«La historia prohibida del Sáhara español» y los males del periodismo español

Cuando empecé a hacer la revisión bibliográfica para mi proyecto «Sahara Sunset«, la historia militar de la salida española del Sáhara Occidental, dos libros me parecieron las principales referencias sobre el tema. Y cuando anuncié el proyecto en redes sociales las recomendaciones y consejos me llevaron a ellos. El primero es Agonía, traición, huida del profesor José Luis Rodríguez Jiménez. El segundo es La historia prohibida del Sáhara español del periodista Tomás Bárbulo. El primero es una obra historiográfica al uso, donde al relato de los hechos se intercala la historia personal de militares y civiles españoles que vivieron en el Sáhara Occidental.

El segundo libro es una obra periodística con un tono un tanto novelesco. Tan pronto lo tuve en mi mano lo hojeé y por pura casualidad llegué a un pasaje donde se cuenta un ataque de la aviación marroquí el 19 de enero de 1976 que al parecer provocó un número importante de muertos entre la población civil saharaui en Tifariti. Dice así:

«En el horizonte aparecieron dos cazas Phantom F-15. Los aviones parecían insectos de élitros brillantes. Nadie tuvo tiempo para reaccionar. Lo último que vieron los concentrados fue la enseña alauita roja y verde que campeaba en el fuselaje. Luego los pilotos hicieron funcionar las potentes ametralladoras de 15 milímetros y la tierra comenzó a hervir. Decenas de ancianos, mujeres y niños cayeron acribillados mientras la multitud corría despavorida».

Evidentemente la mención a los «dos cazas Phantom F-15» me llamó la atención. En la nomenclatura militar, primero va el código alfanumérico y luego el mote o sobrenombre del avión. Pero aquí, para colmo, Tomás Bárbulo está mezclando dos aviones: El F-4 Phantom II con el F-15 Eagle. Pero es que ninguno de los dos ha servido nunca en la fuerza aérea real marroquí. Los aviones con los que contaba entonces Marruecos era el Northrop F-5A Freedom Fighter (véase al respecto el imprescindible libro Showdown in the Western Sahara Volume 2: Air Warfare Over the Last African Colony, 1975-1991 de Tom Cooper y Albert Grandolini.

Para colmo lo de las «ametralladora de 15 milímetros» es un disparate. Todos los aviones de combate estadounidenses emplean cañones, no ametralladoras. Los F-5, F-14, F-15, F-16, F-18 y F-22 emplean un cañón de 20mm. y los AV-8B y F-35 un cañón de 25mm. En el caso de los F-5 empleados por Marruecos en 1976 se trata del M39, que tiene su propia página de Wikipedia en español.

El párrafo es un ejemplo de dos grandes males del periodismo español del que me vengo años quejando. Por un lado tenemos ese intento de epatar al lector con conocimientos de temas militares que sólo demuestran ignorancia a ojos del lector especializado en el tema. Porque aquí no se trata de una errata en el que el F-5 aparece como F-15. Aquí hay un uso alocado de la imaginación para impresionar al lector con datos sacados en la imaginación y la fantasía, no en el conocimiento. Y por el otro lado tenemos los intentos de hacer literatura desde la crónica periodista, que puede llegar a dar resultados interesantes. Pero la mayoría de veces, como esta, queda impostado. ¿En serio los saharauis en Tifariti pudieron ver las insignias de un avión de combate a reacción que realizó una pasada de ametrallamiento? ¿En serio los F-5 «parecían insectos de élitros brillantes»? Creo que he visto demasiadas veces este fenómeno, la ambición de dar más información de la necesaria y de convertir un relato de los hechos en una novela lleva a estos párrafos disparatados y artificiosos.

4 respuestas a “«La historia prohibida del Sáhara español» y los males del periodismo español

  1. Qué les costará a algunos periodistas informarse. Un periodista no tiene por qué saber determinadas cuestiones técnicas pero no cuesta nada preguntar a especialistas en la cuestión.

  2. El problema es pensar: yo pillo estos gazapos porque se de este tema, pero ¿habrá gazapos que no detecto en temas que desconozco? Me da que si………..

  3. No sólo es un problema del periodismo. También lo es del sector editorial. Un editor serio no hubiera dejado pasar ese párrafo. La frase «Lo último que vieron los concentrados fue la enseña alauita roja y verde que campeaba en el fuselaje» suena a libro «Elige tu propia aventura». FIN.

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