Cosas de las que mejor no hablar

Sólo hay un tema en el que me haya autocensurado en este blog: la batalla del 4 de abril de 2004 en Nayaf. «The powers to be» en España decidieron que de ese tema no debía hablarse y cuando consulté a la persona que en España más sabe del tema para confirmar unos datos comprendí que no era cuestión de buscarse líos. Tampoco le di muchas vueltas. Pretendía escribir una entrada de blog, no una investigación periodística. Pero últimamente no paro de pensar en qué contar y qué no de lo que me ronda la cabeza. El problema no son los poderes o las leyes, sino las turbas de bien pensantes. En la era de la post-verdad, da igual los datos y los hechos, sino los sentimientos.
El otro día vi que habían cesado fulminantemente al cónsul español en Washington por «burlarse del acento andaluz» en Facebook. Como canario que soy, el tema de los acentos periféricos me toca de cerca, así que estuve a punto de hacer un comentario en la página de Facebook de Guerras Posmodernas. A los días alguien contó en Twitter que el ex-cónsul participaba en un grupo de Facebook donde manejaban en clave interna imitar el estilo de escribir de un miembro del grupo. Parece que era así y que el asunto había sido sacado de contexto.
En Google han despedido a un trabajador por las ideas vertidas en un foro interno de la empresa. Copio y pego de Juan Soto Ivars:
Un trabajador de Google publicó en un foro interno donde los trabajadores discuten toda clase de asuntos su opinión sobre las políticas de género de la compañía. Según él, la brecha entre mujeres y hombres en ingeniería informática se debe a cuestiones biológicas. En general, las mujeres prefieren puestos más relacionados con las relaciones públicas y los hombres con la programación solitaria.
Su «manifiesto» era, por tanto, su opinión. Otros discutían con él en el foro, entre ellos la directora de diversidad de Google, Danielle Brown, que le respondió por qué piensa ella que está equivocado.
Pues bien: los textos se filtraron a la prensa. Gizmodo publicó el «manifiesto» y las redes sociales hicieron el resto del trabajo. Lo que era una discusión interna entre trabajadores de una empresa se salda con un escándalo, y con el despido del tipo que dijo lo que pensaba en un foro donde la compañía anima a los trabajadores a que hagan exactamente eso.
Son los pasos que siempre se repiten en Arden las redes. 1) Alguien dice algo confiando en que hay libertad de expresión, 2) el mensaje se filtra, se deforma y se magnifica en la prensa, 3) las redes arden, 4) quien se expresó paga, y 5) la empresa se limpia las manos. ¿Qué mensaje nos dan estas explosiones? Que hay cosas que, si piensas, es mejor no decir. Es decir: que ya no hay libertad de expresión.
Precisamente Juan Soto Ivars es el autor del libro Arden las redes. La poscensura y el nuevo mundo virtual, que tengo pendiente de leer. Voy a interrumpir mis lecturas sobre Guerras Posmodernas y la Nueva Guerra Fría con este libro porque me preocupa cómo hemos llegado a aquí. El otro día pedí disculpas en la página de Facebook de Guerras Posmodernas por publicar una nueva noticia sobre los buques de ONGs que se dedican a recoger migrantes de manos de las mafias y trasladarlos a Europa. No es un asunto que tenga que ver directamente con las Guerras Posmodernas pero me llamó la atención descubrir que no concordaba el discurso de la prensa española con la realidad. Algún lector me animó a seguir escribiendo del tema, pero la cuestión es que percibo que hay temas que a día de hoy son radiactivos porque hay un discurso en los medios de cuyos márgenes uno no puede salir aunque se tenga en la mano las estadísticas oficiales del Brottsförebyggande rådet sueco sobre violaciones a menores. El hecho es que el ministro de Interior pidió disculpas por decir algo que está recogido en informes de FRONTEX o ha repetido en la prensa italiana un magistrado en Sicilia. Me pregunto, ¿cómo se crean esas verdades públicas absolutas que nadie puede cuestionar?  Y si un ministro de Interior se tiene que disculpar por afirmar hechos ciertos ante la presión pública, ¿qué puedo esperar yo? Soy autónomo y trato de abrirme camino publicando en think-tanks y medios de comunicación, no quiero suicidarme laboralmente. Pero no dejo de pensar que estamos escondiendo bajo la alfombra problemas que van a terminar por estallar. Hemos creado un monstruo.

15 comentarios sobre “Cosas de las que mejor no hablar

  1. Si, lo de Nayaf va creando también su «verdad oficial» y ya nadie la puede sacar de ahí.
    Pero lo realmente alarmante es que un ministro tenga que pedir disculpas por decir algo cierto.
    Luego resulta que no se investigan violaciones por no mostrarse hostiles a ciertas comunidades, tocaque las pelotas.

