Era el año 1996, cuando tuve mi primer trabajo. Un día apareció un sindicalista de la CGT por nuestro centro de trabajo con el «Informe Petras» publicado por la revista Ajoblanco. «¡Por fin llegó!» dije al verlo y le pedí poder hojearlo. Compré un ejemplar para mí. Todavía lo guardo.
Petras hablaba de la precariedad laboral, de la que España siempre ha sido campeona en Europa, y de que mi generación no iba a vivir mejor que la de mi padre. Él había abandonado la Canarias rural (yo recuerdo de pequeño lavarme con agua calentada en un caldero con leña) para irse a vivir con trabajo para toda la vida en una casa que pagó en diez años en una zona urbana de las islas capitalinas.
Aquel sindicalista conocía a mi padre y un día que se vieron le comentó que le había llamado la atención que yo conociera la existencia del «Informe Petras». ¿Cuánta gente de mi generación leía la prensa y se interesaba por el mundo que le había tocado vivir? Ya en las clases de Ética de 3º de B.U.P. daba la nota porque era el único al tanto de los asuntos del momento de los que nos hablaba el profesor. (Recuerdo un editorial de Pedro J., que nos fotocopió el profesor, en la que hablaba de la falta de separación de poderes en España).
Yo no lo sabía pero anidaba un sociólogo en mí. Yo relacionaba la sociología con lo que hacía Amando de Miguel cuando salía en la televisión hablando de cosas como la tasa de divorcios y me pareció poco interesante. Yo nunca tiraba un periódico sin recortar las noticias y las guardaba en carpetas. Por aquel entonces, leía de todo un poco: Marvin Harris, Noam Chosmky, Alvin Toffler, Jeremy Rifkin, Vicente Verdú, Ignacio Ramonet, Le Monde Diplomatique, The Economist... Escribí un ensayito sobre cómo el mundo había cambiado pero a falta de criterio y lecturas hablaba de las cosas sin darle el nombre por el que hoy las conocemos: Neoliberalismo, disminución del Estado del Bienestar, McDonalización del mercado laboral, trivialización de los medios de comunicación hacia el infotainment, etc.
Cuando llegué a la universidad quedé deslumbrado por el mundo que se me abría. ¡Decenas de miles de libros en aquellas bibliotecas! Fui el primero de mi promoción en pedir el carnet de biblioteca y me dieron el carnet xxxx0001. ¿Por dónde andaban mis compañeros, nacidos en la década siguiente a la mía? Eran una mayoría apática y una minoría políticamente activa que jaleaba cualquier tiranía que ondeara la bandera del socialismo y el antiimpieralismo. Como aquel valle donde el tiempo se detuvo, paseaban los dinosaurios ideológicos.
Yo creía que como estudiantes universitarios éramos unos privilegiados. A la educación terciaria sólo llegaba una minoría de jóvenes canarios y si uno averiguaba la profesión de los padres de la mayoría de los estudiantes oía cosas como profesor de universidad, profesor de instituto, médico, pequeño empresario, etc. Aún así, oías los discursos sobre «el hijo del obrero» que daban risa.
Siendo estudiantes de Sociología, ¿no era imperativo que pusiéramos gran esfuerzo en tratar de entender la realidad para poder operar más efectivamente sobre ella, ahora que todo estaba cambiando? No sabría decir cuánto le debo a mis profesores. Pero al menos de ellos aprendí a poner las cosas en su marco correcto y concreto. Leí el primer volumen de la trilogía «La era de la información» de Manuel Castells y una edición argentina de «The Lexus and The Olive Tree» de Thomas L. Friedman. Concluí que la relación de poder entre capital y trabajo se había roto en favor del capital. Las viejas formas de organización sindical de las fábricas taylor-fordistas ya no eran útiles. Por eso celebré la irrupción del Movimiento Antiglobalización y su uso de las redes de comunicación.
Llegaron las movilizaciones contra la L.O.U. y la invasión de Iraq. Había como una electricidad en el ambiente que resultaba emocionante. Veía a la gente tan entusiasmada que enseguida me di cuenta que lo importante no eran las causas, era vivir la energía del momento y sentirse parte de algo. Oí más de una vez las comparaciones con las movilizaciones de los años 70 y 80. Los profesores nos hablaban de los buenos viejos tiempos y quedaba esa sensación de que teníamos el reto de emularlos.
