Entre 2003 y 2005 discutía en Internet sobre la posible invasión de Iraq primero y luego sobre la ocupación estadounidense. Yo había leído Guerra contra Irak del que era coautor Scott Ritter, un ex-inspector de la United Nations Special Commission (UNSCOM). En el libro se exponían argumentos razonados de por qué el régimen de Saddam Hussein carecía de Armas de Destrucción Masiva, la tríada NBQ. También se hablaba de que en el paíse estallaría una lucha por el poder definida en términos étnico-religiosos. A esto último le presté menos atención y resultó ser la clave de lo que vendría después de la caída del régimen. Yo pensaba que el problema sería la reacción de los gobiernos árabes. Tras recopilar y cotejar documentos encontrados junto con entrevistas a personajes claves, una comisión de investigación determinó que las Armas de Destrucción Masiva no existían. Pero eso ya no le importó a nadie ante el transcurso de los acotencimientos durante la ocupación de Iraq.
En 2004 comencé a escribir un blog y precisamente los acontecimientos en el Iraq ocupado fueron los que me llevaron de contar batallitas personales a dedicarme a la realidad del mundo. A comienzos de 2005 escribí sobre qué estaba pasando en Iraq en sesiones maratonianas delante del portátil (63 horas despierto estuve una vez). Era la primera vez en mi vida que tenía banda ancha y era toda una novedad tener aquel caudal ilimitado de información a mi disposición. Mi conclusión es que Estados Unidos estaba perdiendo la guerra en Iraq frente a la insurgencia. El mando militar llegó a esas conclusiones al año siguiente, como contó Tom Ricks en Fiasco, pero los neocón sostenían que los medios de comunicación mostraban una imagen negativa de Iraq por un sesgo idelógico. Fue en aquel entonces cuando desde la derecha estadounidense se empezó a hablar despectivamente de los MSM (MainStream Media) y nació Pajamas Media. En España eran los tiempos de las «redes de pensamiento agitiativo» y a los que señalábamos el fracaso estadounidense en Iraq nos llamaban «ayatolás del retroprogresismo». Da un poco de risa recordar el entusiasmo de los neocón españoles por aquel entonces. Estoy seguro que muchos de ellos recordarán las tonterías que dijeron como pecadillos de juventud.
Hoy mis libros de la guerra de Iraq están en una caja guardados en un altillo y el país rara vez sale en las noticias. Pero si uno mira atrás, aquellas discusiones giraban en torno a dicotomícas: «Invasión de Iraq es buena idea», «armas de destrucción masiva existen», «la guerra va bien»... Eran debates enconados y con posiciones muy encontradas, pero creo que al menos compartíamos una cierta visión de la realidad internacional. Discutíamos sobre un tablero de juego compartido. Hoy ante la crisis de Ucrania me siento perplejo porque lo que leo ahí fuera en español ni siquiera comparte la identificación de la naturaleza de la crisis. Es decir, ni siquiera parece que estamos hablando de la misma cosa.

La primera tentación sería atribuirlo a una cuestión ideológica. Es algo que ya esbocé aquí hace no mucho y que quiero tratar con profundizar próximamente. Pero no es difícil encontrar personas de derechas que dicen comprender la postura del Kremlin en esta crisis y que sienten envidia de Rusia por tener un líder como Vladimir Putin. Quedarnos en el plano ideológico es darle demasiado importancia al descerebrado medio que opina en Menéame.net que se siente «emocionado» al ver gente armada en las calles de la Ucrania oriental para «defender a su país del FMI» o a la tuitera que se muestra preocupada porque los «mercenarios de Blackwater» puedan desplegarse en Ucrania. La infantilización del discurso viene dada por la propia «democratización» del acceso a la red. Recuerdo los comentarios en foros de Internet hace diez años sobre cómo abaratamiento de las conexiones había propiciado un desembarco de adolescentes que los veteranos encontraban irritantes (un «septiembre eterno»). Pero en aquel entonces también había voces delirantes como la del Comité de Solidaridad con la Causa Árabe que exaltaba a la insurgencia iraquí cuando la formaban principalmente yihadistas extranjeros y ex-cuadros del régimen caído. Y estos días respetabilísimos profesores de universidad se encuentran entre quienes han cruzado al otro lado de la realidad paralela, donde mostrarse sarcástico con Occidente confiere ese je ne sais quoi que te da el ser un «intelectual crítico» ante lo que dicen las cancillerías y los titulares de los periódicos.

