Cuando los medios tragan caña y sedal

El otro día les conté cómo me llamaron la atención los titulares que anunciaban que el gobierno de Pedro Sánchez había autorizado al gobierno autonómico catalán la compra de una montaña de material de guerra que había sido frenada en su momento por el gobierno de Mariano Rajoy. La idea, de ser verdad, era preocupante. Pero, como a estas alturas no me fío de nadie y en el cuerpo de la noticia se hablaba de una cincuentena de pistolas, decidí tirar del hilo y buscar yo mismo los documentos oficiales. Lo que me encontré desmentía los titulares y el alarmismo.  Lo conté en «Armas para Cataluña» (23/01/2019).

Sé que lo cómodo es quedarse en ese punto: sentir el reconfortante y autocomplaciente placer de estar en el lado correcto, despreciando la labor de medios y periodistas de derecha que viven del sensacionalismo y la tergiversación. Pero el fenómeno tiene su reflejo en el otro lado de una forma retorcida. Por cada Eduardo Inda y Francisco Marhuenda que asume cínicamente su vergonzante papel al servicio de una causa o unos intereses, hay un periodista divulgando información falsa o tergiversada sobre temas como la inmigración absolutamente convencido de que está salvando al periodismo y a la democracia mientras nos sermonea sobre burbujas informativas, bulos y posverdad.

Podríamos extendernos en discutir qué hirió el periodismo. Si la desesperada necesidad de atraer clicks que rebajó la calidad del contenido o la velocidad de los ciclos informativos que redujeron el tiempo para contrastar la información. Pero esa degradación del periodismo ha contado con el entusiasta esfuerzo de periodistas convencidos de que hacían el bien ayudando al consumidor de medios a pensar bien. Porque como dijo hace poco la congresista estadounidense Alexandria Ocasio-Cortez, los datos no importan cuando estás del lado moralmente correcto.

Precisamente, Alexandria Ocasio-Cortez ha sido protagonista de un caso reciente que me llamó mucho la atención. Un día vi una sucesión de titulares y tuits que hablaban de la fallida campaña de los conservadores estadounidenses por dañar su imagen mediante la filtración de un vídeo que la mostraba bailando. Ocasio-Cortez es socialdemócrata, hispana, joven y atractiva. Su carrera política, con menos de 30 años, ha sido fulgurante. Y los conservadores estadounidenses odian a Ocasio-Cortez. Basta una búsqueda de imágenes suyas en Internet para ver la proliferación de fotos que congelan sus expresiones faciales en una mueca demente.

Fotograma del vídeo destacado por El País

Según leí, esta vez, alguien había rescatado aquel vídeo grabado por un grupo de amigos para tratar de ridiculizarla. Pero la reacción de la opinión pública había sido positiva y se sucedían las muestras de apoyo ante la fallida campaña de desprestigio. Nadie veía nada de malo que una congresista en sus años universitarios hubiera grabado un vídeo donde bailaba de forma sensual.

A los pocos días, leí en Twitter a alguien preguntar si alguno había leído o escuchado a algún líder conservador estadounidenses criticar el vídeo o mencionarlo antes de que los medios hubieran lanzado el titular «campaña conservadora para desprestigiar a Ocasio-Cortez fracasa y se vuelve en su contra». Durante los siguientes días un coro de voces conservadoras hizo la misma pregunta. Nadie había oído hablar del vídeo hasta leer los titulares del fracaso de la campaña conservadora.

Poco tiempo después, me encontré la noticia en El País: «El fallido intento de dañar a Ocasio-Cortez con un vídeo de un baile en una azotea de Boston». Por aquel entonces, Ocasio-Cortez había hecho un bailecito en la puerta de su oficina y algunas figuras del Partido Demócrata habían lanzado vídeos de apoyo con su propio baile, mientras personalidades de la política y el mundo del espectáculo salían en su apoyo ridiculizando a los conservadores. Pero en la noticia de El País encontré un detalle interesante. Identificaban a una cuenta anónima de Twitter como el origen primero de la filtración del vídeo. La cuenta había sido creada en enero de 2019. Y el contenido de las publicaciones llamaba la atención porque, más que un genuino activista conservador, aquello parecía una parodia o un fallido intento de sonar como un radical de derechas.

¿Fue filtrado el vídeo desde el equipo de Ocasio-Cortez ? Quién sabe. A lo mejor fue efectivamente un tuitero anónimo quien puso el vídeo en circulación, pero fue el equipo de la congresista quien magnificó el asunto para construir la narrativa de «fracasa la campaña conservadora de desprestigio». Antonio García Martínez arrancaba un artículo sobre Ocasio-Cortez para la revista Wired diciendo «I’ll just say it: Alexandria Ocasio-Cortez is a social media marketing genius». La contracampaña tuvo muy entretenida a los medios y a la gente en las redes sociales.

Alexandria Ocasio-Cortez es una fenómeno colateral a lo que quería contar. Ella es alguien que simplemente sabe apretar los botones correctos en un ecosistema informativo donde no hay tiempo para la verificación y donde la opinión pública está sobreestimulada con informaciones que confirman sus prejuicios. Pero lo que no están considerando las almas buenas que se consideran en el lado correcto de la historia es que todos esos sesgos y errores de los medios progresistas que ellos no son capaces de ver por sus prejuicios ideológicos son diseccionados cruelmente en otros medios y las redes sociales. Véase el caso de los chicos blancos del instituto católico Covington y el falso veterano de la guerra de Vietnam. Por eso las burlas de Donald J. Trump sobre la CNN, «you are fake news», resonaban en su público. Y por eso el discurso neo-machista y anti-inmigración puede revestirse con los ropajes de la audacia, el librepensamiento y la rebeldía frente al consenso progresista de los desprestigiados medios del establishment.

Véase anteriormente: «Seguimos tocando el fondo» (16 enero 2019).

 

4 comentarios sobre “Cuando los medios tragan caña y sedal

  1. Yo creo que es una cuestión de oferta y demanda. Antes para que un medio de comunicación triunfara necesitaba dar calidad porque eso era lo que se le pedía. Ahora como la calidad no es requerida, pues la han bajado, reduciendo así los costos. ¿Cuantos artículos no parecen escritos por becarios? O son meras copias de las notas de prensa………
    Y sobre esta señorita, tiene gracia emigrar a EE.UU. para hacerse socialista…………

  2. Yo soy más bien pesimista con el asunto; así que muchas gracias por la tarea sisífea de aclarar lo embarrado por otros ^_^.

  3. Esto no ha hecho mas que empezar, lo que nos queda por ver, cada vez hay más medios técnicos para montar fakes, tergiversaciones, etc.

Los comentarios están cerrados.

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