Sé de al menos de dos compañeras que perdieron un curso por participar en asambleas y movilizaciones. Dudo que ninguna de las dos, ahora, hubiera repetido la experiencia. Las movilizaciones estudiantiles contra la L.O.U. y la invasión de Iraq alcanzaron su «momento de fuerza» porque detrás estaban los intereses de los profesores que veían su situación profesional afectada y el intento de usar el tema de la guerra de Iraq como ariete contra el Partido Popular. Los estudiantes sólo fueron peones de una partida que no entendieron.
Pasé por la carrera sin tener que leer un sólo libro de un autor de la Sociología clásica. Nunca nadie nos explicó en serio la Escuela de Frankfurt. Tampoco como redactar un artículo académico. Vi en mi último año de carrera a un par de chicas presentar un trabajo de 80 páginas con sólo dos libros de bibliografía en el que se habían limitado a copiar y pegar. Pero mirando atrás, mi mayor queja no son lo estándares académicos, sino cómo profesores funcionarios con plaza en propiedad desde sus púlpitos nos aleccionaban contra el capitalismo y la explotación. Trabajar por cuenta gente era prostituirnos. Hablar de montar una empresa era inimaginable. Supongo que esperaban que nos mantuviéramos sin mácula en un limbo fuera del mercado laboral.
Fui inculcado en mantener lejos de nosotros el nefando pecado de tratar de destacar. Tuve suerte de encontrar a un grupo de outsiders varios cursos por detrás del mío que decían «Chicago, Viena, Frankfurt… ¿Por qué no puede haber una Escuela de La Laguna?». Supongo que de haber coincidido en la misma promoción que ellos mi experiencia universitaria hubiera sido diferente.
Quería irme a Madrid. Y llegó a oídos de una profesora que me ofreció un puesto de becario porque tenía conocimientos de informática y acabé el primer ciclo con el mejor expediente. Compaginé trabajo y estudios en los tres últimos cuatrimestres de la carrera. Dormía poco, vivía estresado y me salieron las primeras canas. Pero me fui a Madrid a estudiar un máster en una universidad pública, un sacaperras a mayor gloria del profesorado. Yo, que estaba en la cumbre del sistema universitario, me aburría. Nadie me contaba nada nuevo.
Estuve en una empresa con cientos de trabajadores donde no había comité sindical. Hablabas de sindicatos y la gente se reía. Pero en el pasillo del baño me cruzaba con gente que lloraba. «No me pueden tratar así». Pero lo hacían y lo aceptaban porque tenía una hipoteca que pagar. ¡Ah, las hipotecas! Conocí a alguien que tras años pagándola se molestó en leer lo que había firmado y descubrió que le habían engañado.
A finales de 2006, leí en alguna parte que había disminuido la matriculación de coches en Alicante. Si en una provincia con playa, donde se vive del ladrillo y el turismo, la gente estaba comprando menos coches sólo podía significar que empezaba la cuesta abajo. «¡Dónde se ha visto que el precio de las viviendas baje!» me dijo un prejubilado de uno de los grandes bancos españoles.
Universidades basura que emiten títulos basura, trabajos basura con sueldos basura… Nadie se quejó. Pero llegaron los «zulitos» y las hipotecas a 50 años. ¡Y eso sí que no! El no poder acceder a la casa en propiedad (Franco sí que conocía a los españoles) provocó las primeras movilizaciones allá en mayo de 2006 por una «vivienda digna». En español simple, «hipotecas asequibles».
Cinco años después tenemos a gente en la calle convocada con el lema «Democracia real, ya». ¡Qué reconfortante es sentirse parte de una multitud! ¡Cómo emociona ver aflorar un orden espontáneo en las acampadas en espacio público que nos hace pensar en la inherente naturaleza bonbadosa del ser humano! ¡Qué entusiasmo ver que la prensa extranjera saca en portada la #SpanishRevolution!
