«Las bombas del 11-M» de Juan Jesús Sánchez Manzano


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Juan Jesús Sánchez Manzano fue el comisario jefe de los TEDAX entre 2002-2006. Estaba de servicio el 11-M y dirigió las labores de los desactivadores de explosivos del Cuerpo Nacional de Policía en aquellos días. Cuando pronto se cumplirán diez años de aquella tragedia ha decidido saldar cuentas dentro de los límites que le imponen ser un policía en activo. El comisario Sánchez Manzano fue objeto de una campaña de desprestigio brutal a manos de los medios que plantearon teorías conspiranoicas sobre el 11-M que, como el tiempo ha demostrado, sólo servían a intereses espurios lejos de la búsqueda de la verdad sobre lo que pasó aquellos días. La recopilación que hace de las barbaridades que se dijeron sobre él asombra y lleva a preguntarse, como hace él mismo, qué motivó a que sus superiores no le dejaran defenderse y al gobierno de Rodríguez Zapatero a no salir al paso de los disparates dichos sobre la actuación policial el 11-M. Y es que las cuentas pendientes del comisario Sánchez Manzano son con unos y otros.

El libro cuenta el trabajo de los TEDAX en el 11-M, cómo el autor preparó su comparecencia en la comisión parlamentaria, su papel en el juicio a los responsables del atentado y cómo se convirtió en blanco de los medios conspiranoicos (El Mundo, la COPE y Libertad Digital principalmente) que lo llegaron a acusar de, nada menos, de haber plantado pruebas falsas y obstaculizar a la justicia.

Del 11-M cuenta cómo a las 24 horas la policía había determinado que los materiales y modus operandi empleados por los terroristas no correspondían a ETA. El comisario Sánchez Manzano cuenta que transmitió toda la información disponible a su cadena de mando en la forma y extensión reglamentaria. Cómo desde el Ministerio del Interior se insistió en la pista de ETA le resulta incomprensible al autor, aunque apunta al nerviosismo de políticos, mandos policiales y personal del CNI que no pararon de llamarle. En el libro se recogen cómo el subdirector de El Mundo, Casimiro García Abadillo, contó tanto en un artículo semanas después y en su libro 11-M: La venganza que en la cúpula del PP circuló el análisis «atentado de ETA, ganamos las elecciones; atentado yihadista, gana el PSOE». Aquello, añado yo, debió provocar un sesgo de confirmación ante los rumores sin fundamento que circularon ese día. También debemos mencionar que aquellas confesiones de García Abadillo se realizaron antes de la deriva conspiranoica de El Mundo. Algún día alguien nos contará cómo Pedro J. Ramírez puso sus esperanzas en Rodríguez Zapatero para obtener una licencia de TV analógica en abierto, que terminó recibiendo el grupo Mediapro para crear La Sexta, pero por despecho y venganza se lanzó a publicar teorías conspiranoicas sobre el 11-M como ariete contra el gobierno.

En los acontecimientos que sucedieron después tuve mi pequeño papel. Fui miembro fundador de Desiertos Lejanos, el blog que se encargó de desmontar las disparatadas teorías conspiranoicas que alentaron medios y secundaron políticos del Partido Popular. En aquellos días nos sentimos solos en medio de aquel delirio. La explicación la he encontrado en el libro. Del alguna forma el gobierno de Rodríguez Zapatero entendió que el Partido Popular estaba entrando en un lodazal apoyando las teorías conspiranoicas y siguió la máxima de «cuando tu enemigo esté cometiendo un error, no lo distraigas». Recordemos que eran aquellos tiempos en el que el Partido Popular se posicionó en contra del matrimonio entre personas del mismo sexo o las negociaciones con ETA, medidas que la mayoría de la opinión pública española apoyó. Así se explica entonces que ante el chaparrón de mentiras, ni el gobierno diera explicaciones ni se les permitiera darlas a los profesionales bajo ataque. Es más, Sánchez Manzano cuenta cómo fue llamado a capítulo para dar explicaciones por el rumor de que en el atentado se había usado Titadyn, una marca comercial de dinamita robada por ETA en Francia. En aquel momento percibió que lo que buscaba el Ministerio del Interior era alguien al que endosarle la culpa.

