Llama mi atención un amigo sobre una columna de opinión publicada en el diario El País, «Teoría del dominó en América Latina» de Antonio Navalón (7 de diciembre 2014). Resulta curioso haber estado escribiendo aquí sobre la Nueva Guerra Fría y el impacto de la caída del petróleo para encontrar a alguien que parece hablar como si el mundo marchara en el sentido contrario. Me parece que «Teoría del dominó en América Latina» es más un síntoma de la marcha del diario El País y la calidad de sus analistas que un artículo a tener en cuenta. Veamos qué dice.
Afirma Antonio Navalón que mientras en Europa se vive una Guerra Fría «en América comienza a ser caliente». Me parece un uso rocambolesco de la metáfora. En Ucrania muere gente. En Iberoamérica tenemos movimientos geoeconómicos interesantes. Pero nadie muere por ello. Nadie interviene en guerras o financia insurgencias que socavan a rivales como peón geopolítico en una «proxy war». El hecho relevante que destaca Navalón es el desembarco de Rusia y China en el continente. Rusia tiene como aliado regional a Venezuela y Cuba, mientras ha realizado un acercamiento a Argentina. Los tres no parecen que puedan ofrecer mucho como aliados de Moscú. Se trata de países con economías bastante débiles. Cuba es una plataforma de espionaje contra los Estados Unidos y poco más. Venezuela un buen cliente de su industria de defensa pero su economía va camino de un shock. Argentina, como mal pagador que es, se ha limitado a emitir Russia Today en español. Incluso Perú y Brasil son mejores clientes de la industria de defensa rusa pero están fuera del grupo de países con gobiernos «nacional-populares».
El biólogo Andrés Rodríguez explicaba en su blog Ciencias y Cosas el enorme impacto medioambiental que dos grandes proyectos chinos podrían tener: El nuevo canal de Nicaragua y la explotación de los hidrocarburos en el Yasuní (Ecuador). Será curioso ver cuánto tarda en haber una reacción iberoamericana ante el «nuevo imperialismo chino». Pero que esos proyectos se lleven a cabo en la Nicaragua de Daniel Ortega y en el Ecuador de Rafael Correa explica que aquí a España no haya llegado mucho eco del tema. Cuando se trata de gobiernos «progresistas» y no interviene el «imperialismo yanki» el asunto no interesa.Así contrasta el discurso oficial sobre las «comunidades indígenas de Venezuela han sido reivindicadas durante la gestión de Chávez» con la realidad de «el avance sin ningún contrapeso o denuncia la realización de planes de explotación y desplazamientos en zonas ricas en materias primas». Recomiendo sobre ese y otros temas la lectura de La Revolución como espectáculo de Rafael Uzcátegui. Pero ese es otro tema.
Antonio Navalón habla de «efecto dominó». Pero la capacidad de «contagio» de la influencia de Moscú y Pekín es escasa. El término nació durante la Guerra Fría ante el temor de que el triunfo de los comunistas en Vietnam supusiera su expansión por Indochina. Ahora mismo los chinos no andan preocupados con la expansión ideológica. Son pragmáticos en su búsqueda de proveedores de materias primas. Y los acuerdos económicos con Venezuela, Ecuador y Argentina responden a la baja credibilidad crediticia de esos países. Recordemos cómo Ecuador repudió su deuda externa, un ejemplo para algunos en España con consecuencias que no se nombran. Por su parte, la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) sólo han respondido los gobiernos ya convencidos (Cuba, Nicaragua, Venezuela, Ecuador y Bolivia) junto con países como Antigua y Barbuda o Surinam. Aquellos años en que se hablaba de una expansión de la revolución bolivariana por Sudamérica han pasado. Mientras, los países de la Alianza del Pacífico siguen su camino, otros como Brasil o Uruguay siguen el suyo siguiendo dinámicas propias e internas.