El sistema del funcionamiento político español fue sólo una excusa. No ha pasado ni una semana para que saliera a flote la naturaleza de izquierda de la agenda política de los movilizados que han pedido entre otras cosas el «reparto del trabajo», «energía gratis» y la «eliminación de la industria de defensa». Se trata del infantilismo político de siempre que, incapaz de volcar el descontento y el malestar contra el gobierno del PSOE, ha decidido proyectarlo en algo difuso. Hasta gurús españoles de lo digital, como Enrique Dans, Ricardo Galli y Juan Freire, ya han salido a decir «no es eso, no es eso» ante prisa por convertir una protesta focalizada en el funcionamiento del sistema político en una iniciativa para redactar programas políticos perrofláuticos (véase lo aprobado por la asamblea de la Puerta de Sol el 20 de mayo de 2001 aquí). ¿Apostamos algo a que las movilizaciones del 15-M han tenido un efecto cero en las elecciones de hoy día 22?
Saludos, hace unos años descubrí este blog a través de guerraeterna, y desde entonces he seguido cada actualización, aunque es la primera vez que escribo. Siempre he estado de acuerdo con tus opiniones, porque me parece que eres un gran sociólogo, capaz de adelantarse a los acontecimientos (basta ver la apuesta que haces en la actualización de hoy, muy acertada). Pero en esta última actualización precisamente, he notado cierto «revanchismo» hacia la izquierda (basta ver el título), que no digo que no sea merecido con respecto a tu historia personal. Simplemente no veo justo menospreciar un movimiento ciudadano como este por algunas propuestas perroflautas, precisamente porque es un movimiento de diferentes grupos sociales, por motivos muy graves (corrupción generalizada del sistema político y unas desigualdades sociales cada vez más pronunciadas) y que en realidad debería haberse producido hace mucho. Y te aseguro que yo no soy precisamente reivindicativo por tonterías, al igual que lo que comentas hoy, yo era el «bicho raro» que no hacía sentadas en la puerta del instituto por cualquier gilipollez.
El problema es que es muy fácil mirar por encima del hombro todo esto y decir que no funcionará. Realmente yo creo que no funcionará, porque veo que lo que acabará ocurriendo sea que un sindicato o un partido de izquierdas (o en su defecto el PSOE XD), acabe capitalizando este movimiento y apropiándose de él, y será cuando mucha gente se decepcionen, lo dejen, etc, para acabar igual que siempre (lo comenté con un amigo el primer día que fui a una de estas asambleas). Ese es mi drama. Pero seguiré acudiendo a estas asambleas y, con mi pequeña aportación (y el de más gente que hay como yo), tratar de evitar que eso ocurra. Sé que es utópico y muy posiblemente no lo consigamos, pero cual es la alternativa ¿quedarse en casa?. Solo te pido que no nos menosprecies metiéndonos a todos en ese saco.
Espero seguir leyéndote mucho tiempo, un saludo.
Como tu, he vivido esos momentos y situaciones en la última década que, a día de hoy, me han hecho inmune al entusiasmo. Nuestro prejuicio,-me tomo la licencia de hablar en plural-, estético y discursivo con respecto a una parte de este fenómeno social,los perroflautas (término que, por cierto, cada vez me parece más propio de una portada del Das Reich que de otra cosa), por muchas razones que tengamos, no es sino algo de paternalismo, y quizás, una pizca de cinismo. Tu punto de vista me plantea ciertas dudas; partiendo de la base de que cabía esperarse una reacción así por parte de la gente más tarde o más temprano, ¿quién pensabas que iba a ser la punta de lanza? ¿los sindicatos?; ¿la asociación de carteros cabreados? En fin, puede que el discurso se impregne de buenrollito y pamplinas, pero lo que subyace, es una reacción común a la miseria. Miseria en la que puede verse cualquiera, ya tengas un Iphone y un Bmw, o un huerto y cuatro perros. Vivimos en una sociedad enferma y creemos conocer el diagnóstico, ¿buscamos algún tratamiento, o empezamos con la autopsia?
Es el eterno retorno. Un enorme déjà vu.
–«Tío, ¿no te apuntas?»-Me dice alguien.
