Fue en los años 80 en una revista de la compañía Telefónica que hablaba de «tecnología canadiense» que vi por primera vez el Canadair CL-227 Sentinel. En aquel tiempo era algo futurista.
Estoy leyendo (¡por primera vez a estas alturas!) «Islas en la Red» de Bruce Sterling y de todas las tecnologías futuras que desfilan por la novela curiosamente aparece el Canadair CL-227, cuyo prototipo es de finales de los años 70, y que en 1988 parecía algo de un futuro por venir. Hoy tenemos aviones sin piloto capaces de cruzar océanos y capaces de soltar bombas en Afganistán mientras alguien los pilota desde Las Vegas.
La idea de que la tecnología de armas inteligentes y vehículos sin piloto llevarán a un campo de batalla posthumano es una idea fundamental de Postmodern War: The New Politics of Conflict de Chris Hables Gray (sí, en 1997 se publicó un libro titulado Guerras Posmodernas). Las implicaciones filosóficas y éticas sobre un campo de batalla con máquinas que matan me pareció algo interesante pero los descarté para mi libro porque refleja esa obsesión tecnológica con las «guerras del futuro» tan propia del establishment político-militar estadounidense. Y lo que precisamente caracteriza a las guerras posmodernas son los cambios sociales y los nuevos actores. Justo lo que pasaron por alto.