Ya conté aquí como tras a Unión Soviética personalidades rusas manifestaron que la independencia de Ucrania les parecía un error histórico y auguraban que tarde o temprano la parte oriental del país y en especial Crimea volverían al seno de Rusia. En aquel entonces resurgió el euroasianismo para ocupar el vacío ideológico post-soviético con un discurso nacionalista y revanchista, compartido en parte por el nacional-bolchevismo. Personajes como Aleksandr Dugin y Eduard Limonov han tenido siempre públicos minoritarios en Rusia pero se pueden decir que ayudaron a moldear una renacida conciencia imperial rusa asumida por el gobierno ruso tras la llegada a la presidencia de Vladimir Putin. La invasión rusa de Crimea puede considerarse la aceptación de unos hechos consumados. Por segunda vez en diez años una parte del pueblo ucraniano había desalojado del poder en Kiev a un gobierno prorruso, así que Putin concedía la derrota y aprovechaba la debilidad del nuevo gobierno para anexionarse Crimea sin disparar un tiro y tras años de gastar en asociaciones culturales prorrusas. La debilidad militar estadounidense y la debilidad económica europea dieron margen para la acción a Moscú. Al fin y al cabo, ¿quién estaba dispuesto a un enfrentamiento directo con tropas rusas sin saber hasta dónde podía llegar la escalada bélica? ¿Iba a aplicar en caso de conflicto la OTAN su doctrina de ataques en profundidad a la retaguardia enemiga aunque eso implicara bombardear suelo ruso? Y sobre todo, ¿iba buena parte de Europa, con Alemania y Francia, a la cabeza a renunciar al suministro de gas ruso o a sus contratos comerciales con Moscú?

Ante la inacción occidental, el Kremlin repitió la estrategia con Ucrania oriental. Pero si la presencia de militares rusos en la base naval de Sebastopol y la cercanía geográfica al Distrito Militar del Cáucaso Norte había permitido movilizar rápidamente tropas, aquí el papel de aquellos soldados sin identificación y que se negaban a hablar con los periodistas lo han cumplido unas «milicias populares» surgidas «espontáneamente». El valor de Crimea y el puerto de Sebastopol son bien conocidos, sin tener que entrar en la proyección de fuerzas navales rusas al Mediterráneo Oriental. Menos conocidos son los intereses del Kremlin en el sureste de Ucrania, una región para la que ha recuperado la misma denominación que acuñó el imperialismo ruso en el siglo XVIII, «Nueva Rusia». Hace un par de semanas hablé en Sesión de Control sobre la red empresarial que une al Kremlin con oligarcas ucranianos en el negocio de la exportación de armamento usando los puertos de Oktyabrsk y Odesa, en la costa ucraniana del Mar Negro. Y en su momento hablé de la ubicación de la industria aerospacial ucraniana, localizada en el este del país: El fabricante de motores Motor Sich está en Zaporizhia, el fabricante aerospacial Yuzhmash está en Dnipropetrovsk y el fabricante aeronáutico KSAMC está en Járkov. El complejo militar industrial ucraniano no sólo participaba en aquella red de exportación con ramificaciones hasta el Kremlin, sino que como legado de los planificadores soviéticos, está profundamente ligada con el complejo militar industrial ruso. Basta repasar la lista de productos del fabricante de motores de aviación MotorSich. Por ejemplo, sus turboejes mueven helicópteros rusos como los Mi-8, Mi-17, Mi-24, Mi-26, Mi-28, Ka-27, Ka-32, Ka-50 y ANSAT que Moscú exporta a países como Venezuela, Brasil, Argelia, Iraq, India o China. Pero no sólo es una cuestión de los motores de los ubicuos Mi-8 y Mi-17 que operan más de 70 fuerzas armadas de todo el mundo, incluidas las decenas que Estados Unidos emplea de forma discreta en operaciones especiales y clandestinas. La lista de componentes y sistemas ucranianos que integra la industria de defensa rusa es larga e importante, incluyendo elementos claves de misiles balísticos intercontinentales. No es difícil imaginar que las interdependencias industriales vienen aparejadas con conexiones empresariales en un negocio multimillonario que colocan a Ucrania entre los diez mayores exportadores de armas del mundo.