–«No, la idea es interesante. ¿Pero te has fijado los que están? ¡Los de siempre! Y yo con esos no quiero saber nada»–
–«Ya, ya… Sí, a mí también me dan mala espina que quieran meter la cuchara con la independencia y que si el imperialismo… La verdad es que me jode que a un rollo tan guapo se hayan apuntado esos. Pero algo hay que hacer–
–Sí, sí. Claro que hay que hacer algo. Pero no así. A lo loco y diciendo chorradas. ¿Pero tú has leído el manifiesto que colgaron en la facultad? Si para empezar tenía faltas de ortografía. Apuesto algo a que si hablas con cada uno por separado no tienen ni puta idea de nada..-
–Jooooder, tío. ¡Claro! Pero tú siempre esperas que la gente lea lo mismo que tú y vaya por la vida informado como tú.–
–¡Pues claro! ¿Cómo pretenden cambiar la realidad…? ¡Si no la entienden! Que empiecen por los tres tochos de Castells y hablamos–
–¡Ja! ¡Ja! No pides tú poco. Bueno, tío. Que me voy a la manifa. Ya te cuento.
–Eso, tú cuéntame. Que me echaré unas risas. Y yo me voy que tengo que pasar por la biblioteca a devolver unos libros.
Cuando era niño pensaba que alcanzar madurez en la vida era algo así como adquirir nuevos poderes en un videojuego. Saltaría más, dispararía con armas más poderosas y tendría una armadura más resistente. Pero no resulto ser así. La madurez es algo que adquieres porque la vida consiste en repetir las mismas fases de juego una y otra vez hasta que sabes ya por dónde salen los malos y cuándo te tienes que agachar para evitar las bolas de fuego.
¿Cuántas veces habré visto lo de la acampada buenrollista donde aflora el espíritu autogestionario? ¿Y cuántas veces habré discutido que las buenas intenciones no es una excusa para el infantilismo político?
Yo en la Universidad tenía discusiones cuando me decían que no desperdiciara energías luchando contra los paleomarxistas porque eran de «nuestro bando». Y su argumento era que aunque equivocados en muchas cosas debía valorar sus «buenas intenciones. Y yo me cago en la «buenas intenciones».
Me da igual que la alegre muchachada de la Puerta del Sol esté en contra de la Ley Sinde, la Ley d’Hont y la corrupción política. Me da igual lo ilusionador que es ver a tanta gente dialogando de forma tan seria y constructiva. Me da igual los buenos sentimientos que hayan aflorado. Me da igual lo ingeniosas que sean las pancartas con frases irónicas. Porque una cosa nos resulte simpática o conmovedora no significa necesariamente que sea buena… o útil.
Si estuviéramos en fechas previas a las elecciones autonómicas y locales diría «vamos a ver». Pero resulta que escribo esto ya en la madrugada del lunes. Ahí tenéis la #Spanish Revolution: Una marea de votos al Partido Popular. ¿Algún signo de otro tipo? Los votos en blanco han pasado del 1,18% al 1,7%. Los votos nulos han pasado del 1,94% al 2,54%. Eso es todo. Ahora ya pueden volver a sus casas.
Estaba en mi último año de instituto cuando, al llegar tarde -para variar-, me entero de los últimos que van a ir el jefe de estudios y el director clase por clase para preguntar cuantos querían participar en la manifestación contra la guerra de Iraq. Después de cuatro o cinco clases ya directamente preguntaban quien no iba a ir, por que al parecer absolutamente todo el mundo estaba en contra de la guerra de Iraq… y de terminar el temario antes de Selectividad, que obviamente preocupaba menos a la gente.
Llegan a mi clase, la tutora sonrie mientras pregunta en tono irónico si alguien no va a protestar contra la guerra, y se levanta solitaria mi mano… silencio sepulcral y miradas clavadas en mi cara.
Director: «¿Y por qué no quieres ir tú?»
Servidor: «Porque estoy a favor de que se carguen a Saddam, a su régimen y porque de 35 alumnos aquí dudo que más de 5 sepan lo que dice la Resolución de la ONU o tengan la más mínima idea de que tras la guerra del 91 no se firmó la paz sino unas condiciones que al expulsarse a los inspectores no se han respetado».
Director: «Muy bien, pues tú y yo nos vamos a tomar unas cañas y ya si eso que estos protesten lo que quieran».