El triste balance es que nadie pagó por todas aquellas mentiras y tergiversaciones que tan pronto el Partido Popular volvió al poder fueron olvidadas. Esa es la triste prueba de que las teorías conspiranoicas no fue más que una cínica campaña de desinformación para atacar al gobierno y con la que algunos ganaron dinero vendiendo libros y periódicos.

 

 

 

 

 

8 comentarios sobre “«Las bombas del 11-M» de Juan Jesús Sánchez Manzano

  1. No tengo ninguna idea preconcebida al respecto. En tu opinión, ¿Lo que pasó es lo que dice el sumario y nada mas? Hubo….191 muertos. ¿Quién lo hizo? ¿Por qué? ¿Como?

  2. Lo que sabemos es que quienes lo hicieron estaban en la periferia del yihadismo español. La «Operación Dátil» metió en la cárcel al núcleo duro, que tuvo su pequeño papel en el 11-S. Entonces esa periferia pasó a primera línea y con ganas de «guerra». Era un grupo heterogéneo a pesar de que cierta prensa los llamó «los moritos de Lavapiés». Los había universitarios con carreras técnicas y los había pequeños delincuentes. Los grados de separación con «Al Qaeda central» no eran muchos. Pidieron medios pero sólo se les concedió permiso para usar el nombre, como una franquicia. Así el atentado lo firmaron como «Los Partidarios de Al Qaeda».

    Hay dos partes «oscuras» en el 11-M.

    Una es que la mayoría de los implicados estaban en el radar de la policía y el CNI. Yo creo que como hasta aquel entonces los yihadistas sólo se habían dedicado a propaganda y apoyo logístico para otros de paso en España la vigilancia no era tan estrecha. Nadie esperaba que montaran un atentado y posiblemente por ello sus controladores habían soltado mucho carrete. Luego está el asunto de la compartimentación. Seguro que si alguien hubiera conectado toda la información que CNI, Guardia Civil y Cuerpo Nacional de Policía tenían por separado hubiera resultado evidente que se estaba preparando algo gordo. También sabemos que los que eren confidentes de la policía contaban la mitad de lo que sabían.

    La otra es el pifostio que se montó en la cúpula del Ministerio de Interior. El propio subdirector de El Mundo lo contó en su periódico y el primer libro que sacó: Alguien hizo el cálculo político de que un atentado yihadista iba a poner a la opinión pública en contra del gobierno. Luego, miembros del gobierno saliente contaron que fueron engañados. Que a ellos les dijeron que las pruebas apuntaban a ETA. ¿Se obcecaron o les llegó información distorsionada? Sabemos que a las 24 horas, con una simple llamada de teléfono a los agentes que investigaban el atentado habrían sabido que se encontró dinamita diferente a la usada por ETA y una cinta con versos coránicos.

    Recuerdo en aquel entonces que los defensores de las teorías conspiranoicas comenzaron especulando porque «algo no cuadraba en el 11-M». Se referían a que no se parecía al 11-S: No hubo suicidas, los implicados no habían mantenido un perfil bajo, la preparación fue chapucera, etc… En marzo de 2004 todo aquello sonaba chocante tras haberse hablado de Al Qaeda como una organización ultraprofesional y todopoderosa. Pero el perfil de los terroristas era el habitual en el yihadismo magrebí. Hay muchas cosas características del 11-M que luego nos resultaron habituales. Es más, hay hechos y datos que sólo se supieron años después. Como el contacto del comando del 11-M con Al Qaeda núcleo central. Por ejemploe, véase: http://elpais.com/diario/2009/12/17/opinion/1261004412_850215.html

  3. Yo apuntaría otro punto oscuro aún en la culpabilidad o no del único condenado. Curiosamente es el único punto en el que El Mundo sigue insistiendo; la poca credibilidad de las testigos que le sitúan en el lugar de los hechos.