  2. No hay que preocuparse en exceso por la suerte de James Damore, el autor del manifiesto de Google. Ya Julian Assange le ha ofrecido trabajo en Wikileaks. Yo no hablaría de censura. Gracias a esta polémica, el manifiesto ha obtenido más publicidad de la que nunca soñó su autor. Y sin duda creará escuela.

    1. Que despidan a alguien por hacer algo que la empresa le dio permiso para hacer me parece injustificable. Que luego el «machirulo» violador de Assange le ofrezca el trabajo de justificar por qué los hombres son genéticamente incapaces de reprimir sus instintos sexuales y las mujeres deberían saberlo antes de dormir con ellos, es otro tema.

  3. El tema de la posverdad y el uso de la lengua como herramienta para la autocensura y la censura ajena ya lo trató Orwell en sus ensayos sobre el lenguaje y la verdad, es una problemática que viene de lejos y la extensión de las redes sociales controladas por ciertos tipos de empresas con lineas de pensamiento definidas, no hacen más que acrecentar la relevancia de »la policía del pensamiento».

  4. Pienso que esta Poscensura está creando el calvo de cultivo ideal para la ‘alt right’

    1. Sí, les permite colocarse en una posición de «rebeldes contestatarios contra el poder».

      1. Más que eso, les permite presentarse como libertadores. Los únicos que se atreven a señalar que el emperador va desnudo, mientras el resto de la población tenía que reprimir la risa por miedo a morir en la horca, por el delito de haber herido los sentimientos del monarca.

        Además, brinda la oportunidad a la derecha más extrema de quitarse el sambenito de paletos negadores de la evolución y convertirse en los defensores del racionalismo, mientras la izquierda prefiere autoengañarse y defender sentimientos, en vez de buscar la vedad científica.

        Por cierto otro de los temas de los que ya no se puede hablar, después de haberlo agotado, es del 11-M. El mero hecho de investigarlo te convierte en conspiranoico de entrada.

  5. Algo que tendría que hacer una ONG es denunciar a las mafias que trafican con personas y poner en conocimiento de la justicia la información que de ellas dispongan, pero eso es algo que no han hecho hasta ahora (por lo menos que yo sepa). Cuestionar esta situación es exponerse al linchamiento en las redes sociales.

    1. Su postura es que Libia es ahora mismo un infierno para los migrantes y hay que hacer lo posible por sacarlos de ahí. Claro está, que el debate que se han saltado es porque traerlos a Europa. Y es que muchas manejan un discurso de «la solución a la crisis de Libia es que toda la gente que esté allí llegue a Europa de forma segura».

  6. Ayer llegué (via Hacker News creo) a este ensayo de Paul Graham, “What you can’t say”;
    http://www.paulgraham.com/say.html

    Comparte tu enfoque respecto a cierta auto-censura:
    > Suppose in the future there is a movement to ban the color yellow. Proposals to paint anything yellow are denounced as “yellowist”, as is anyone suspected of liking the color. People who like orange are tolerated but viewed with suspicion. Suppose you realize there is nothing wrong with yellow. If you go around saying this, you’ll be denounced as a yellowist too, and you’ll find yourself having a lot of arguments with anti-yellowists. If your aim in life is to rehabilitate the color yellow, that may be what you want. But if you’re mostly interested in other questions, being labelled as a yellowist will just be a distraction. Argue with idiots, and you become an idiot.

    De Soto Ivars, imagino que ya conocerás la entrevista que le hizo Ernesto Castro (quien, por lo que he leído en los comentarios de Youtube, va a entrevistarte en breve si no lo ha hecho ya ^_^) pero no sobra enlazarla por aquí:

    Saludos

  7. Ayer mismo en la CNN Hala Gorani puso una pieza donde se hablaba de un incidente grave (disparos de advertencia) ocurrido entre una patrullera libia y un barco ‘salvador’ de ONG española (al menos los créditos decían eso, que era española). Los de la patrullera les dijeron por radio que llevaban varios días siguiéndoles porque tenían una actividad sospechosa y que creían que estaban colaborando con las mafias dedicadas al tráfico de personas, transbordando personas desde las barcazas de las mafias hasta los puertos europeos. Me sorprendió mucho lo abiertamente que hablaba Gorani del asunto y creo que ningún periodista español se atrevería a desafiar así los estándares de lo ‘humanitariamente correcto’ (versión española, naturalmente).

    1. Aquí han dado la noticia diciendo que una patrullera libia les ha acosado y disparado arbitrariamiente. Dan las noticias haciendo copia-pega de los comunicados de prensa de las ONG.

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