Haciendo una reseña del libro Los Chindits y otras fuerzas británicas del frente asiático comenté que lo que más que me interesaba de la Segunda Guerra Mundial eran las unidades de fuerzas especiales y los ejemplos de guerra no convencional. Fue escribir eso y a los pocos días me encontré, como caído del cielo, en una librería un ejemplar de La audacia en la guerra: Comandos 1939-1945 de Carlos Canales y Miguel del Rey. El libro, con más carácter divulgativo que exhaustivo, hace un repaso a las unidades de operaciones especiales o de guerra irregular que intervinieron en la Segunda Guerra Mundial. Hablamos de las unidades «Commando» el SAS, el LRDG, los Chindit y la Gideon Force por el lado británico. Luego tenemos los batallones Rangers, la 1st Special Service Force, los Merrill’s Marauders y los Alamo Scouts por el lado estadounidense. La clasificación de unidad de operaciones especiales no sé si sería correcta, pero en el bando alemán aparece el Batallón Ebbinghaus. Aparecen los Brandenburgers, las unidades que operaron con el Afrika Korps y la Operación «Grief» de Otto Skorzeny. Finalmente tenemos a la Xª Flotilla MAS italiana y sus pares alemanes de las K-Flotillen. El libro cierra con las unidades finlandesas y, fuera del contexto de la Segunda Guerra Mundial, la toma de Puerto Bolívar (Ecuador) tras un salto de paracaidistas peruanos.
Personalmente, eché en falta unidades estadounidenses dedicadas a las operaciones anfibias en el Océano Pacífico, como por ejemplo los Raiders. Pero viendo la selección de las autores caí en la cuenta de un primer asunto relevante que ya surgió en mi reseña de Los Chindits y otras fuerzas británicas del frente asiático. Hay unidades que me resultaban familiares por el cine de Hollywood, como la 1st Special Service Force (véase «La Brigada del Diablo») o los Merrill’s Marauders («Invasión en Birmania»). La fama en el Norte de África se la llevó el Special Air Service pero mucho más impacto tuvo el Long Range Desert Group (LRDG). Queda claro que la fama alcanzada por ciertas unidades no concuerda con su impacto en la marcha general de la guerra.
En el libro encontramos que realmente pocas unidades tuvieron un impacto estratégico. En el caso estadounidense, muchos generales se empeñaron en emplear a las unidades especiales como infantería convencional, desperdiciando a unos hombres especialmente preparados junto con el tiempo y recursos dedicados a su formación. En el caso italiano, los buceadores ( «Uomini Gamma») de la Xª Flotilla MAS lograron un éxito espectacular en el puerto de Alejandría en 1941 pero una evaluación muy conservadora de los daños producidos llevó a la marina italiana a no explotar la superioridad alcanzada en el Mediterráneo.
Otra cuestión que me ha llamado la atención es la poca importancia dada por Alemania a las unidades de operaciones especiales. Italia sólo está representada por una unidad. Y Japón no está presente. Los autores señalan que no hubo una verdadera cooperación entre las Potencias del Eje, donde se transmitiera de unas a otras las lecciones aprendidas o la tecnología.
El libro lo he leído con mucho interés, perdonando los errores de edición y maquetación. Por no hablar de algunas fotos de mala calidad tomadas de Internet. Me ha resultado tremendamente desmitificador. Aunque he encontrado interesante tantos casos y experiencias. Fue en su momento una gran lección de Jorge Aspizua. Evitar caer en el adanismo cuando a tantos fenómenos podemos encontrarles precedentes históricos.
Hola Jesús.
Según yo, creo que la ùnica acción de fuerzas especiales que tuvo resultados estratégicos fué la toma del fuerte Eben-Emael al inicio de la guerra. Suponiendo que a los paracaídistas alemanes se les considere parte de las fuerzas especiales. Creo que es el caso, al menos en esa época.
Otra operaciòn que quizá entre en esa categoría, (suponiendo que los paracaídistas alemanes son fuerzas especiales) fué la toma de Creta. En el libro «Paracaídistas sobre Creta» de Karl Gundelach hace el comentario al final de que por falta de medios adecuados, Creta nunca fué la posición estratégica que pudo haber sido. El autor lo atribuye al pròximo incio de Barbarroja.
Saludos
Juan Loera
Sospecho que como los autores tienen otro libro sobre los paracaidistas alemanes no entraron en el tema, prefiriéndose centrarse en las unidades cuya naturaleza hoy consideraríamos de operaciones especiales.
Algunas acciones de la Segunda Guerra Mundial creo que nos han llegado un poco distorsionadas, no sé si por el cine o por qué razón, por lo que leer textos que ayuden a desmitificar es importante.
La captura de Maikop por los Brandenburguers pudo haber tenido una importancia estratégica enorme, de no haber sido porque el desastre de Stalingrado obligó a la retirada en el Cáucaso.
En esta misión, la unidad alemana, disfrazada de NKVD, se infiltró en las líneas rusas. Tuvieron la suerte de encontrar un grupo de desertores soviético, y la audacia de ‘arrestarles’, lo que les sirvió de tapadera para moverse por la retaguardia rusa hasta llegar a Maikop.
Allí destruyeron el centro de comunicaciones, y después hicieron creer a los rusos que se había dado la orden de retirada ante un ataque alemán inminente. Incapaces de obtener confirmación, las unidades locales aceptaron la orden de retirada de la temida NKVD, y los alemanes tomaron la ciudad y sus pozos de petróleo sin pegar un tiro.
Hay un Osprey reciente sobre el tema,
Y otro sobre las fuerzas especiales alemanas:
Puede que los alemanes no llegaran al nivel de los aliados en operaciones especiales, pero no dejaron de utilizarlas durante toda la guerra. Probablemente con más frecuencia y con más éxito durante la primera mitad, cuando están a la ofensiva. Durante la segunda mitad del conflicto, la presión en todos los frentes les obligara a usar las fuerzas especiales en misiones convencionales, tentación en la que caen también sus adversarios…
Aún así, serán capaces de llevar a cabo operaciones como el rescate de Mussolini en el Gran Sasso, el asalto de la Colina del Castillo en Budapest, las misiones del Kg-200, o la infiltración de los comandos de Skorzeny durante la batalla de las Ardenas, por citar las más conocidas.