Nada de lo anterior aparece en la composición de lugar de los que analizan y debaten en España sobre la crisis ucraniana. Al fin y al cabo, Rusia es ese país profundamente desconocido. Pero es inaudito que el Kremlin, sus intereses, su chantaje económico y sus peones en esta crisis (espías, agitadores, contrastistas privados, cosacos, etc.) sean el «elefante en la sala» mientras se habla de los manifestantes ucranianos que salieron a la calle como marionetas de Washington, se dediquen sesudos análisis a los espúreos intereses económicos de Occidente en Ucrania y se publiquen en Twitter comentarios sarcásticos sobre la torpeza de Bruselas. Ya no es una diferencia de criterio o de valores. Es estar en otra partida sirviendo de tonto útil al Kremlin.
Revoltillo de ideas inconexas….tortilla de datos…. hay que trabajar el analisis mas. Articulo que parecia…. y nunca fue.
Yo diría que la parte que dedico a Iraq es demasiado largo. Me entretuve demasiado con las batallitas nostálgicas.
Muchas cosas de lo que trato de decir se entenderán cuando publique próximamente mi análisis de la alianza ideológica del nuevo imperialismo ruso con el «Eje de la Resistencia» (Irán-Siria-Hezbolá) y su resonancia en Occidente e Hispanoamérica. Pero creo que no es un asunto meramente ideológico. Creo que es una cuestión de empanada mental que es difícil contar sin dar nombres y poner ejemplos. No quería mojarme tanto hoy.
Lo que estamos viendo actualmente no es, como tu crees, una empanada mental ni un problema de confusión ideológica total. Se trata de una alianza táctica entre la ultraizquierda y la ultraderecha, algo que no había ocurrido desde que los nazis y los comunistas firmaron un pacto de no agresión en 1939. La metáfora espacial que ayuda a entender el espectro político que compone las luchas por el poder en la modernidad a veces encubre la convergencia, en sus extremos, de posiciones políticas que se encuentran en lados opuestos. Mientras que desde el centro parte una linea que lleva en direcciones opuestas y en ella empiezan a parecer organizaciones políticas con distintos matices que podrían estar más a la derecha o a la izquierda dependiendo de sus reivindicaciones, en sus puntos más extremos en realidad se tocan. Los partidos moderados, que podríamos llamar la centro derecha o los socialdemócratas, siempre quedan en el centro de la ecuación de este planteamiento y en realidad no divergen mucho en sus posiciones: creo que eso se nota al comparar a un Sarkozy con un Hollande, o a un Obama con un Mit Romney. En cambio, cuando te vas a los extremos, descubres que, aunque las tácticas y los contenidos sean muy parecidos, en realidad los fines son distintos: un Hitler o un Stalin son irreconciliables. A lo largo de las luchas políticas que se han desatado durante el siglo XIX y XX, sobretodo en los momentos de crisis, sucede que los partidos moderados pactan con uno u otro extremo, permitiendoles chocar, como sucedió durante la Segunda Guerra Mundial. Yo soy un lector de ultraderechas y ultraizquierdas, y si te fijas descubres que comparten características: ambas desprecian a la burguesía, no les gusta la democracia, detestan el capitalismo globalizado y no soportan un mundo igualado por la técnica, están dispuestas a usar la violencia para alcanzar sus fines y abogan por instaurar una dictadura. Al principio esto me confundía, pero luego de que leí Derechas e izquierdas de Norberto Bobbio (un libro que te recomiendo para que afines mejor tus análisis), me quedo más claro el tema. En estos momentos, el Frente Nacional de Marine Le Pen crítica, con mayor radicalidad que cualquier partido de izquierda francés, el «capitalismo salvaje», el «imperialismo de Estados Unidos» y la «deslocalización del trabajo». Resultado: las clases obreras, de donde salían los votos de la izquierda, se han cambiado de lado. Y más cuando hasta los socialdemócratas y las derechas liberales se convirtieron en administradoras del capitalismo internacional.
