siempre igual. Siempre esos «pequeños detalles». Los mismos. Cualquiera diría que lo hacen a posta. Pero no quiero ser mal pensado. Así que voy a hacer mi pequeña aportación al artículo de Nasim Ahmed en MonitorDeOrienteMedio.com rematando la faena.
¿Que pasó? El 14 de mayo de 1948, David Ben-Gurion, jefe ejecutivo de la Organización Sionista Mundial, declaró el nacimiento del Estado de Israel. Muchos israelíes celebrran el evento como su “Día de la Independencia”. Desde entonces, el 15 de mayo ha sido recordado internacionalmente como Día de la Nakba.
Empezamos bien. ¿Por qué declaró Ben-Gurión el Estado de Israel? ¿Con qué legitimidad? Cuando hablamos de alguna república por ahí perdida que nadie o casi nadie reconoce decimos «la autoproclamada república de». Y es una forma de hablar extraña. Porque muchos países surgieron en su idea de una proclamación hecha por cuatro gatos. Por ejemplo, los Estados Unidos de América fueron en su momento una república proclamada por unos señores allá en Norteamérica. Israel, no. Nadie habló del «autoproclamado Estado de Israel». Israel nació después de una votación en la Asamblea de Naciones Unidas, que tuvo lugar el 29 de noviembre de 1947 y estableció la partición en dos Estados. La propuesta salió adelante gracias a los votos de los países hispanoamericanos y de los países comunistas de Europa. Precisamente, Checoslovaquia fue el único país que aceptó venderle armamento al recién nacido Estado.
¿Y quién era Ben-Gurión en 1948? Dice Nasim Ahmed que era «jefe ejecutivo de la Organización Sionista Mundial». La verdad, no tenía ni idea y lo tuve que buscar en la Wikipedia. Pues resulta que sí, lo era. ¿Pero qué tiene eso que ver con su papel en la proclamación del Estado de Israel?. Todo el mundo sabe que Ben-Gurión es que el hace lectura de la proclamación del Estado de Israel porque era el jefe del poder ejecutivo de la Agencia Judía, el proto-estado paralelo al Mandato Británico. Los judíos a pesar de estar bajo el poder británico había creado instituciones para convertirse en un país normal y corriente desde la hora cero.
El Día de Nakba conmemora el desplazamiento forzoso de más de la mitad de la población palestina; 750.000 palestinos fueron expulsados de sus hogares y desplazados a campos de refugiados. La catástrofe más tarde se convirtió en la crisis de refugiados más larga de la historia; durando hasta la actualidad. El día también está marcado en los calendarios de las comunidades palestinas de todo el mundo en recuerdo de la brutal finalización de tres décadas de lucha por la autodeterminación en la Palestina histórica. Su derecho al autogobierno fue negado primero por los británicos y luego rechazado por el nuevo Estado israelí. Al suscribirse a la ideología sionista, el Estado israelí, con sus reivindicaciones de tierra para el pueblo judío, se posicionó en contra de acomodar a la gran mayoría de los habitantes de Palestina, que eran árabes musulmanes y cristianos.
Además de los muchos cientos de miles de palestinos que fueron forzados al exilio, más de 600 aldeas y pueblos palestinos fueron arrasados, en un esfuerzo por asegurar que los palestinos nunca regresaran a sus casas.
Se proclama el Estado de Israel. Sí. Y la población palestina es expulsada. ¿No falta algo? ¿Qué pasó con el Estado palestino? ¿Y por qué usaron la violencia los israelíes? Aquí falta hablar de la guerra. De cómo el Estado de Palestina nunca fue proclamado porque el plan de los países árabes fue invadir al Estado de Israel para destruirlo y expulsar definitivamente a su población judía. No fueron ni británicos ni israelíes quienes impidieron esa proclamación. Y quizás haya que hablar de cómo los israelíes ofrecieron la coexistencia pacífica a sus vecinos y a la población no judía que quedó dentro de sus fronteras en la propia declaración de Independencia, pero sólo comunidades minoritarias como los drusos y circasianos aceptaron vivir en paz.
