La industria petrolera estatal de Rusia es una máquina de generar ingresos privados para la oligarquía rusa cercana al Kremlin. Lo que no sabía es que la industria de defensa funciona igual. El año pasado c4ds, un think-tank estadounidense dedicado a los estudios de conflictos y seguridad que emplea la explotación de Big Data, presentó un informe en el que desentrañaban una red de exportación de armamento ruso con destinos controvertidos que empleaba puertos ucranianos y cuyas ramificaciones llegan al mismísimo Kremlin. La bautizaron «Red Odesa», no con poca mala leche. Considerando esos negocios valoremos de forma diferente las ambiciones del Kremlin sobre el sureste de Ucrania.
La «Red Odesa» es el tema de «Las armas del Kremlin», mi primera colaboración tras una larga ausencia en Sesión de Control. Se trata de un proyecto que dirige Borja Ventura y en el que espero participar cada semana a partir de ahora.
Guerras Posmodernas 
Lo de mezclar intereses nacionales con intereses particulares es lo normal en una oligarquía. Pero de todas formas me parece un tanto aventurado, después de todo siempre pueden encontrar otros puestos igual de discretos.
En una oligarquía y en lo que no es (o no se denomina habitualmente como) una oligarquía. De todas formas, yo creo que estaba bastante claro que Putin no iba a dejarse levantar la liebre justo debajo de sus mismos morros. El tiempo de Yeltsin ya pasó, y ahora cada uno defiende sus intereses (o lo que cree que son sus intereses) con lo que tiene a mano.
Yo creo que el objetivo no es tanta proteger los puntos de embarque como proteger a los socios ubicados en la zona cuyo negocio podría irse a la mierda con las nuevas autoridades de Kiev.