Alexander Dugin es en realidad un nacional bolchevique y aunque veo que muchos por aquí lo llaman un nazi, y consideran que el termino nazi es un adjetivo usado para descalificar a un adversario político en Rusia, creo que en realidad están cayendo en una trampa que no les permite comprender el significado de tal termino para los rusos, en realidad se trata de uno de esos casos de extremismo que he descrito arriba. Creo que él es un continuador del nihilismo ruso, con un matiz moderno y militarista, y al extremo opuesto de Bakunin, de la ultraderecha con matiz eslava.
Parece que has olvidado mencionar a los seguidores de Bandera-quienes abundan por cierto-, los asesinatos cometidos a cañón tocante en oscuros garajes por los Maidán, las banderas nazis que tanto gustan a cierto sector de ucranianos y un sinfín de cosas más. No se trata de enfocar la cuestión desde un punto de vista ideológico, aunque son cosas que no se deberían obviar. Si en Rusia existen dos clases de fascistas, ¿cuántas existen en Ucrania?
Naturalmente que Rusia tiene intereses en Ucrania; pero es que eso no lo han negado ni los propios rusos. ¿Es que puede ser de otra manera? ¿Cómo puede escribir un artículo así alguien como tú, que, por otro lado, posee un gran conocimiento sobre las revoluciones de colores? ¿Qué se supone debía hacer Rusia? ¿Ceder Crimea para instalar una base de la OTAN? Ya sabes que Crimea fue un regalo de Kruschev. ¿Cómo se puede llamar a un país imperialista cuando está prácticamente rodeado de bases de la OTAN? No entiendo nada. Debe ser infantilismo, ciertamente.
Muy bueno el articulo aunque parece que se frena al final , podrias seguir mas con las relaciones de la ultraderecha europea con Dugin y Putin y las de los rebeldes prorusos con Dugin y el neofascismo ruso . Los datos son muchos y abundantes, pero al contrario de lo que dice el anterior comentario, seguramente abrumado por tanto enlace y la necesidad de negacion, conexos entre si .
Se puede cerrar el circulo perfectamente desde la ultradercha española pasando por la europea con Putin, Dugin y los mismos rebeldes prorusos . Ver Pavel Gubarev, el autoproclamado gobernador de Donesk tras asalto de sus partidarios al parlamento regional y lider reconocido por Rusia y cual es su origen ideologico, precisamente una suerte de antifascismo fascista de lo mas contradictorio .
El pasado de Gubarev ( ver la entrada en wikipedia del tipo para ver el partido al que pertenecia , Russian National Unity)
Video en sus años mozos
http://translate.googleusercontent.com/translate_c?depth=1&hl=en&rurl=translate.google.com&tl=es&u=http://pauluskp.com/news/47cdaac80&usg=ALkJrhi0HsvZ9BVj7eVlF2UJo1G1bsB7_A
Y Dugin entrevistando a su mujer, la autoproclamada «ministra de exteriores » de Donesk .
Este es el tipo que se ha liberado a cambio de los observadores y de los agentes de inteligencia ucranianos secuestrados en Slovianks , no otro . Y tiene el reconocimiento de Lavrov, que pidio su liberacion y le denomino «preso politico» .
De bonus track , un video de Dugin en Madrid, totalmente fascinante, dando una charla en un castellano bastante aceptable de la mano de MSR http://youtu.be/V-N7fnST5t4
¡Gracias por la info! Como dije en un comentario anterior es materia para un artículo que quiero escribir (a la espera de confirmación de cierto medio on-line de que les interese mis colaboraciones) pero no quería centrarme en lo ideológico. Están esos «intelectuales» con una actitud cínica y descreída que se limitan a criticar a Washington y Bruselas sin jamás hacer un análisis de los intereses del Kremlin. Yo lo que aprecio es puro postureo de barra de bar. Se hacen los profundos y los interesantes, cuando en realidad le están haciendo el juego a un régimen nada presentable.
