Vía Guerra Eterna, el blog de Íñigo Sáenz de Ugarte, he descubierto este vídeo de Mark Fiore:
Justo esta semana fueron interceptadas 268.000 balas provenientes de Estados Unidos en la frontera mexicana. Y en la pasada cumbre en Washington de los líderes de Estados Unidos, Canadá y México el presidente Calderón advirtió «si no se frena el tráfico de armas a México, si no se restablecen los mecanismos para prohibir las armas de asalto o al menos para registrar plenamente la venta de armas de asalto, no sólo será imposible que la violencia termine en México, sino que incluso puede amenazar en el futuro a la propia sociedad americana». La ironía es que una operación encubierta de la ATF, Operación «Fast and Furious», resultó un completo desastre y las armas ofrecidas a los traficantes como gancho terminaron en México.
Tengo la sensación de que hay mucho de mala conciencia en todo ello porque buena parte de las armas «de guerra» que se usan en las calles de México provienen de Centroamérica, el eslabón entre México y Colombia, tan afectado como ambos países por la corrupción y la violencia que provocan el narcotráfico.
Me alegro que alguien se haya atrevido a decir lo políticamente incorrecto respecto a las armas empleadas por los cárteles de la droga, que la enooooooorme mayoría de ellas provienen de Centroamérica, arsenales militares y policiales, y traficantes de armas internacionales. El dato de la ATF se corresponde con las armas cuyos números de serie mandan las autoridades mexicanas a sus homólogos estadounidenses para comprobar el origen… ¿y el resto? pues nada, granadas de mano taiwanesas, Galil colombianos, AKs provenientes de las FARC, subfusiles de las FAS guatemaltecas,…
Comprar un arma automática en EEUU es un proceso lentísimo, que según el tipo de arma y el historial del comprador puede llevar muchísimos meses e incluso años. ¿Hay americanos vendiendo armas a los cárteles? pues claro, los que compran cocaína a cambio de munición. Que una unidad militar guatemalteca haya sido «alquilada» por uno de los cárteles para enfrentarse a los Zetas, o que haya más «speed boas» llevando armas desde Colombia a México que cocaína a EEUU no queda tan bien como culpar de todo a los americanos, cuyo principal delito es la adicción a la cocaína barata (superados ampliamente por España en ese sentido).
Podemos decir que Colombia-Centroamérica-México se ha consolidado como un bloque afectado por el narcotráfico en el que Centroamérica es el corredor.por mar, tierra y aire.
Empiezo a ver que el negocio es casi el narcotráfico en sí (guerras con rivales, sobornos, enfrentamientos con fuerzas estatales) más que el pasar drogas. Los Zetas por ejemplo apenas se dedican a mover drogas, su negocio es robarlas y revenderlas entre los cárteles, y alquilarse para operaciones específicas.
Cada grupo busca su nicho en el mercado. Donde no llegan los Estados, se crean unos vacíos de poder que dan lugar al surgimiento de nuevos negocios.