El texto de la Declaración de Independencia de Israel dice:
EXHORTAMOS – aun en medio de la agresión sangrienta que es lanzada en contra nuestra desde hace meses – a los habitantes árabes del Estado de Israel a mantener la paz y participar en la construcción del Estado sobre la base de plenos derechos civiles y de una representación adecuada en todas sus instituciones provisionales y permanentes.
EXTENDEMOS nuestra mano a todos los estados vecinos y a sus pueblos en una oferta de paz y buena vecindad, y los exhortamos a establecer vínculos de cooperación y ayuda mutua con el pueblo judío soberano asentado en su tierra. El Estado de Israel está dispuesto a realizar su parte en el esfuerzo común por el progreso de todo el Medio Oriente.
El Estado de Israel se encontró con una guerra impuesta y con el mar como única retaguardia en un territorio que se dividió en dos países con unos contornos que creaban corredores fácilmente estrangulables por el otro. Así, la guerra de Independencia de Israel se convirtió en una guerra desesperada por controlar vías de comunicación y promontorios estratégicos en el que cada bando expulsó la población civil del enemigo de su retaguardia. Los judíos sufrieron masacres y expulsiones del territorio que quedaba en manos árabes. Por ejemplo, recordemos el caso de la masacre de Kfar Etzion. O recordemos como Hebrón perdió toda su población judía al ser tomada por las fuerzas de Transjordania.
La diferencia fundamental es que los judíos expulsados por las fuerzas árabes de sus hogares fueron acogidos en el Estado de Israel. Al igual que lo fueron los judíos expulsados de los países árabes de la región en la «Nakba judía» que siempre se olvida.
¿Qué pasó después? Casi un millón de palestinos han sido desplazados. Algunos han sido forzados a vivir en la miseria en el nuevo Estado de Israel. Se les impidió regresar a sus hogares, incluso a pesar de que ley marcial finalizó 20 años después, los palestinos siguieron enfrentándose a una discriminación extrema.
Hoy en día un 21% de la población del Estado de Israel es árabe. Tienen representación en el parlamento. Los hay médicos, jueces, embajadores y recientemente están alistándose más a la vez que llegando a empleos más altos en las fuerzas armadas. He mirado y los indicadores sociales no son buenos comparados con la población judía. Eso indica que aunque no haya ningún ley que les impida tener ocupaciones o puestos relevantes en la sociedad, sufren problemas estructurales que están en el fondo relacionados, como más pobreza y menor nivel de estudios que la población judía.
Si hacemos comparaciones con la población de los países árabes vecinos, salen ganando. Y hay algunos indicadores que indican que las nuevas generaciones están más integradas. Por ejemplo, un quinto de los graduados de la universidad politécnica de Technion son árabes. Eso encaja casi exactamente con su peso demográfico en el país. Se ha llegado a esas cifras porque la universidad hizo un esfuerzo consciente en atraer a estudiantes de las minorías del país. El porcentaje de estudiantes árabes israelíes se ha triplicado en Technion en los últimos 25 años.
Curiosamente cuando a varios municipios israelíes de población árabe se les ofreció incorporarse a Cisjordania en un trueque de terrenos dentro de un plan de paz se negaron rotundamente. Lo mismo sucede con los habitantes de Jerusalén-Este, hipotética futura capital palestina, que no parecen muy entusiasmados de ser ciudadanos palestinos. Las encuestas reflejan que sus principales razones son mundanas: quieren seguir viviendo en un país democrático y tener acceso a servicios de salud de calidad.
La gran mayoría fueron obligados a entrar en Gaza, Cisjordania y los países árabes vecinos. Los palestinos vivieron en tiendas de campaña durante años a merced de la comunidad internacional. La ONU movilizó ayuda humanitaria en ayuda a los refugiados palestinos, creando el Organismo de Socorro de las Naciones Unidas para Refugiados Palestinos en Oriente Próximo (UNRWA) en el proceso. Adoptó la Resolución 194 que instaba a Israel a permitir a los palestinos regresar a sus hogares y compensar a los cientos de miles de refugiados por sus pérdidas, algo que Israel tampoco ha hecho hasta la fecha.
