«Villa Wanda» de Eduardo Bravo

Una vez, en otro blog que tuve y borré, conté cómo me fascinaba la Italia de los 70 y 80. Imaginen. Una logia masónica secreta, Propaganda Due,  a la que pertenecieron desde generales de la Junta argentina hasta un tal Silvio Berlusconi. El escándalo de la quiebra del Banco Ambrosiano, del que su máximo accionista era un banco vaticano y vinculado con negocios bastantes sucios, cuyo presidente, Roberto Calvi, apareció colgado de un puente de Londres. Grupos de ultraderecha que cometen atentados terroristas como el de la estación de Bolonia (85 muertos) para criminalizar a la izquierda y que resultan fueron organizados por las cloacas del Estado. Un banquero vinculado con el banco vaticano, Michele Sindona, que murió envenenado en la cárcel. Una organización vinculada a la OTAN, la red Gladio, creada para organizar la resistencia en caso de invasión del Pacto de Varsovia que termina participando en  las operaciones de falsa bandera de los servicio secretos italianos para impedir el avance del comunismo en el país. Imaginen. Una amiga me dejó entonces un comentario a aquella entrada de blog. Me preguntó si había decidido pasarme al mundo de las teorías conspirativas. La realidad supera la ficción.

Eduardo Bravo ha decidido contarnos sobre la Italia de aquellos tiempos. Y lo ha hecho con Villa Wanda, libro que toma su título del nombre de la vivienda de Licio Gelli, maestro venerable de la logia P2.  Al principio, el tono desenfadado del libro me resultó un poco frívolo, considerando el desfile de asesinatos y desapariciones. Pero al terminar de leer el libro estaba convencido de que era necesario librarse del tono de sesuda investigación periodística para abordar el tema. Si Eduardo Bravo hubiera adoptado un tono serio, el trabajo resultante habría ido de cabeza a la sección de novedades al lado de los libros de Daniel Estulín en manos de libreros despistados. El tono ligero hace que el libro se lea rápido, así que me quedé con ganas de más. Pero como el propio autor reconoce, las ramificaciones son infinitas y cada lector encontrará un hilo del que querer tirar. A mí, por ejemplo, me hubiera gustado leer más sobre el caso del Banco Ambrosiano y los negocios turbios de la banca vaticana en manos de Paul Marcinkus. Por eso he echado en falta que el libro se acompañe de una bibliografía. Con un tema tan poliédrico, casi se diría que los capítulos se pueden abordar aleatoriamente.

Villa Wanda trata de la estrategia de la tensión, de la red Gladio y sus ramificaciones. Trata de asesinatos y desapariciones, como el de policías y periodistas que sabían demasiado, además de la muerte o desaparición de chicas jóvenes cuyos casos sin resolver apuntaron sin embargo a figuras del entorno del poder. El libro trata de la aparición de las Brigadas Rojas, del caso Aldo Moro y de personajes como Giangiacomo Feltrinelli, el «millonario comunista» que murió al estallar una bomba que manipulaba en las filas del Grupo de Acción Partisana (GAP). Pero siempre, a lo largo del libro vamos viendo cómo todo forma parte de una trama compleja con múltiples conexiones y la existencia de eso que en Italia llamaban il potere oculto. Precisamente por eso creo que una obra de ficción desmerecería a la realidad italiana de aquellos tiempos. Cabe destacar además, que el autor combina el relato de los hechos con entrevistas y que en los capítulos finales aborda el reflejo en la literatura y la música del Zeitgeist de aquella Italia entrevistando a Fausto Amodei sobre la música de su grupo Cantacronache y entrevistando a Alvaro Bertani sobre la novela La vida agria de Luciano Bianciardi.

De todos los temas abordados en en libro sólo me generó suspicacia la entrevista a Daniele Ganser, autor de un libro sobre la red Gladio: Los ejércitos secretos de la OTAN. La operación Gladio y el terrorismo en Europa occidental. Creo que las dinámicas de la que habla fueron propias de la Guerra Fría y funcionaron por vías ajenas a la OTAN, al estilo del Safari Club. Pero Genser se apuntó a las teorías conspirativas del 11-S y plantea una continuidad en la existencia de ataques de falsa bandera. Cuesta ver en la jaula de grillos que es la OTAN hoy la organización implacable y resolutiva que plantea Ganser.

El libro, por cierto, me llegó a casa el lunes pasado coincidiendo justo con mi cumpleaños como regalo de mi amiga Sonia, que se las apañó para que el autor me mandara un ejemplar firmado que iba acompañado de un póster con el quién es quién del libro, dos marcapáginas, una postal y una peculiar postal-disco de 45rpm. que aporta banda sonora al libro. Me pregunto ahora qué otros temas merecerían el tratamiento recibido por Villa Wanda.

7 comentarios sobre “«Villa Wanda» de Eduardo Bravo

  1. Buena reseña. Gracias. Nunca he sabido qué grado de verosimilitud dar a todas estas informaciones, teorías… Hace ya bastantes años con mi primer ordenador entré en la web http://albalonga.tripod.com/ y entonces me pareció grandiosa. Después de estar trasteando y leyendo no sé qué opinión formarme. Me parece todo un poco «lampedusiano» y similar.

  2. Perdón quería referirme a «Todo modo» de Sciascia, si bien «Gatopardo» también vendría al pelo…
    Un saludo

  3. Después de leer este mensaje, bórralo.
    En el primer párrafo: «…Pacto de Varsovia que termina participando en las operaciones de -> falda <- bandera…».

  4. Gracias a los que señalaron el error. Ya está corregido. Así que borro los comentarios al respecto.

    Se me ocurrió una cosa. ¿No sería igualmente interesante saber cuánta ayuda hubo por parte del bloque soviético a los grupos terroristas de ultraizquierda en Europa Occidental?

    1. Sería interesantísimo, desde luego. Nos ayudaría a comprender muchos aspectos de esa época y también de la actual.

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