Lo has definido perfectamente «antifascistas fascistas». A los nacional-bolcheviques los he visto con el puño en alto y con el saludo fascista. Es un tema curiosísimo. Cómo la palabra «fascismo» en Rusia no significa absolutamente nada. Se aplica como un insulto político a los adversario del ultranacionalismo ruso que tiene un montón de elementos fascistas.
Lamento haber usado la cita falsamente atribuida a Churchill de «fascistas se haran llamar antifascistas», pero es que me ha salido solo . Tu los llamas «antifascistas ultranacionalistas» pero es que basicamente son fascistas ultranacionalistas que se denominan antifascistas porque asi tienen una coartada para combatir al nacionalismo ucraniano y demonizarles como «nazis»
La prueba es el tipo ese Gubarev , que de ser fascista de joven paso a ser el lider antifascista – fascista que tomo el parlamento regional y se autoploclamo gobernador de Donetsk elegido por sus amigos . Asi directamente ,nada de intermediarios como en Kiev que fue la Rada la que recogio el movimiento popular .
Lavrov le apoya
http://en.itar-tass.com/russia/729692
lo mismo que los paramiliatares de Slovians que pidieron su canje . Y aqui le tienes hoy mismo en la celebracion del dia de la victoria vestido de militar en Slaviansk junto con el autoploclamado alcalde ( y la rubia que se ve a la derecha es la antigua alcaldesa)
Este es el tipo al que la izquierda da mas legitimidad que a Yatsenyuk , el supuesto nazi golpista de Kiev elegido por 371 de 450 parlamentarios .
Miro en Wikipedia y el Oblast de Donetsk tiene mas de 4 millones de habitantes . Mas que Euskal Herria , casi mas cerca de Cataluña . Y el jefe ahi es el tipo este Gubarev autoproclamado por sus amigos tras tomar el parlamento regional . Ver para creer .
Una vez más Los Simpsons fueron pioneros de los más profundos y sesudos análisis políticos con su famosa escena de McBain y los Nazis-Comunistas
Los Simpson no fueron pioneros, ya existían desde 1930…
Digo el video de Dugin en Madrid «fascinante» por lo friki que es ver al tio ese en Madrid contando su 4ª teoria politica con potente olor a naftalina y neofascismo .
Otro que se nos ha olvidado es Enrique Ravello , tambien seguidor de Dugin, que estuvo controlando el pufo del referendum de Crimea con el Observatorio de Eurasia y toda una banda de neofascistas y neo-estalinistas . Y los medios de la ultraderecha como Alerta digital y Minuto digital , con el mismo amor a Putin y Dugin y toda esta caspa que Ravello .
Pues a mí me a gustado aunque solo sea por que me ha «robado» la segunda foto, que yo puse en el otro foro en su momento. Ahora en serio, no veo que el artículo sea tan diferente a otros que ha escrito el autor del blog, por lo que si no está bien realizado entonces buena parte de este site tampoco lo está.
PD: Canario, no te obsesiones demasiado con Meneame.net, muchas de las opiniones políticas escritas allí echan tanto pa’trás que muchos, entre los que me incluyo lo hemos dejado por imposible. Si acaso de vez en cuando está bien pasar para leer algún comentario sobre temas más técnicos cómo informática, etc.
Juraría que las fotos las bajé en su momento de Militaryphotos.net
En 2004/2005 vivía encerrado en casa colgado de Internet y asustado con el ambiente guerracivilista que había en Ia red. Usaba pseudónimo y no dejé que se viera mi cara por mucho tiempo por si las moscas. Con la crisis de Ucrania me pasa lo mismo. Sólo encuentro chorradas en español sobre el tema. Y a veces hay que recordar que es sólo Internet.
Yo la encontré en acidcow.com 😀
Te falto profundidad de analisis. Para la proxima vez, favor dediquese a un solo tema y desarrollalo bien. Creo que usted es inteligente por lo que escribe pero creo que la critica constructiva le hace bien para mejorar.
http://tercerainformacion.es/spip.php?article68090
Tercera Información es precisamente uno de los ejemplos que tenía en mente escribiendo esto. Publicaron un artículo prorruso publicado originalmente en Égalité & Réconciliation, una publicación de la «Nouvelle Droite» francesa. Pero claro, tenías que buscar en Google al autor para saber de dónde salía.