Setenta años después de la Nakba, los palestinos parecen pasar de un ciclo de opresión a otro. Siguen siendo apátridas y la inmensa mayoría continúa sufriendo bajo la ocupación militar israelí.
Los palestinos se convirtieron en refugiados principalmente porque no existió un Estado de Palestina que los acogiera. Los territorios de Gaza y Cisjordania fueron ocupados por las potencias árabes enemigas de Israel que no tuvieron ningún interés en crear el Estado de Palestina. Los palestinos que terminaron en lugares como Líbano y Siria se pudrieron durante décadas en campamentos de refugiados porque no recibieron la ciudadanía, convirtiéndose en una anomalía mundial.
En el texto posiblemente tengamos una traducción errónea. Los refugiados palestinos vivieron «gracias a» y no «a merced de» la comunidad internacional. Quedaron a merced de los gobiernos árabes de turno, que en el caso de Líbano y Jordania es presumible que temieran un cambio enorme de la composición demográfica del país concediendo la nacionalidad masivamente a la población palestina. De hecho, el asunto generó tensiones que formaron parte de las causas de la guerra civil del Líbano y causan tensiones hoy en día en Jordania.
Fijémonos que ni la guerra que comenzaron los países árabes vecinos de Israel ni los gobiernos árabes aparecen en esta historia de la Nakba. Cuando la primera es el hecho fundamental y los segundos son los responsables de buena parte de esta historia. Los gobiernos árabes ejercieron el papel de ese amigo bocazas que te dice que te va ayudar, te crea un problema mayor y luego te deja tirado.
Todo el mundo sabe que los descendientes de los palestinos que un día abandonaron sus hogares en lo que hoy es territorio internacionalmente reconocido del Estado de Israel nunca van a volver. Nadie va a dar marcha atrás más de 70 años a las manecillas del reloj. Las comunidades judías en el Norte de África y Oriente Medio tampoco volverán. Y los palestinos tendrán un día que asumir la existencia de Israel como realidad irreversible junto a su derecho a existir en paz. El día que eso ocurra, el día que organizaciones palestinas en Gaza dejen de lanzar cohetes contra núcleos de población civil israelíes, se acabará el conflicto entre palestinos e israelíes y empezaremos a hablar de las fronteras del Estado de Palestina. Ese, que en 1948 los árabes rechazaron.
Vaya, a ti también se te olvida al pintar la realidad de los árabes en Israel, la ley que se está impulsando para marginar aún más a las minorías del país. Al final ni unos ni otros contáis todo, qué se le va a hacer.
¿Y qué dice esa nueva ley? No nos dejes en ascuas.
Puedes leerlo tú mismo, no querrás que te lo demos todo hecho: http://www.haaretz.com/israel-news/1.789041
Ahí no dice que discrimine a nadie. Lo único es que el árabe deja de ser lengua oficial.
Si te parece que eso no es discriminar entonces ya no sé qué más quieres que te diga.
Entonces en España también se discrimina a los árabes, ya que el árabe no es lengua oficial.
Ah y el último párrafo es directamente vomitivo. Qué bueno es Israel, solo se defiende y si no lo atacaran habría paz. No sé si eres consciente de que emites propaganda sionista al mismo nivel que la progresía emite propaganda antisionista.
La verdad, mientras tanto, enterrada entre unos y otros.
La experiencia histórica demuestra que Israel ha sido capaz de vivir en paz con sus vecinos árabes. Lo hizo con el Líbano hasta la guerra civil. La llamaban la frontera tranquila. Ciudadanos israelíes arrendaban tierras en el Líbano. Ciudadanos libaneses acudían al médico a Israel.
