En mis primeros viajes mis padres esperaban una llamada mía. Uno metía las monedas que la cabina tragaba a una velocidad endiablada y de manera atropellada hablaba de lo bonito que era todo, lo bien que lo estabas pasando y lo agradable del tiempo en esa parte de Europa. Mandabas un saludo a toda la familia y las últimas palabras las interrumpía un tuh, tuh, tuh….
En aquellos tiempos mandaba postales porque era la manera de que los demás vieran lo que yo había visto y me había llamado la atención. Con mi cámara réflex medía mucho las fotos que hacía. No sabría lo resultados hasta llegar a casa. Y si el bolsillo sufría por el viaje el remate era llegar y pagar el revelado de cuatro carretes. Pero ahora…
Ahora con los servicios de roaming recibo y mando SMS sin ni siquiera poner el prefijo de llamadas internacionales y el de España. Sé que en caso de emergencia puedo coger el móvil y llamar. No lo haré. Pero tengo esa tranquilidad.
Con la cámara digital hago todas las fotos que quiero. Y las subo a mi galería de Flickr.com al instante.
He traído el portátil porque sabía que Estonia es un país con wifi en todas partes. Pensé que iba a dar un poco la nota como friki pero el albergue juvenil está lleno de gente que se ha traído el portátil de viaje. Alguno se ha traído hasta un DVD portátil. Ahora mismo estoy conectado en una cafetería de un centro comercial. En vez de escribir crónicas atropelladas en cibercafés calculando el tiempo que me queda, aquí aprovecho cualquier rato muerto para escribir, chatear o subir fotos. Con la webcam he compartido el almuerzo con un colega de Zaragoza y la sobremesa con una amiga de Valencia.
Lo que no he hecho es escribir cosas interesantes en el blog. Todo texto requiere una elaboración que quita tiempo. No quiero llegar al extremo de dejar de disfrutar del lugar para hacer cosas con el ordenador. Pero la cuestión de todo esto que estoy contando es si bien por un lado tiene su gracia no perder el vínculo con los amigos y la permanente sensación de estar comunicado, por otro lado tengo la sensación de haber perdido el sentido de la aventura. Y eso es un indicativo de lo que me está pidiendo el cuerpo para el próximo viaje.
Bendita tecnología. Es como viajar contigo. Algo que espero hacer de nuevo.
La aventura continúa.
Borra el comentario si quieres, o edítalo… Pero esta noche has despertado de nuevo el gusanillo de ir a sitios donde hablan un idioma que no conozco. ¿Hace una escapadita a Turquía?