Robert Gates se convirtió en el primer Secretario de Defensa estadounidense al que un presidente entrante del partido contrario le pidió que permaneciera en el puesto. Así fue Secretario de Defensa primero con George Bush (hijo) y con Barack Obama después. Comenzó su carrera siendo reclutado por la CIA en la universidad hasta alcanzar el puesto de subdirector (1986-1989) con Ronald Reagan y director (1991-1993) con George Bush (padre). Por el camino ocupó puestos en diferentes gobiernos y cuando se retiró de la CIA trabajó en el mundo académico. Era rector de la Texas A&M cuando fue llamado para el puesto de Secretario de Defensa. Rápidamente se convirtió en un personaje que nos llamó la atención a Jorge Aspizua y a mí por su franqueza al hablar y su preocupación por resolver la situación en Iraq y Afganistán enfrentándose a las inercias y a los poderes fácticos que se empeñaban en gastar pensando en hipotéticas guerras convencionales del futuro, un mal que Gates bautizó como la «nextwaritis». Y es que uno aprende en su libro que si los militares se ocupan de las misiones y operaciones del presente, la burocracia del Pentágono existe para planificar con antelación el descomunal gasto de defensa estadounidense pensando en las guerras del futuro. Un objetivo que se terminó convirtiendo en un obstáculo mientras EE.UU. esparcía sus fuerzas por medio mundo en la Global War On Terror.
Robert Gates cuenta en el libro sus esfuerzos para hacer llegar al frente de batalla los vehículos a pruebas de minas (MRAP) y sus peleas con la fuerza aérea para que se diera prioridad a medios ISR (UAVs y aviones C-12 modificados) con los que luchar contra los insurgentes que plantaban artefactos explosivos (IED) en las carreteras. En este último caso se trataba de que los pilotos de combate consideraban poco glamuroso verse manejando aviones sin piloto tras una pantalla. Todo el tiempo, Gates manifiesta su preocupación por las tropas con una insistencia que el lector español podría pensar que es fingida por extraña entre nuestros políticos. Pero hay que entender que forma parte de la idiosincrasia de la política estadounidense, con lo bueno y lo malo.
El libro se lee como una guía del funcionamiento de Washington D.C., donde el gobierno choca constantemente con ambas cámaras del congreso, donde el Departamento de Defensa choca con el Departamento de Estado, donde el Secretario de Defensa choca con los asesores del presidente y así hasta el infinito. Resulta curioso pensar en quienes hablan de «Washington decide» o «el gobierno de Estados Unidos decide» como una caja negra de la que salen órdenes. En cambio, de la mano de Robert Gates descubrimos lo complicado del proceso de toma de decisiones en Washington, donde el resultado final es el producto del choque de un montón de fuerzas donde más que la «elección racional» intervienen el «comportamiento organizacional» y las «políticas gubernamentales» (véase Essence of Decision de Allison y Zelikow al respecto).
Habiendo servido en los gobiernos de los presidentes Bush (hijo) y Obama es interesante su perspectiva sobre las diferencias entre ambos. Robert Gates presenta a George W. Bush como un personaje muy diferente a la imagen de paleto intelectualmente limitado que se construyó sobre él, pero que gobernó con la losa del 11-S sobre su cabeza. Según Gates, la idea de que el gobierno había fallado al pueblo estadounidense llevó a Bush a tomar medidas extremas, como enviar prisioneros a Guantánamo o invadir Iraq, para evitar que se repitiera el 11-S pero que con la perspectiva del tiempo podemos percibir como una sobrecompensación ante el fallo inicial. Por su parte, el gobierno Obama es descrito como lleno de jóvenes ambiciosos y voluntaristas que se comportaban como si todavía estuvieran en campaña electoral. Obama marcó a los militares un objetivo político: Retirarse de Afganistán e Iraq. Pero los militares contestaron que primero habría de estabilizarse la situación en ambos países y pidieron más tropas para rematar el trabajo. Obama sintió que le pretendían montar una encerrona y en el tira y afloja se establecieron dos fechas: 2011 para retirarse de Iraq y 2014 para retirarse de Afganistán. Ese voluntarismo por encima de las consideraciones militares puede que sea el origen de problemas para Estados Unidos en el Gran Oriente Medio en el presente y en el futuro.
Pero por ejemplo, si una de las grandes razones del desmadre iraquí es el no haber incluído a suníes y antigüos miembros del partido baaz en el ejercito y el gobierno, ¿de qué hubiera servido mantener o aumentar el número de soldados por más tiempo?