Tela con el personal. Llevo muchísimo tiempo leyendo a Jesús, aquí y en Flanco Sur, y siempre ha realizado un excelente trabajo. Encontrar a alguien que, altruistamente, aporte tanto y de forma tan inteligente sobre estos temas no es sencillo. La red está llena de neo-con y pseudoprogres que cobran una pasta por decir gilipolleces en webs ultras a diestra y siniestra y no pasa nada. Y aquí tenemos a Jesús, que sube una entrada sin pulir y todo el mundo va a la yugular. El eterno problema de internet, el que comenta por comentar.
La entrevista a Rafael poch de tercera información me parece bastante interesante y lo que él dice no me parece tan proruso.
Sí, es interesante. Aunque discrepo con él.
Estados Unidos es un Imperio … porque puede. El resto de países no actúa así por falta de voluntad, sino por impotencia. Tomemos el caso de China. ¿Ya nos olvidamos de la invasión del Tíbet? Poch dice que la actual China no tiene medios para proyectar fuerza. Ya, pero los está construyendo. Miremos su naciente grupo aeronaval o la construcción de los LPD de la clase 71.
Rusia dejó de ser un imperio, no porque en Moscú aprendieran alguna amarga lección con la disolución de la Unión Soviética, sino por impotencia. Las atrocidades cometidos de forma sistemática por la Unión Soviética en Estonia y por Rusia en Chechenia no son equiparables a nada que haya Estados Unidos en el siglo XX si consideramos el porcentaje de población afectada, salvando Vietnam. Y tendría que comprobarlo.
Por último, siempre me parece discutible los análisis que no consideran las rupturas y sólo se quedan en las continuidades de la política exterior estadounidense como si Washington fuera monolítica. La intervención en Libia fue auspiciada por el tándem Reino Unido-Francia. Obama intervino a regañadientes.
No nos digamos mentiras, un imperio no es benévolo: esta sustentado sobre el uso de la fuerza y la violencia para obtener los resultados que quiere y resolver sus problemas, y no importa cuantas veces nos llenen las cabezas con sloganes idealistas que hablan sobre la benevolencia de E.U. y su superioridad moral a la hora de intervenir en conflictos armados en todo el mundo. No creo en el excepcionalismo norteamericano, y menos en un Obama que defiende el legado de Bush al decir «que E.U. es un imperio diferente a los del pasado porque no lucha para ganar territorios o recursos, sino que lo hacemos porque es lo correcto». Me recuerda un poco a cuando Stuart Mill decía que Gran Bretaña era una potencia muy diferente a ninguna otra que haya existido antes en la historia, y decía que sus críticos no podían entender la ayuda humanitaria que le hacían al mundo al disipar la ignorancia de los pueblos que conquistaban. Y claro, se no olvida que Churchill era un racista que creía en la superioridad de la raza anglosajona mientras golpeaba a trabajadores esclavizados de la Malayos y de Bangladesh, encerraba cuando le daba la gana Gandhi y a Nehru en prisión o lanzaba bombas químicas sobre los kurdos y los afganos que no se sometían a los mandatos del imperio británico, todo esto mientras conspiraba para lanzar una tercera guerra mundial contra la Unión Soviética.
