Decía hace poco que me costaba entender las razones de los grupos islamistas palestinos para provocar el reciente conflicto en Gaza. Se repetían las noticias sobre el crecimiento económico. Por ejemplo, la inaguración de un hotel de 5 estrellas gestionado por una empresa española. Así que escalar las agresiones a Israel era totalmente estúpido. David Harris dijo en El País que «Hamás malinterpretó a Israel». Jordi Pérez Colomé apuntó a razones de la política interna de HAMAS: «La lucha por la dirección hace que los dirigentes locales quieran ser vistos como la vanguardia de la lucha contra Israel». Puso además como referencia un artículo de Hussein Ibish.
Hay en efecto una lógica interna. Se trata de un cálculo de costes y beneficios. Y claro, sólo esta semana caí en la cuenta. La Asamblea General de Naciones Unidas concede a los territorios palestinos la condición de Estado «observador». Se trataba de provocar una reacción armada de Israel para poner al país, en un segundo plano durante la Primavera Árabe, otra vez en las portadas de los periódicos y en la cabecera de los telediarios atacando Gaza. Los tiempos no podían ser mas oportunos. Pero, ¿qué hay de Israel? El propio Jordi Pérez Colomé cuenta:
La crítica que se le hace a Israel es que esta situación no es ninguna solución. Habrá pronto otra guerra. Es verdad. Pero Israel no parece hoy dispuesto a jugar a nada más que a alargar la inestabilidad y esperar que otra generación encuentre un momento mejor para solventar la cuestión para siempre.
Israel cree que conceder soberanía a palestinos es ceder la seguridad. ¿Qué pasaría si Cisjordania fuera como Gaza y lanzaran cohetes a Jerusalén y Tel Aviv, que están ahí mismo? Habría guerra.
Y me extraña. Porque mientras en el caso palestino a unos y otros no les cuesta encontrar una lógica interna al sinsentido de provocar una guerra, en el caso de Israel se le presenta como un actor desnortado e irracional. ¿En serio es tan complicado entender la política israelí? Marcelo Wio hacía en Revista de Medio Oriente un interesante análisis del discurso de la prensa española sobre el conflicto en Gaza. Encontraba que Israel aparecía siempre como sujeto activo y señalaba:
De esta manera, y en el caso que nos ocupa, Hamas y los grupos terroristas que operan desde Gaza adquieren un rol secundario, casi pasivo, con lo que el lector válidamente puede interpretar que es Israel quien controla el desarrollo de los eventos y, como tal, en quien reside la decisión de terminar o no los enfrentamientos.
Recordaba el otro día que HAMAS incumplía los tres requisitos del Cuarteto que fueron apoyados por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas en su Resolución 1858 de 2008. Hamás no reconoce el estado de Israel, no asume los acuerdos firmados por la Autoridad Palestina y no ha renunciado a la violencia como instrumento político, mantieniendo en sus estatutos como objetivo la destrucción de Israel. Sólo así se entiende entonces la postura de Israel. Le toca aguantar el chaparrón de cohetes de HAMAS y responder con la contundencia necesaria hasta que cesen los ataques. Y así hasta el siguiente ciclo de violencia. Claro está, en este conflicto el comportamiento de Israel resulta confuso para los periodistas que ven como víctimas pasiva a un grupo que gobierna de forma dictatorial la Franja de Gaza desde 2007 y cuyo estrategia son los ataques indiscriminados con cohetes contra núcleos de población. ¿Podría haber alternativas? ¿Podríamos imaginar una solución pacífica? Parece olvidarse que Israel se retiró de la Franja de Gaza en 2005. Y ya en el pasado se sentó a negociar con antiguos enemigos, firmó la paz, obtuvo el reconocimiento diplomático, entregó terroritorios y hubo paz. La paz con Egipto en 1979 es el ejemplo. Hasta hace poco era la frontera más pacífica de Israel. Por eso se destinó a ella como experiencia piloto el Batallón Caracal, la primera unidad de infantería del ejército israelí donde se admitieron mujeres. Hay vuelos que conectan El Cairo y Tel Aviv. Y los turistas israelíes aterrizaron en Sharm El Sheik. La devolución de la península del Sinaí, por cierto, se hizo teniendo como en 2005 que evacuar por la fuerza a los ciudadanos instalados allí más recalcitrantes, como descubrí por casualidad viendo un programa de TVE que presentaba un reportaje de la época. Es una prueba de la capacidad de Israel de llegar a compromisos, firmar tratados y cumplirlos. Algo que está por ver que el lado palestino llegue algún día a tener.
Hasta el coronel Von Rohaut te cita…………..
Vaya, no ha saltado el aviso de que enlazan esta entrada desde otro blog. Gracias por el aviso. De paso he descubierto un blog.
Vaya, he llegado a tu página a través del lío de laia y no pude menos que buscar tu opinión sobre el tema ya que este conflicto me pilló en Israel (desde donde te escribo ahora). Muy acertada: enhorabuena.