    Y más que un punto oscuro lo que fue un desastre fue la instrucción del caso. Con algo tan elemental como la destrucción inmediata de los trenes. En cualquier otro país los hubieran preservado para poder tomar muestras y poder hacer estudios. En España mismo, por ejemplo el coche de Carrero Blanco fue preservado durante décadas.

  4. ¿En serio?¿Dónde guardan la furgoneta bomba de la T4 Dani?¿Donde guardan los autobuses de los atentados del 7J en Londres? ¿Que «le situan en el lugar de los hechos» a quien? ¿Jamal Zougham dices? ¿Poca credibilidad de los testigos? Pues al menos una sí que estuvo sin ningún genero de dudas en el vagón de los hechos. Lo que me sorprende es que tú des todavía tanta credibilidad a un diario que no ha parado de soltar mentiras sobre este caso, retorciendo la documentación primaria a placer y callando sobre lo que no interesa. Lo mismo que hizo también con el trágico accidente de Barajas en 2008. Es muy inteligente lo que dice Jesús al respecto de cómo actúa Pedro J. Ramírez según las concesiones que le den: Al comenzar el gobierno de Rajoy, Pedro J. decía que había terminado la pesadilla; Meses después se convirtió en el principal ariete contra él diciendo en alguno de sus divertidos editoriales que «No había sabido rodearse de periodistas de prestigio» (Sólo le faltaba decir «Como yo, por ejemplo»). Esto habla por sí solo de sus motivaciones, además del afán de lucro de Luis del Pino, Garcia Abadillo et al.

    Todo esto solo demuestra los grados de impresentabilidad tan altos a los que se puede llegar por politiqueo barato y postizo en España, tanto por izquierda como por derecha. Lamentablemente.

    1. La destrucción de los trenes al dia siguiente del atentado es cuando menos inquietante, sin duda querian ocultar algo. Nunca se habia visto algo asi. Respecto al 7j y el 11s ofrecen tantas dudas como el 11M. El gran problema es que no paran de quitar libertades a los ciudadanos,,y estos atentados son la excusa una y otra vez.

  5. Yo he leido el libro «Las bombas del 11-M». Quizá algunas cuestiones que plantea no se puedan compartir, dependiendo del color del cristal con que se miren.
    Pero, no se puede negar, porque es obvio, que el comisario Sánchez Manzano, a lo largo de su relato, formula hipotesis con premisas objetivas, contrastables . Pedro J, Casimiro García Abadillo y demás miembros de la cofradía formulan sus hipótesis con suposiciones, con lo cual la conclusión es una manipulación, cuando no, una mentira.
    ¿Alguién piensa que a Pedro J lo han expulsado del periodico por riguroso, creible, buena persona, estupendo investigador…..?

  6. El problema del 11-M a mi modo de ver,dejando de lado lo terrible del atentado,es que todavía no se ha esclarecido el autor intelectual,no nos engañemos el 11-M para llevarse a cabo tiene un trabajo de campo muy laborioso que yo creo que un morito cualquiera por muy técnico que sea no es capaz de hacer.Si un grupo secundario de AL-QAEDA es capaz de montar el mayor atentado de Europa,AL-QAEDA debería haberse paseado por Irak y ahora estaríamos hablando de la segunda derrota americana después de Vietnam.El problema del 11-M politicamente hablando es que en este caso la derecha del país podía aplicar la doctrina que el señor Enric Sopena estableció a raíz del «tamayazo» en Madrid y es ¿a quíen beneficia?.El problema principal es que la izquierda con la campaña que montó sobre el NO A LA GUERRA se cargó algo que es la base de nuestra democracia y por lo cual tenemos Constitución y no es mi más ni menos que la CONCORDIA Y LA RECONCILIACIÓN NACIONAL,acuérdense del señor Carod-Rovira yendo a Perpignan.Que nadie se extrañe de que entonces Pedro J.Ramirez encontrara el terreno abonado,además del hecho de que la izquierda culpó al Gobierno del atentado.

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