El profesor Javier Jordán Enamorado hace unas precisiones sobre el concepto «lobo solitario» en El Confidencial que me aplico. Creo que tendemos a mezclar conceptos en un batiburrillo donde entran los lobos solitarios en sentido estricto, como Breivik y el Unabomber, con la yihad atomizada de personas que han vivido en grupo un proceso de radicalización y actúan de forma aislada.
El otro día hablaba del debate sobre los terroristas como psicópatas. Y encuentro una entrevista en el diario digital Público a Reza Gholami, profesor de la School of Oriental and African Studies de Londres, donde lamenta que a los sospechosos del atentado de Woolwich se les haya considerado automáticamente terroristas y no se haya indagado si su caso entra en el terreno de la psicopatía. El buen profesor lamenta que sólo porque los sospechosos hayan justificado su acción «en el nombre de Alá» y uno de ellos mantuviera vínculos con un grupo islamista el caso se ha politizado. «Suele suceder», apuntaría yo cínicamente. Eso sí, a la islamofobia la llama «ideología del odio».
Interesante distinción. Estoy de acuerdo. Una cosa son los medios empleados (actuar en solitario) y otra los fines (yijad).