Extrañamente Antonio Navalón habla de Cuba como «el punto de encuentro entre dos mundos». Recuerda que durante la Crisis de los Misiles en 1962 «fue el centro del tablero mundial» pero me parece a mí que el país juega ahora mismo un papel marginal en la esfera internacional. Curiosamente a Antonio Navalón le parece importantísimo el papel geopolítico de la Cuba actual por albergar las conversaciones de paz entre el gobierno colombiano y las FARC. ¿No es paradójico que el proceso llevaría al fin de un conflicto que tiene como una de las partes un vestigio de la Guerra Fría y de lo que Cuba significó en el pasado en Iberoamérica? También le parece a Antonio Navalón una importantísima clave geopolítica que Raúl Castro se negara a recibir al ministro español de Asuntos Exteriores. Hecho que el mismo diario El País explicaba hace semanas que «el discurso del ministro en La Habana elogiando el pluralismo político pudo molestar al régimen». Es decir, el ministro Margallo no tuvo mejor idea que ir a Cuba en pleno proceso de reformas para hacer un gesto que fuera aplaudido por algunos disidentes en Miami y Madrid autoeliminándose como interlocutor con el régimen. Por cierto, es el mismo gobierno que tramitó la salida de disidentes del país para traerlos a España y luego dejarlos «abandonados» y «desamparados».
Luego el artículo entra en el asunto del petróleo, su caída de precio y las consecuencias geopolíticas. Habla Antonio Navalón de la subida del precio del gas natural y cómo eso beneficiará a Rusia. No sé de dónde saca el dato. El precio en los mercados internacionales ha caído desde enero. Ciertamente el nivel de precios en 2014 es mayor que en 2012 pero por ejemplo menor que en 2010. Y es que los contratos de gas natural son a largo plazo en un mercado con mucho menor volatilidad que el mercado del barril del petróleo. Ya conté aquí hace un mes las consecuencias que se avecinaban para Rusia, Irán y Venezuela por la caída del petróleo. El precio siguió bajando e hice un segundo apunte hace poco más de una semana. No creo que lo que estamos viviendo haga «más fuerte a Rusia».
Por último termina hablando del hartazgo de la sociedad mexicana ante el conflicto armado que vive el país, donde convergen la impotencia del Estado, los intereses cómplices de algunos políticos y los negocios del Narco. Cuestiona Antonio Navalón que la protesta “Todos somos Ayotzinapa” sea sólo un fenómeno mexicano. Ya hemos visto desde los países árabes del Norte de África a Hong Kong protestas protagonizadas en los medios por una generación joven que se desenvuelve en Internet. Pero no parece que el hartazgo de los ciudadanos mexicanos arrastre a protestar a las víctimas de la violencia del Narco en lugares como Rosario (Argentina) o los cerros de Caracas.
En definitiva. Me parece un artículo con conclusiones raras y extrañas que emplea la técnica familair de lanzar datos e informaciones una detrás de otra como si hubiera a la fuerza un hilo conductor para transmitir la idea de que el autor maneja claves que a todo el mundo escapa. Aunque estoy seguro que el papel de China y Rusia en Iberoamérica o las consecuencias para Venezuela de la caída del petróleo son temas interesantes que merecene más atención.
Personalmente, pienso que China es una mala opción a elegir, tanto como modelo a seguir y como socio económico. Con esto no estoy queriendo decir que los Estados Unidos me parezcan lo mejor. Solo hace falta mirar detalles como que China mantiene conflictos fronterizos con casi todos sus vecinos, la India, Japón, Vietnam, Filipinas y no digamos Taiwan. Es además el apoyo y sostén de la dictadura norcoreana, y hasta hace poco de la birmana. Sí, ya sé que los Estados Unidos han apoyado y mantenido y siguen apoyando y manteniendo dictaduras.
También se puede ver que China tiene conflictos internos como los de Tíbet, Xinjiang, Hong Kong, etc. Y ya vemos cómo soluciona el gobierno chino esos conflictos internos. Tenemos que tener en cuenta que de la misma manera que en los países iberoamericanos se ve a los Estados Unidos como una potencia expansionista e imperialista (no sin tener motivos, todo hay que decirlo), en los países de Extremo Oriente se tiene a China igualmente por una potencia expansionista e imperialista.
China lo único que busca es materias primas y lo único que puede ofrecer es dinero (ahora tienen mucho). En todo caso lo que puede ofrecer es un capitalismo más descarnado y deshumanizado que el que ofrecen los Estados Unidos o la UE. China no puede ofrecer democracia (derechos civiles, libertad de opinión, etc) porque no la conoce ni la practica. En otras palabras, que si tengo que elegir, no elijo a China. Los Estados Unidos y la UE, con todos su grandes defectos y errores (y son muchos), a mi modo personal de ver, me parecen una mejor opción. Y lo mismo podría decir de Rusia.