Israel ha vivido en paz hasta con sus antiguos enemigos. Por ejemplo, Egipto y Jordania. Y el primer caso es significativo. Israel devolvió territorios repatriando la población asentada allí. Incluso entregó infraestructuras. La base aérea de Etzion en el Sinaí se convirtió en el aeropuerto egipcio de Taba. Y a partir de entonces, Egipto vendió gas natural a Israel e Israel mandó turistas a Egipto. Y en el caso de la antigua Transjordania, resultó en los inicios el enemigo más peligroso de Israel por tener el ejército más profesional (la Legión Árabe dirigida por el británico Glubb Pashá). Hoy hay cooperación militar entre Israel y Jordania.
Tenemos incluso el antecedente de la retirada Israel a las líneas del armisticio de 1949 en Gaza. Lo que vino después ya lo sabemos. Los palestinos se mataron entre ellos y HAMAS tomó el control.
La clave, como todo el mundo sabe, es que ningún líder palestino quiere ser el Anwar el-Sadat palestino. Ese que firme la paz y luego reciba un tiro por traidor. La Autoridad Palestina no tiene el monopolio de la violencia legítima. Y para firmar la paz tendría que desarmar a todos los grupos fuera de su estructura de mando, como hicieron los judíos para tener un Estado.
¿También en Líbano, Egipto o Jordania construye Israel asentamientos ilegales?
En el Sinaí si que los construyeron, y los abandonaron al retornar la península a Egipto.
Aquí está el reportaje del programa de RTVE «En Portada» donde muestran a los israelíes que vivían y tenían negocios en el Sinaí diciendo que no se iban a ir. El documental se emitió el 24 de abril de 1982. Al día siguiente se consumó la entrega a Egipto.
http://www.rtve.es/alacarta/videos/informe-semanal/fue-informe-sinai-retirada-inmediata/1390222/
Conocí en Israel a una mujer que vivió en el Sinaí. Montó allí con su marido una granja que tuvieron que evacuar. Y cuando entraron los egipcios se encontraron en la granja con una tecnología de riego novedosa para ellos. Así que el marido terminó en Egipto dando clase en una facultad de Ingeniería Agrícola. Me faltó preguntarle si con pasaporte israelí o con el de otro país. La mujer vivió en Egipto durante años y habla árabe. Así que salía de vez en cuando en Al Yazira como una voz desde la izquierda israelí que defiende la coexistencia pacífica.
Muy interesante. Añadiría también que no todos los refugiados fueron expulsados a la fuerza por Israel. Los historiadores concuerdan en que hubo varios motivos para el éxodo. Algunos fueron expulsados, otros siguieron los llamados de sus líderes, y otros los imitaron al verlos escapar. Se les prometió una victoria definitiva sobre los judíos, y esa victoria no llegó.
Sí, tienes razón. Hubo familias árabes que hicieron la maleta y se fueron a un país vecino a esperar que pasara la tormenta. Porque la guerra no pilló a nadie por sorpresa. E imagino que muchos pensarían que el desenlace de la guerra era previsible, con varios ejércitos enfrentando a un país recién nacido. Así que sus planes eran esperar la previsible derrota de Israel para volver a casa.
Se creyeron aquello que les dijeron de que sería «a war of extermination and momentous massacre which will be spoken of like the Mongolian massacre and the Crusades.»
Reblogueó esto en Verdades que ofenden...
Hola, soy Frostilicus 🙂
Estoy de acuerdo con todo o casi todo lo que escribes en el articulo Canario, pero en mi opinion, minimizas o no le das la importancia que tiene a un hecho importante y fundamental, y es que el Estado de Israel, y la mayor parte de los habitates que lo formaron, eran unos extraños provinientes de Europa, a los que se les dieron unas tierras para formar un Estado «ad hoc», tierras que durante siglos habian sido arabes «etnicas», mas alla de que hubieran estado ocupadas por otras potencias (otomanos o ingleses) y de los pequeños asentamientos judios que pudiera haber en la zona.
