De no abandonar jamás a un hombre en el campo hasta perecer todos

Si hay tema que me suba por las paredes es el tratamiento de heridos y fallecidos en acto de servicio de las fuerzas armadas en España. Por ejemplo, el caso de los cinco desactivadores de explosivos fallecidos en Hoyo de Manzanares en 2011. Se preparaban a volar unas minas anticarro en lo que imagino que era un ejercicio de eliminación munición no explotada (UXO). Las minas habían superado su «fecha de caducidad» pero su vida útil se prolongó administrativamente. Alguien firmó un papel y se consideró válido su empleo. Como no hay forma de saber qué pasó realmente en aquella explosión, el Estado no se hace responsable de lo sucedido. Así, según Miguel Rodríguez en El País, más les vale a los militares españoles morir en misión internacional que en casa.
Creo que el Estado tiene una responsabilidad moral para con los que mueren a su servicio. Y más allá de las recomendaciones del Consejo de Estado o la justicia, el gobierno debería compensar a los familiares aunque fuera por el bien de la moral de la tropa. Que el que se la juega cada día saltando de un avión en paracaídas, realizando prácticas con munición real o sumergido en el fondo de mar sepa que a su familia no le faltará nada en caso de fallecer en acto de servicio.
Luego, tenemos aparte esos casos como el que aquí traigo que me hace preguntar si los familiares han sido bien informados o asesorados. Resulta que los padres de un capitán del Ejército del Aire fallecido en uno de los dos accidentes del Escuadrón 802 con sede en Gran Canaria se quejan de que Defensa ha “tratado de ocultar” que nunca se recuperó el cuerpo de su hijo. Y afirma «Nos mintieron hasta en el funeral: pusieron cuatro féretros, pero solo había dos cuerpos, los otros dos siguen en el mar”.
Mural en Granc Canaria en homenaje al sargento Ojeda, caído en servicio, durante su elaboración: Foto: rtvc.es
Recuerdo el caso perfectamente. Fue un tema muy seguido por los medios locales aquí en Canarias. En 2014, un Super Puma accidentado en un ejercicio nocturno se fue al fondo del mar con cuatro de sus cinco tripulantes. Los padres de uno de los fallecidos demandó que el cuerpo fuera recuperado y acudió a los medios para presionar a las autoridades.  Finalmente, el gobierno accedió y contrató a una empresa de trabajos submarinos que logró recuperar parte del fuselaje. Al parecer, el aparato se partió mientras era ascendido a la superficie. Aquí la noticia en la página web de la Radio-Televisión Autonómica de Canarias:

Rescatan dos de los cuerpos del helicóptero del SAR.

Durante el izado del helicóptero se han desprendido elementos de la cabina, lo que dificulta las tareas a más de 2.363 metros de profundidad.

Cuando escuché aquello pensé que ojalá uno de los cuerpos recuperados fuera el hijo de aquellos padres que habían reclamado con tanta insistencia. Y no porque me diera igual el resto de padres, sino porque quise pensar que el resto había asumido que el mar sería la tumba eterna de sus hijos. Algo que en la Armada se asume como parte de la profesión. Nunca escuché que se recuperaron los otros dos cuerpos. [Pregunto: ¿alguien recuerda leer, ver o escuchar esa noticia?
Tuvo lugar el funeral y allí se colocaron cuatro ferétros. Me pareció raro, sabiendo que sólo se habían recuperado dos cuerpos. Pero supongo que había un elemento simbólico en realizar el funeral a los cuatro fallecidos. Y pronto olvidé el tema. Hasta hace poco, que encontré la noticia «Defensa veló cuatro féretros tras la tragedia del SAR en 2014 en Canarias, pero dos estaban vacíos».
No sé con certeza si circuló la noticia falsa o errónea de que los dos últimos cuerpos fueron recuperados. No sé si alguien del Ministerio de Defensa les dio una información falsa errónea a los padres. A lo mejor alguien que me lee tiene más información que yo. O a lo mejor, simplemente esos padres en pleno dolor no estuvieron conectados al flujo de información de aquellos días.