(La cuñada del director era una iraquí que huyó del país en 1997)
¿A qué viene este rollo? Pues que a una fiesta se anima cualquiera, a saltarse clases se anima cualquiera, a montar un «pasacalles», un huerto ecológico o pedir la paz en el mundo se anima cualquiera…. a currar, a dejarse el pellejo levantando un país o creando riqueza… a eso nadie. Es como el chiste del cantante que grita ¡Salvemos el Amazonas! en un concierto y alguien le pregunta ¿Cómo?… pues eso, hacer pancartas con eslóganes pegadizos es más fácil que establecer medidas de ahorro fiscal o proporcionar las condiciones adecuadas para que la empresa privada demande puestos de trabajo.
Y como bien dice Jesús, el PP arrasando en toda España, que si llega a haber elecciones en Andalucía se la queda también.
PD: Las protestas de Sol y «los indignados» vienen de Democracia Real Ya, que viene del #15M, que viene del #Nolesvotes, que viene de (creo recordar) una campaña contra la Ley Sinde promovida por las webs de descargas… curioso.
Javi.
Llámalo «revanchismo» o indignación intelectual. Desde que las políticas económicas y sociaales las marcan los «mercados internacionales», las agencias calificadoras de deuda, el Banco Central Europeo, los titulares del Financial Times y las llamadas al orden de Merkel la socialdemocracia en España renunció a las políticas de izquierda para refugiarse en asuntos con fuerte carga simbólica (Memoria Histórica, Alianza de Civilizaciones…) en un mero ejercicio de «branding» político.
Nos queda la izquierda a la izquierda de lo que fue el PSOE. Y ahí ya nos podemos echar unas risas. ¿Tú crees que se puede tener un debate sensato, cifras e informes para discutir el modelo energético, con ecologistas que abrazan árboles y agarran piedras para absorber su energía? (¡Un físico! ¿Hay un físico en sala?). «Antimilitaristas» que jalean las maniobras de las fuerzas armadas cubanas y logros de la industria de defensa rusa como los misiles balísticos Topol-M. (¿Cuándo el régimen oligárquico ruso representa la esperanza de los pueblos de la tierra?) Feministas que te cuentan que «todo coito es un acto de violencia contra el cuerpo de la mujer» y que la ciencia es un constructo masculino para la dominación de género (siempre me quedé tentado de invitarles a cuestionar la Ley de Gravedad desde un décimo piso). Y un largo etcétera de chorradas tan tristes como reales.
Sé que son casos extremos. Pero todo se resume en una cuestión: Señaladme partidos, colectivos y referentes intelectuales de izquierda que tengan un ideario sensato y coherente. Sufrimos un naufragio colectivo de la izquierda transformadora que hasta 1989 jaleaba tiranías y ahora anda ccon rumbo perdido.
Es cierto que hay mucha cosa descontenta con el estado de las cosas y querrían un mundo mejor. Pero no tienen ni puta idea de lo que hablan porque jamás han leído, escuchado o visto nada que cuestione sus prejuicios. En la carrera de Sociología tuve que cursar como todo el mundo Créditos de Libre Elección. Yo escogí asignaturas de las carreras de Historia y Economía. ¿Qué escogieron los demás a mi alrededor? «Bailes Africanos». (Creo que alguno además de bailar tocó el tambor). Recuerdo que la gente jaleaba a ciertos profesores a los que alababan diciendo que eran «súper críticos». En realidad querían decir que eran profesores que reforzaban sus propios prejuicios.
A mí es que mda entre risa y miedo estos «soviets» que piden precios populares para los billetes de RENFE y un 100% de energías renovables. Luego sabemos lo que pasa cuando se toman decisiones «políticas» sin criterios técnicos ni económicos.
A.:
¿Quién debería haber actuado de «vanguardia» en este caso, en vez de asambleas de gente a la que nadie ha elegido? Yo para empezar discutiría el concepto mismo de vanguardia. ¿Un grupo altamente concienciado e intelectualmente solvente que sirva de ejemplo ético, plantee alternativas y «pastoree» a las masas? ¿Para qué? ¡Las masas están a gusto aborregadas!
Hace un poco hablé con un profesor universitario que da clase en una Facultad de Filosofía. Se quejaba sobre la televisión pública y cómo debería asumir un papel educador. Le interrumpí para preguntarlo cuántos libros obligaba a leer a sus alumnos por cuatrimestre. Me contestó que ninguno. Añadí que podía imaginar perfectamente la reacción de ellos si se le ocurriera un día obligarles a leer un libro por mes. «¡Un libro por mes! ¡Está loco! Joooo… ¡Con todo lo que tenemos que hacer».