Hablas de las tensiones que la el exodo palestino provoco en los paises vecinos, y es facil imaginar las tensiones que pudieron provocar la inmigracion masiva israeli en aquellas tierras en un cortisimo periodo de tiempo tras la SGM
Haciendo un «what if» de mi cosecha (erroneo seguramente), si como consecuencia de un genocidio en alguna parte del mundo donde vivieran descendientes de los nazaries, la ONU decidiera darle tierras en la actual Granada para que formaran un pais en las que fueron sus territorios historicos muchos siglos antes, por la imposibilidad de vivir en el lugar donde habian vivido durante siglos (la Europa del Este con poblacion aszkenazi de postguerra), por buenas intenciones de vivir en paz con sus nuevos vecinos que tuvieran esos nazaries, esto provocara «tensiones» con los habitantes cristianos que habrian habitado esas tierras durante 5 siglos.
Tambien se podria hablar de las promesas incumplidas a los arabes por parte de las potencias occidentales les hicieron durante la Primera Guerra Mundial, y que distaban mucho de lo que fue el panorama que tras la descolonizacion se dio.
Sin embargo, como digo, si se obvia esto, en todo lo que comentas despues, la gestion que unos y otros han hecho despues de la independencia de Israel, y de como los judios se ganaron el derecho a vivir y existir alli, estare totalemente de acuerdo (expansionismo colonial ilegal israeli aparte)
El judaísmo nace en esa regiòn. Los judíos tienen vínculos ininterrumpidos con su tierra desde hace más de 3000 años. Jerusalén, por ejemplo, hasta la invasión jordana del 48 tenía población mayoritaria judía.
El llamado al establecimiento de los judíos en su tierra ancestral data de mucho antes del Holocausto. Tel Aviv, por ejemplo, fue creada en 1906.
Considerar que sólo son judíos los judíos que encontraron refugio en Europa es ignorar a sefardíes o mizrajim.
Por otra parte, los movimientos migratorios árabes a esas tierras son prácticamente a la vez que las olas migratorias judias.
De hecho, un líder como Arfat, nació en Egipto en 1929 (antes de la declaración de Independencia)
Sin el Holocausto y la SGM, es muy probable que nunca hubiera habido un estado de Israel, al menos tal y como lo conocemos hoy.
Los lazos históricos como la tierra están muy bien, pero eso no da derecho alguno sobre esa tierra, los judíos fueron expulsados por los romanos 2000 años antes, y para sefardíes o aszkenazies, más allá de posibles anhelos históricos, Palestina no era su tierra, lo eran España, Grecia, Polonia Alemania o grandes regiones de la Antigua URSS.
Si hablamos de anhelos históricos, ahí están Daesh o AQ y sus reclamos sobre Al Andalus…
Ahora bien, a día de hoy la realidad del Estado de Israel no tiene marcha atrás, eso esta claro, y les deseo un larguísimo y próspero futuro, solo pongo el punto en la forma en la que fue creado y en si en su creación los árabes fueron los grandes perjudicados o no.
Evidentemente Israel es un caso extraño de Estado creado artificialmente . Pero la cuestión es que estamos en 2017, han pasado casi 70 años del nacimiento del país y por ejemplo, HAMAS se niega a reconocer a Israel. Es más, las encuestas dicen que la población palestina cree que el Estado de Israel desaparecerá en las próximas décadas. Los palestinos viven negando la realidad. Me parece que deberían asumir que Israel es una realidad inamovible y empezar a pensar en construir un país.
Por qué se crea «artificialmente «? Como tantos otros pueblos que declaran su independencia a raíz de los movimientos independentistas del siglo XIX, los judíos consiguieron la suya en su tierra ancestral. Hay que insistir en que los judíos no son un cuerpo extraño, nacen ahí tal como historia y arqueología demuestran, y nunca cesó la presencia judía en la región. De hecho los judíos eran llamados «palestinos» ( el Jerusalem Post era llamado Palestinian Post, por ejemplo). Recordad que los gritos antisemitas europeos decían «judíos a Palestina», porque todo el mundo sabía que de ahí venían los judíos. Luego no es un estado «artificial » sino que responde a una realidad de 3000 años. Por cierto que nunca hubo un país independiente en la región que no fuera judío.