¿Alguien se imagina aquí un ministro de defensa del PP «contratado» por el PSOE? o viceversa. De los innombrables ya no digo nada porque esos directamente clausurarán el ministerio, bueno ellos y el actual baranda del PSOE a juzgar por recientes declaraciones.
Volviendo al «comportamiento organizacional», me recuerda a un comentario de un antiguo compañero que, hablando de la inercia y (malas) costumbres de muchas compañías, decía que él no creía en las empresas si no en las personas que las llevaban (dirigían) .
Sería completamente impensable, ¿no?
http://es.wikipedia.org/wiki/Eduardo_Serra_Rexach
Zas! en toda mi boca 😉
Me cuesta imaginar a George Bush (hijo) no siendo un paleto intelectualmente limitado. De verdad que me cuesta mucho. 😀
No entiendo exactamente qué llevó a Bush a invadir Iraq en 2003, durante estos años he oído muchas razones para ello, y ninguna de estas razones me convencen. Lo que sí tengo claro es que fue un gran error.
Muy cierta la descripción que se hace sobre la complejidad del llamado Gobierno de los EEUU. El Presidente puede ser el hombre más poderoso del mundo, pero no es el más poderoso de EEUU.
Respecto a la frase «Pero hay que entender que forma parte de la idiosincrasia de la política estadounidense, con lo bueno y lo malo», es esa misma idiosincrasia la que les impide comprender la de los demás. Creen que en el mundo las cosas funcionan o deben funcionar como en Texas, o en Oregón, por ejemplo. Ni siquiera comprenden a los europeos y mucho menos al complejísimo mundo musulman. En el caso de Irak, su primer gobernador, Paul Bremen, no tenía ni idea de cómo funciona el mundo islámico y tomó decisiones equivocadas que serían muy largas de explicar aquí. Pero de aquellos polvos vienen estos lodos. Me refiero específicamente al desmantelamiento total del ejército iraquí (amen de otras instituciones) y la policía, creyendo, erróneamente, que todos eran afines a Sadam. Eso precipitó al país hacia el caos. Cuando se fueron, dejaron mucho material, si, pero una muy deficiente organización del ejército (por ejemplo, tienen aviones pero no pilotos), lo que ha facilitado todo el desarrollo del EI y su avance tan rápido que fue posible por dos razones: no encontraron apenas resistencia y por el uso de las redes sociales colgando videos muy cuidados con decapitaciones y otras barbaridades, lo cual infundía pavor a las guarniciones iraquies que huian en cuanto les veían llegar, abandonando mas material que era muy util para el EI. Sólo han encontrado resistencia en Kobani, porque los kurdos sí les han plantado cara y además son buenos combatientes. No debieron marcharse tan pronto dejando todo desorganizado, por eso los militares querian seguir hasta que hubiera estabilidad, por lo que vuelve a acertar Jesús cuando dice » Ese voluntarismo por encima de las consideraciones militares puede que sea el origen de problemas para Estados Unidos en el Gran Oriente Medio en el presente y en el futuro.» Y lo complicado del proceso de toma de decisiones tiene buena culpa de ello, aunque no toda.
Crees que un grupo de soldados chiies se quedaría a defender (arriesgando la vida) una ciudad suní?
Las cosas allí no son blancas o negras, sino mucho mas complejas. No puedes valorarlas en esos términos.
La zona controlada por el ISIS son todas sunies, no?
A ver, las guarniciones del ejército iraki no son de una u otra rama, hay de todo. Precisamente uno de los errores de Paul Bremen fue pensar que todo el ejercito iraquí era fiel al partido baaz de Sadam, por eso lo disolvió. Lo que digo en mi primera entrada es que el ISIS o EI, no encontró oposición a su avance porque el ejercito está desorganizado, sin oficiales competentes y con medios escasamente operativos (precisamente esos oficiales procedentes del ejercito de Sadam estan con el EI, porque se refugiaron en la zona de donde era originario Sadam y de donde parte el EI que a su vez es una trasformacion de AlQaeda). Cuando se dice que una zona es sunita o chiita no quiere decir que todos lo sean, eso solo ocurre en pueblos pequeños pero no en poblaciones grandes. Por otra parte, te recuerdo que ademas de las dos grandes ramas, hay muchas otras que son escisiones de las principales (herejias, dicen ellos, y algunas son herejias de otra herejia y muchas estan enfrentadas entre ellas). Y otra cosa, el autoproclamado califa, al-Baghdadi que significa nacido en Baghdag, tiene el poder militar y político, pero no el espiritual, el mandato divino, por lo que pronto le saldrán detractores en la UMMA (comunidad de creyentes) que cuestionarán su legitimidad como califa.
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