Sería bueno preguntarle a los millones de muertos que las intervenciones norteamericanas han dejado en el mundo y ver si los pueblos de Indonesia, Timor Oriental, Nicaragua, El Salvador, Filipinas, Irak, Afganistán, Vietnam, Laos, Camboya, Grecia, Brazil, Chile, Iran, El Congo, Angola, concuerdan contigo. Si crees que las intervenciones «humanitarias» de Estados Unidos son más suaves que las Rusas o Chinas estás muy equivocado. Putin redujo a cenizas Grozny y pacto con paramilitares chechenos para mantener bajo control el Cáucaso Norte, China militarizo el Tíbet hasta el punto de que hay un soldado chino en cada cuadra de Lhasa y los budistas se siguen prendiendo fuego en las calles mientras se mantiene la férrea correa de acero alrededor de su cuello, y Estados Unidos pulverizo Irak por segunda vez, causo un millón de muertos y aumento la tensión religiosa entre sunitas y chiítas y el país es uno de los focos de terrorismo más grandes de la actualidad, cosa que no era antes de que lo invadieran, aún se debate en una guerra civil y todos los días hay muertos. Por ejemplo, en estos momentos se esta librando la tercera batalla por Fallujah, punto de concentración de las fuerzas violentas que se resisten tanto al estado iraquí dejado por E.U. atrás, como a las fuerzas norteamericanas que no se han acabado de ir.
Es verdad que E.U. no es monolítico, pero el problema es que su política exterior no cambia independientemente de quién este en el poder. Después de su fracaso en Irak, E.U. a intentado redistribuir los costos de mantener su imperio al darle más poder a los aliados europeos, que se veían muy preocupados al darse cuenta de que no les iba a tocar nada mientras el poder militar norteamericano se extendía por todas partes. Por lo tanto el emperador permitió que los príncipes empezaran a trazar sus propios planes y a que respaldaran los suyos al prometerles parte del botín. Así fue como los sueños de Dick Cheney de una campaña militar por todo Medio Oriente podían completarse. Recuerdo que Cheney decía que para conseguir redistribuir las relaciones de fuerza en este lugar del globo había que bombardear y controlar Siria, Líbano, Sudan, Somalia, Libia, Irak e Iran. Hasta el momento, casi todos estos países han sido intervenidos de una u otra forma. Lo cierto es que el arco de desestabilización, que se extiende desde el Norte de África hasta el Hindu Kush, no ha dejado de crecer y me cuesta no darle la razón a Putin cuando decía, en el 2007, que: «Asistimos hoy a un uso extremo, casi sin freno, de la fuerza militar en las relaciones internacionales, fuerza que sume al mundo en un abismo de conflictos permanentes. El resultado de ello es que no tenemos suficiente fuerza para encontrar una solución global a ninguno de esos conflictos. También se hace imposible llegar a un arreglo político. Observamos un desprecio cada vez mayor por el derecho internacional. Y las normas legales independientes se aproximan en realidad al sistema jurídico de un solo país. Un país, Estados Unidos, ha desbordado sus fronteras nacionales en todos los sentidos.»
Citas un caso muy curioso. El Salvador. Ahora gobernado por los antiguos guerrilleros, que no han roto las relaciones privilegiadas con USA. ¿Por qué?……….
No todos los países intervenidos por E.U. necesariamente rompen relaciones con él o dejan de ser socios comerciales importantes, a pesar del historial de agresión. Normalmente las élites o las clases más conservadoras consideran tales intervenciones necesarias y hasta justas, pues muchas veces sus privilegios se veían amenazados por los grupos revolucionarios de tales países o porque sus economías son controladas por empresas extranjeras que, de marcharse o verse amenazadas, causarían conflictos. Chile e Indonesia son otros dos ejemplos de intervención y sin embargo ambos están a punto de firmar el Tratado Transpacífico con E.U. dentro de poco. La política externa es un tema muy complicado y habría que analizar cada caso por separado.
El problema que le veo yo a todo esto es que en un lado están fascistas y en el otro están otros fascistas. Y ambos lo que le hacen es el juego a dos potencias capitalistas e imperialistas como son Rusia y Estados Unidos. Y hay mucha gente que explica (no justifica, no es lo mismo) que si el imperialismo norteamericano se mete hasta la cocina en el territorio del imperialismo ruso, pues pasan cosas como esta. Rebeldes de un lado y de otro, apoyados económica y logísticamente por un lado y por otro (por un lado más explícito que por otro, eso si). Es de lógica pensar que si rusia la lía en méxico, estados unidos no se van a quedar de brazos cruzados. Por otro lado, visto un imperialismo y el otro, en principio mola más el americano, pero también es cierto que se va aproximando poco a poco pero sin pausa al modelo autoritario.