Dije un casi un mes antes de las elecciones del 20-N que tan pronto el Partido Popular se viera en el poder abandonaría su discurso duro sobre ETA para capitalizar el rédito político del fin del grupo terrorismo. Pero que también con el terrorismo fuera de la ecuación política del País Vasco subiría el voto nacionalista. Así fue. El Partido Popular rectificó y las encuentas auguraban que dos tercios de los escaños del parlamento vasco serían ocupados por los nacionalistas. Pero en aquella entrada de octubre añadí algo más que a algún lector no hizo gracia. La idea de que muchos nacionalistas españoles iban a lamentar el transcurso de los acontecimientos hasta echar de menos la situación anterior.
Han pasado unos meses y todo el aparato mediático afín al Partido Popular está a otra cosa. No hay editoriales pidiendo mano dura contra ETA y llamando al gobierno de Mariano Rajoy traidor o cualquier otra barbaridad por tomar medidas que son «señales» al entorno de ETA. Pero tenemos Internet y algunos nacionalistas españoles se han manifestado. Cayetano González, que tuvo un cargo en el Ministerio de Interior con Jaime Mayor Oreja, contaba sus vivencias del angustioso fin de semana en que asesinaron a Miguel Ángel Blanco y concluía con un balance de la situación actual. Sentencia que «ETA ha ganado» y que «en el campo político, sería de necios no reconocer que ETA va ganando la batalla: sin pegar un solo tiro desde hace ya varios meses han conseguido ser legalizados» por lo que «ETA puede conseguir muy pronto el poder en el País Vasco y desde el mismo, trabajar por llevar a cabo aquello por lo que han asesinado a 858 personas: la independencia de Euskadi y por lo tanto, la ruptura con España».
El sofisma me parece profundamente revelador. Se trata de, una vez desaparecida ETA de la ecuación política vasca, convertir a la izquierda abertzale en ETA para reciclar el mismo discurso desligitimador. Durante años se les conminó a renunciar a la violencia para entrar en la vida política y ahora que ETA va camino de la disolución se pretende dejarles fuera porque la política resulta ser el terrorismo por otros medios.
Standard & Poor’s ha valorado la deuda pública vasca dos notas por encima de la española. Me pregunto qué cálculos estará haciendo la clase empresarial vasca. Seguro que alguno le salen las cuentas si «sueltan lastre». Después del inevitable castañazo de España en lo que queda de 2012 y tras las próximas elecciones autonómicas vascas vamos a presenciar un «test de stress» de los ideales democráticos de unos cuantos.
Recuerdo bien esa entrada y algunas observaciones emocionales que la realidad no sostenía y no sostiene. La «crisis» y la edad de los fundadores del sistema del 78 (incluyendo de modo especial a la monarquía) está, simplemente, terminando de romper un armazón que lleva años esperando el que alguien le dé la puntilla: será pronto. Yo insisto en lo que dije: la pobreza del análisis y estrategia sistemáticas del nacionalismo español. Creo que es absolutamente tarde para que rectifique: lo del voto de los «exiliados» no es más que otro intento desesperado de salvar a la realidad negándola entre votantes en los que el descrédito es lo menos malo que se puede decir de su valoración del sistema. Un nuevo recurso al «trilerismo» (doctrinas Parrot, ilegalizaciones, etc.) y no a algo duro, difícil y complejo que nunca se pretendió: ganar voluntades una a una. Descansen en paz la España unida y la C-78.
Tiene gracia la cosa.
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España después de más de 1.000 años de existencia se va a romper porque a ti no te gusta. Y obviamente ni una vida merece la pena por evitar que se rompa. Yo soy emocional y tu eres muy racional y civilizado. Pues difícilmente se puede entender todo este asunto desde la racionalidad, el nacionalismo si algo no es, es racional.
Pero en fin; vayamos a los hechos. Yo no me creo esas encuestas. Creo que son como las que decían que el PP iba a conseguir mayoría absoluta en Andalucía.
En España la gente no cambia de ideología política de la noche a la mañana. El que es del PNV no va ahora a pasarse a votar al NEWHB. Menos el que antes votaba al PP o al PSOE. ¿Qué le queda? Antiguos votantes de EA, y de HB. Y con eso no consigues una mayoría absoluta.
