Un spainsplaining de manual

El pasado domingo día 22 me encontré con el tuit de una estadounidense a la que le había llamado la atención la foto de unos legionarios españoles.

El fenómeno no es nuevo. Ya pasó una vez que alguien en el Reino Unido compartió en Twitter una foto parecida y se armó un revuelo que llegó a la prensa española. Los comentarios habituales oscilan entre las burlas por lo que consideran un aspecto ridículo al interés de mujeres hetero y hombres que no lo son, pasando por las comparaciones con las ilustraciones de Tom of Finland.

La conversación de ayer tomó un giro inesperado para mí. Varias personas le afearon a algunos de los que hacían comentarios jocosos de admiración sobre los cuerpos de los legionarios que estuvieran glorificando a una unidad militar «fascista» que 1) era el equivalente franquista de las SS 2) había asesinado a millones de inocentes durante la Guerra Civil 3) había reprimido violentamente a la gente en Cataluña el 1 de octubre de 2017 4) estaba ahora mismo en España dando palizas a la gente en la calle que incumplía la cuarentena. Los dos últimos puntos presentaban una ucronía distópica que me resultaba bastante inquietante como español. ¿De dónde cojones sacaron esas ideas de España?

A la fiesta se sumaron pronto algunos independentistas catalanes, algún nostálgico del anterior régimen y unos cuantos tuiteros que parecían por su discurso los típicos estudiantes universitarios muy woke. Por su puesto, ellos se dedicaron a explicarme España a mí. Un spainsplaining de manual. Dediqué un buen rato a responder las preguntas de unos sobre las camisas desabotonadas, a responder las preguntas de otros sobre las mascotas de la legión y a explicar a otros más que las fuerzas armadas españolas han vivido más tiempo en democracia (1978-2020) que bajo Franco (1936-1975). Considerando que la tropa española se va a la calle con 45 años, resulta que el soldado o marinero medio español no había nacido cuando Franco murió.

Me llamó mucho la atención que se presentara el machismo, el racismo y la homofobia en la Legión española como una herencia directa del Franquismo. Porque no creo que no haya fuerza armada occidental que no haya tenido que lidiar con el problema de hombres jóvenes con demasiada testosterona y baja educación.

Y más allá de ideologías incompatibles  con una democracia, la lista de páginas vergonzantes en la historia militar del último medio siglo de las fuerzas armadas occidentales incluye episodios como el Domingo Sangriento de 1972 en Derry (Irlanda del Norte), en el que paracaidistas británicos tirotearon a civiles y provocaron la muerte a 14 personas. O también cómo Canadá disolvió su Regimiento Aerotransportado tras salir a la luz los asesinatos y torturas cometidos por sus miembros en una misión de paz en Somalia en 1995. En Australia están ahora investigando los presuntos crímenes de guerra cometidos por sus fuerzas especiales en Afganistán. Y los desmanes y el descontrol en las fuerzas especiales estadounidenses seguramente den para llenar un libro que alguien publique más pronto que tarde.

Las barbaridades de unos no borran el pasado de la Legión española en las guerras africanas, pero es un ejercicio interesante imaginar, con la condescendencia que se gastan estos anglosajones, las explicaciones sociológicas que darían si militares españoles hubieran cometido la mitad de las infamias que los suyos han perpetrado por ahí en estas últimas décadas. Franco por aquí y Franco por allá. En definitiva, Francoland, como dijo Antonio Muñoz Mollina.