Guerra Distribuida

En abril de 2004 tuve la idea de escribir «Guerras Posmodernas» cuyo último capítulo terminé en julio de 2009, seguido de un mes de correciones. Finalmente fue presentado en Madrid en mayo de 2010. Con sus 118 páginas el libro ofrecía una explicación de la transformación de los conflictos armados actuales.

Evidentemente un libro así trataba someramente muchos temas. Mi intención era construir un marco teórico que sirviera para analizar los acontecimientos que los medios de comunicación presentan como el resultado de un mundo caótico. La reaparición de la piratería, el auge de las Empresas Militares Privadas, la depredación de los recursos naturales por señores de la guerra o la impotencia de los estados frente al terrorismo transnacional resultan explicables como resultado de las mismas tendencias profundas de transformación del panorama internacional.

La transformación de los conflictos armados de la que hablaba en «Guerras Posmoderna» no es completa. Persisten guerrillas maoístas y nacionalistas, fenómenos de la Guerra Fría y la descolonización, en unos cuantos lugares del planeta. La geopolítica de los hidrocarburos sigue haciendo a la geografía políticamente relevante en lugares como el Cáucaso. Y las ambiciones chinas en el Mar de la China Meridional puede empujar a la unión de los aliados de EE.UU. en la zona, desde Singapur a Taiwán, en una reedición asiática de la Guerra Fría.

Por otro lado quise criticar la visión tecnofetichista de la naturaleza de las guerras del futuro como guerras puramente tecnológicas con ciberataques, aviones sin piloto y armamento inteligente. Así que no hice énfasis en esa visión parcial. Además determinados fenómenos sociales requerían una aproximación más profunda. ¿Por qué pasamos del modelo de las organizaciones marxistas-leninistas con sus células clandestinas a las redes informales y el terrorismo franquiciado? ¿No generan un conflicto las tecnologías de la información que horizontalizan organizaciones en el seno de las fuerzas armadas? La palabra «red» parecía merecer un capítulo para ella sola: Redes sociales, redes terroristas, redes de ordenadores… Organizada todas como redes distribuidas. Así que ese será el títtulo «Guerra Distribuida».

Desde que publiqué hace bastante meses el esquema de ese futuro libro en aquel entonces con un título provisional encontré problemas para validar el modelo en varios ámbitos. Originalmente quería dedicar el libro a la guerra convencional, la ciberguerra, el terrorismo, el crimen organizado y el activismo social. Y enseguida encontré problemsa en el ámbito del activismo o la guerra convencional. Nunca dejé de sentir que la inclusión del activismo en un libro al lado del terrorismo, la ciberguerra y la guerra convencional podría interprestarse como una sutil criminalización de las protestas sociales. Así que finalmente he decidido dejar aparte el activismo social, sin dejar de seguir en un futuro fenómenos como el «Tea Party». No encontré muchos ejemplos de redes distribuidas en el crimen organizado y sólo manejaba casos de Iberoamérica. Hasta que caí en la cuenta que los casos de México, Centroamérica o Brasil merecen un libro aparte.

Así que «Guerra Distribuida» abordará lo siguiente:

-Las teorías surgidas en el seno del establishment militar entre 1991 (Guerra del Golfo) y 2001 (11-S) como «netwar» y «Network Centric Warfare».

-La transformación del terrorsimo en el mundo post 11-S.

-La aparición de la ciberguerra.

No descarto cambios en este esquema básico. Pero guerra convencional, terrorismo y ciberguerra me parecen una tríada más coherente. Y sobre todo, será un libro que tardaré mucho menos en escribir.

6 comentarios sobre “Guerra Distribuida

  1. Buenos dias,

    Quizá demasiado war y poco net, no??

    El activismo desde mi punto de vista debería estar incluido, en tanto en cuanto lo que se debería replantear es el cómo de esas «guerras distribuidas» pues quizá tienen más en contra con las guerrilas que con otra cosa: Buscan la desestabilización del sistema conformado por medio del bloqueo (mediatico o militar). Así, un grupo de gente que continua y metódicamente presente los errores de un gobierno hasta conseguir un bloqueo teórico (de teorías, me refiero) es tan cáustico o más que una guerrila armada.

    Define el concepto «arma» y luego planteate que es lo que no cuadra. Es mi opinión, cuestionable siempre, ya sabes.

    Un saludo

  2. La cuestión es hasta que punto constituyen el swarmming del PCC en mayo de 2007 en Sao Paulo, las algaradas en París (noviembre 2005) o Atenas (diciembre 2008) y los disturbios en Seattle (30 noviembre 1999) ejemplos de «insurgencias» políticas de nuevo cuño. Me interesa si su estructura es una red distribuida, sin centro reconocible y sin jerarquías.

    No voy a dejar de leer sobre esos temas. Estoy seguro que daré forma algo. Quien sabe si seré capaz de añadir un capítulo a última hora. Pero de momento me centraré en los temas de los que estoy seguro.

  3. Correcto. De todas maneras la doble visión armada /no armada puede enriquecer tu publicación. Lo único dificil de este punto, al menos desde mi punto de vista es el sectarismo de muchas de las publicaciones. Desde los poderes fácticos son tres desarrapados y desde la calle son cienes de comprometidos lucahdores por un mundo mejor…

    Suerte!!

  4. Hombre creo que la visión de esos grupos tampoco es así.

    Desde la calle, no, desde la gente comprometida se ven así mismos como cienes y cienes.

    Desde el hombre corriente de la calle se les ve como unos gamberretes o gamberros molestos.

    Y a los poderosos solo les preocupan en tanto en cuanto puedan copar páginas en los periodicos.

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