Doctrinas Parot e ilegalizaciones fueron políticas que debieron haberse aplicado ya en los años 80’s y hubieran evitado muchas muertes. Pero la mentalidad medioplacista de los políticos del PSOE nos llevó donde nos llevó. Hizo falta una mentalidad de lucha a largo plazo para poner en práctica las medidas políticas, legales y policiales que han llevado a la derrota de ETA.
En fin: de nuevo se producen comentarios incendiarios basados no en si la realidad permite un escenario, sino en valoraciones morales o en relatos particulares de la historia: mil años de España es un argumento tan hermoso como cuando Pujol celebró el milenario de Cataluña, todo el que quiere puede tener mil años: hay un museo en Guernica que te pinta unas rayas muy bonitas sobre un mapa para reconocer Euskadi en la era de los dinosaurios. Tener un cumpleaños es bonito, la gente te trae regalos.
El que no quiera ver la destrucción del orden constitucional del 78 con sus estructuras territoriales no sólo cuestionadas de modo constante por las mayorías políticas que han gobernado casi de modo permanente desde que se aprobaron y no digamos por la crisis económica que, simplemente, desmonta la legitimidad del estado frente a los votantes y que, simultáneamente, pone en evidencia el grado de lealtad al modelo territorial, pues que alguien le cuide la vista. Y las lecturas.
No ver la pérdida de credibilidad de las instituciones básicas del sistema (Monarquía, Tribunal Constitucional, Parlamento, Poder Judicial, por no hablar de los diferentes gobiernos) es más agudo. Y no verlo a la luz de desastres jurídicos y de opinión pública como el Estatuto de Cataluña o la doctrina Parrot y su efecto en las poblaciones afectadas ya me parece grave. O el efecto – de boomerang, claro – de los intentos legales para que voten los salidos del País Vasco, será todo lo poco moral que queramos, pero nos conduce a los hechos: los votantes que van a decidir la mayoría piensan que España es un cachondeo y están dispuestos a pasar de ella.
Bildu y PNV ganarán de una forma o de otra. Y la crisis económica, especialmente cuando se empiece a salr de ella, tiene pinta de abrir situaciones completamente novedosas. Lo que salga, no se parecerá a lo que hay ahora. Bien es cierto que, como dices, las encuestas no aciertan en muchas ocasiones en la decisión final del voto. Si están bien hechas, no aciertan cuando se leen generalmente porque ha pasado tiempo desde la recolección del dato y el momento de votar: cambian factores. Las del día del voto, se parecen mucho más al resultado. También es cierto que para refrendar el Estatuto la mayoría de la gente se fue a la playa, lo que a mi juicio demuestra todavía más el desgaste del sistema y no una vocación por mantenerlo.
¿Una encuesta de independentismo acertará? Independencia/Dependencia son planteamientos muy decimonónicos y todo el mundo vive muy aturdido porque no se han inventado esquemas suficientemente nuevos para resolver lo que no se quiere, que es esencialmente tener que aguantar algo como la política que se hace en Madrid, dicho de modo literario. Algo saldrá. Pero pensémos qué sucede, por ejemplo, si alguien convoca un referéndum en el País Vasco tras una eventual ruptura plena de Bélgica sin derramar un tiro y dentro de la Unión Europea: cambiando el entorno, la intención de voto cambia. Conviene recordar que Aznar intentó que los tratados de la Unión declararan inamovibles las fronteras de los países miembros y se le dijo que no, un intento patético de crear legalidades artificiales con lo que no puedes ganar por la voluntad de los votantes.
Mientras tanto y como dije, los nacionalistas españoles debererían inventar un discurso nuevo para que la idea de España de la que presumen se la compren allá donde tienen que comprarla: en ese conjunto de gente que dice que no está dispuesta a ser española y que va a tener la mayoría de algún parlamento con toda la capacidad del mundo para decir no… aunque la ley no lo permita. Veremos si hay narices para mandar un tanque. En caso de que funcionen, al paso que vamos.
Así pues mi comentario no es ningún «deseo», es un intento de ordenar datos partiendo de las agendas de los agentes locales… y de fuera. Una mirada al entorno internacional permitirá valorar algunos escenarios: qué pasará en Escocia, cuál es el próximo encallamiento de Bélgica o qué cosas nuevas ocurren al respecto de Irlanda del Norte, el Reino Unido y la República de Irlanda. Yo diría que cualquier cambio de status en alguno de estos sitios puede desencadenar cosas que en lo que se llama «Madrid» no van a gustar nada. Y es esperable que surjan muchos nuevos escenarios asimétricos con esquemas confederales con otro nombre y soberanías definidas de otra manera. Cualquiera que sea el resultado no es lo que siempre se llamó «España unida».