La verdad es que podrías comentar las consecuencias negativas de la quita de Ecuador. Porque tiras la piedra y escondes la mano. Si dejas el comentario flotando qué menos que aclararlo, digo yo vamos…
En cuanto al artículo criticado realmente poco sentido tiene. Esta situación no refuerza a Rusia económicamente de forma alguna. Quizás la une «socialmente» al vender dentro el discurso de que de Occidente va a por nosotros, todo el mundo sabe que no hay nada como echarle la culpa a otro para unir un país.
Y también yo creo que poner a Rusia contra las cuerdas es bastante peligroso. No hay que olvidar que son de gatillo bastante fácil como hemos visto en Osetia y Ucrania últimamente.
Una Rusia herida y agresiva no es muy buena idea.
China ofrece como «ventaja» que ni impone condiciones ni pretende vender un modelo. Hasta ahora ha establecido relaciones con gobiernos parias con los que Occidente no tiene buenas relaciones (Sudán y Zimbabue, por ejemplo).
El problema de la quita de deuda ecuatoriana o la falta de garantías judiciales argentinas es que luego nadie quiere repetir la experiencia de prestarte o invertir en tu país. Entonces tienes que acudir a socios y fuentes de financiación como China, que te impone condiciones leoninas. Venezuela gana menos dinero con cada barril de petróleo que vende a China que con cada barril vendido a Estados Unidos.
Evidentemente estoy al tanto del concepto deuda odiosa. Sería interesante saber si los bancos alemanes que prestaron dinero a las cajas de ahorro españolas miraron para otro lado mientras se hinchaba la burbuja inmobiliaria. Supongo que jugaron a ese juego sabiendo que el gobierno de Merkel apretaría las tuercas al gobierno español de turno para rescatar a la banca española y que los bancos alemanes recuperaran su dinero.
Vamos a ser serios… Hacer una quita nunca se hace alegremente y nunca es bueno.
La pregunta es si es mejor hacer la quita, con sus consecuencias, o la alternativa. Que realmente no se muy bien cuál es y estaría bien saberla. Supongo que consiste en hundir el consumo interno del país como en Europa con Grecia. Que vemos que va genial para la economía.
Yo viendo el PIB no diría que fue un apocalipsis:

En España habría que ver qué pasaría. Otro día hablamos sobre eso.
Pero también hay que tener en cuenta que Ecuador tiene la economía dolarizada con lo que el recurso a imprimir dinero a lo loco no está al alcance del gobierno.
Por otra parte se hizo poco antes de que los precios del petroleo subieran a máximos, con lo que sus necesidades de financiación exterior disminuyeron.
Por tanto no es comparable a la situación española.
Nadie está comparando la situación. Simplemente deja caer que en Ecuador fue apocalíptico, cuando no es cierto.
Es que en Ecuador no son idiotas, se hizo la quita cuando eran fuertes económicamente.
A los chinos les han visto el plumero en algunos paises africanos y ya nos los quieren, según me comentan amigos blancos que trabajan por la zona del golfo de Guinea. Se llevan la materia prima a cambio de construcciones como ferrocarriles o carreteras, pero tambien se llevan a sus propios trabajadores chinos, con lo que el paro no desciende y eso no gusta a la población local, con lo que los gobiernos no quieren renovarles las concesiones.
Se supone que a finales de este mes comienzan las obras del Gran Canal Interoceánico de Nicaragua financiado por China, a través del conglomerado HKND Group.. Esto acarreará discrepancias y puede que algo más con los paises vecinos, además de otros de orden interno que se oponen a su construcción.
Y de cara al futuro ¿que papel tendrá China en la zona?.
Desde luego China se está expandiendo por el mundo de dos formas: una marítima (bases fuera de su territorio) y otra económica (acaparamiento de recursos mineros y energéticos), intentando afianzarse como una gran potencia mundial. EEUU intenta contener su expansión, pero son demasiados frentes los que tiene abiertos y la economía americana no va bien. Ahora China y Rusia van de la mano en muchas cosas y a ellos pueden unirse al menos alguno mas del resto de los BRICs, aparte de otros paises mas pequeños pero estratégicos, conformando un eje que podría cambiar muchas cosas en el llamado Orden Mundial.
Vienen tiempos interesantes* para Maduro (y para la pobre Venezuela)
http://www.abc.es/internacional/20141211/abci-venezuela-entrara-bancarrota-petroleo-201412102135.html
*(Según la vieja maldición china)