7 comentarios sobre “De no abandonar jamás a un hombre en el campo hasta perecer todos

  1. Yo sí seguí el caso con bastante interés por haber sido miembro de ese Escuadrón y recuerdo aquellos días. Se sabía perfectamente que los cuerpos de dos de los tripulantes no habían podido ser recuperados. Se había publicado incluso en los medios (La Razón, 25/4/2014, dos días ANTES del funeral). No entiendo por qué ahora salen con esto. O quizás si.

    En las Fuerzas Armadas y concretamente en el Ejército del Aire, las investigaciones de accidentes son un poco «sui generis». Si te fijas, nada más ocurre el accidente dicen siempre aquello de «es demasiado pronto para extraer conclusiones». Una vez que el interés de la opinión pública decae, se limitan a realizar una investigación sin profundizar mucho (no vaya a ser que salga algo gordo) y un informe que no publican sino que lo entregan únicamente a los familiares y a las partes personadas en el juicio penal.

    Parece que la investigación no ha satisfecho a los familiares y como saben que la única manera de que se retomen las pesquisas es que la opinión pública vuelva a estar sobre el tema, sueltan esto que en principio es falso para enmierdar el tema. Como hay periódicos de la oposición que están dispuestos a publicarlo, ya tenemos el lío armao.

    1. Pues ahora que lo mencionas, el padre del sargento Ojeda salió hace poco en la prensa diciendo que su hijo se vio obligado a no revelar datos del primer accidente y que llegó a oir un estruendo, como si el rotor o el larguero de cola se hubieran partido. Un accidente fatal en Noruega obligó a paralizar los vuelos de los Super Puma.

      Como dijo MDII, todo el asunto es tristísimo.

      1. No le doy a eso ninguna credibilidad. Sinceramente. Aparte de que de ser cierto no deja en buen lugar la memoria del propio sargento, pues según su padre, habría permitido que los pilotos fueran culpados injustamente del accidente omitiendo lo del estruendo para no perjudicar su carrera.

        Por otro lado, lo ocurrido en Noruega fue a un modelo de la misma familia pero que no tiene que ver con los Superpuma de las Fuerzas Armadas Españolas, por eso la prohibición de vuelo ni les afectó ni les afecta. Al que sí le ha afectado, por cierto, ha sido al aparato que tiene Salvamento Marítimo en La Coruña, que lleva más de 300 días sin volar.

          1. Bueno, aquí se mezclan muchas cosas.

            En primer lugar, es cierto que en las FAS no se hacen siempre las cosas bien. Cualquiera que haya pertenecido a ellas lo sabe.

            Por otro lado, está el trato que las FAS dan a los accidentes. Investigaciones nada independientes, trato poco humano a los heridos y a los familiares de las víctimas… Se ha mejorado algo en este campo pero aún falta mucho para estar al nivel de otros países.

            Esto favorece (en mi opinión) que entre muchos familiares se desarrollen y cuajen teorías conspirativas que, por los casos que he conocido, no suelen corresponderse con la realidad. Las familias creen que existe algo que se les esconde, lo haya o no lo haya, y se matan con la razón tratando de investigar hasta el infinito. De esto también son víctimas, pues es algo que les impide pasar página y continuar con sus vidas.

            Para finalizar, y con respecto a lo del Superpuma, aclarar que simplificando, la familia superpuma incluye los L1, los L2 y los 225. El accidente de Noruega fue en un 225. La pieza que falló también se encuentra en los L2, por eso la prohibición de EASA afectó a los 225 y L2. Pero no afecta de ninguna manera a los L1, que son los que tiene el Ejército del Aire de España. Los recientemente adquiridos por haberlos rechazado Indonesia son también L1. Si Indonesia los rechazó fue más por cuestiones de opinión pública que por razones de seguridad real, pues como dije, el fallo del accidente de noruega no se puede dar en los L1.

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