Por supuesto, esto no es más que un escenario y puede resultar que nunca se produzca. Pero creo que enrocarse en milenios que ni siquiera los libros defenderían no sirven para contemplar escenarios de futuro: simplemente ver que más de treinta años de constitución del 78 no han terminado con la discusión territorial debería llevarnos a pensar que más años con el mismo modelo no tienen pinta de conseguirlo. Así que parece probable que, ese modelo, cambie. Y cuando se produce el escenario de cambio la cuestión es en qué posición están las fuerzas que están en juego. Yo al PNV y a Bildu los veo muy bien colocados y los dos tienen una agenda territorial máxima aunque con dos formas de desarrollarla: nos hablamos cuando se celebren las elecciones del País Vasco, que le quedan poco tiempo.
Vaya, qué casualidad: aunque la coincidencia no implica tener razón, a más gente le surgen análisis similares. Antonio Elorza hoy en El País:
Y esta otra:
analisis muy interesante, con el que estoy bastante de acuerdo. Lamentablemente años y años de políticas demagógicas con respecto al país vasco y cataluña hacen demasiado dificil un retroceso en el discurso de los partidos mayoritarios y particularmente el del PP que es quién gobierna.
Y esas políticas dedicadas a captar el voto fácil señalando al enemigo externo-interno , se encuentran además de la tradicional oposición de los nacionalismos, con una crisis institucional generalizada. En esta españa ya no creen ni los Españoles ni los extranjeros, menos van a creer aquellos que vienen tiempo diciendo que esto es un tongo. En más de una ocasión los tribunales europeos, han fallado en contra de decisiones previas de tribunales españoles (el tema parot como ejemplo). Alguien debería tener altura de miras, para parar este sinsentido ideológico que nos acerca irremediablemente a la balcanización.
Lamentablemente es poco probable que a estas alturas los españoles cambiemos nuestra larga trayectoria de cainismo suicida.
Curiosamente, el nacionalismo vasco tiene también sus derrotas judiciales europeas: las vacaciones fiscales (un caso en el que el gobierno español tuvo que actuar en defensa de las haciendas vascas con gran decepción en Rioja, por ejemplo) o el caso del desplazamiento de los presos: hasta el PNV después de haber apoyado la dispersión creó un discurso de violación de los derechos humanos que fue desmontado por La Haya… Lo interesante de la cuestión es que estas derrotas no desacreditan al nacionalismo vasco frente a su electorado mientras que lo contrario, sí. Por tanto, las razones judiciales hay que utilizarlas en este juego dentro del contexto. Tampoco la doctrina internacional sobre descolonización (eso del «derecho de autodeterminación») es aplicable al caso vasco o ninguno europeo o español, pero el discurso funciona. Es decir, y aún siendo obvio, el problema para la pervivencia del esquema «España» y sobre todo «España 78» es la carencia total de un discurso que la población afectada esté dispuesta a comprar. Y esta es la lección de estos treinta y tantos años que parece que nadie ha aprendido dentro de los partidos llamados «españolistas»: el análisis intelectual del nacionalismo (de cualqueir nacionalismo) no conduce a que éste desaparezca y esto es lo que hace, al final, que trabajos intelectuales con influencia social como fue el de Juaristi tengan un efecto como muchos desearían: la cuestión es que, inventado, absurdo, desmontable… todo lo que se quiera, el nacionalismo sigue ahí. La patria, como los equipos de fútbol, se eligen de niños y son afectos de los que nadie se desprende fácilmente. Aunque se sea tibio.
Gonzalo, has dado en el clavo con las últimas líneas.
Hay quienes están convencidos de que defienden una causa justa sólo porque hay chorrocientas evidencias históricas de que el rey Sancho no sé qué y Wifredo el Velloso no sé qué más. Pero eso es irrelevante. Las comunidades imaginarias existen en tanto que existen en la mente de quienes creen en ellas.
Gracias. Y lo cachondo es que se contradicen entre sí: encuentras evidencias históricas que sirven para probar lo que tu quieras. Argumentos de gente muerta para resolver el problema de los vivos.