Yo creo que habría que ir recuperando para la izquierda el concepto de responsabilidad personal y dejar de insistir en ir por ahí salvando a la gente que no quiere que la salven. Porque lo que terminas teniendo es a gente pidiendo que prohiban programas de TV o hábitos nocivos para salud.
La gente ya ha elegido: Al Partido Popular en los ayuntamientos y a Belén Esteban en la televisión. Dejemos que sean felices con lo que se merecen.
Loopster:
En este caso no se trata de una cuestión festiva de «vamos a saltarnos unas clases». Hay un elemento emocional fuertísimo que conocerás si has participado en algo parecido, como un campamento de verano.
Te puedes imaginar cómo está el patio en cuanto a carencias intelectuales y vitales cuando lees a que la gente se emociona viendo las asambleas donde se debate de todo y todos participan. ¿Es que esa gente no había canalizado sus inquietudes antes? Coño, ¿nadie tiene un blog o participa en foros? Ya. Ahora entiendo. Se han pasado los últimos años dándole al «Me gusta».
A mi sencillamente todos esos me parecen unos ignorantes. Me estoy leyendo otra vez «La Enfermedad Infantil Del Izquierdismo En El Comunismo», de Lenin. Que aunque yo sea anticomunista, no puedo sino reconocer una gran agudeza intelectual, coherencia y realismo en sus escritos, y porque los de Sol no dejan de ser eso, unos infantiloides. Lo de DRY es una mamarrachada, y para colmo, con la victoria del PP, ha quedado claro que su única función es la de canalizar descontento, y que no son más que una minoría.
Hombre, es que hay que diferenciar entre tener razón, y tener razones. Efectivamente, 5 millones de parados son una minoría. Tal y como son el millón de familias que no pueden pagar sus casas. Pero no por ser una minoría dejan (dejamos) de tener razones. Que el PP vuelva a ganar las elecciones no debería pillar a nadie por sorpresa, por mucho que El Mundo haya pasado (buscando clicks, nada de partidismo) en apenas una semana por todas las líneas editoriales posibles, o que te creas que Sol es el Palacio de Invierno.
Considero, por otro lado, un error despreciar un fenómeno como este por el hecho de los asentamientos perroflaúticos. Que en las asambleas se digan pamplinas, no es sino el reflejo de la educación y nivel crítico, pero también del entusiamso y del fenómeno «cadalococonsutema». Pero esto es un germen, una oportunidad y un comienzo. Podemos quedarnos en el paternalismo y el te lo dije. Y yo tampoco creo que nadie tenga que salvar a nadie (ya no nos salva ni dios).
Una cosa más, Región de Murcia: Psoe 155.157 votos, 11 diputados. IU 50.913 votos, 1 diputado.
Los del 0,7 (¿recordáis aquellas concentraciones?) consiguieron una movilización y atención política muy superior. Y se esfumó como el humo.
Hombre, no se esfumó, se «desamortizó» la culpabilidad ciudadana a través de ONGs y gaitas que brotaron como setas en los años posteriores. Además, el impacto de este tipo de fenómenos es brutal a largo plazo, pero algo jodido de observar y cuantificar. Véase el Movimiento Insumiso, las manifestaciones contra ETA, o todo lo que pasó tras el 11-M.
Todo el mundo habla de canalizar últimamente, como si te pudieras quitar un ruinazo de encima con contención tántrica. Es que estamos hablando de ruinazo, de millones de parados, de leyes absurdas que nos comemos con patatas, postre, copa y puro;y también de muchas personas que no pueden votar su opción natural sin echar el pato, aproximadamente 2 millones de personas, más o menos, vistos los resultados electorales. Veremos como se «canaliza» todo esto.
Saludos a todos, y disfrutemos de la «semana fantástica» del análisis político.
Se desarmotizó es una manera esquiva de decir que se esfumó y que no valió para nada. La ayuda oficial todavía no llega hoy al 0,7. No es que ese objetivo sea malo, o que no pueda lograrse, lo países nórdicos destinan más del 0,7, pero dicho movimiento no logró nada de nada. Se logrará el objetivo por otra vías, pero no por unas acampaditas banales.
Las manifestaciones están bien, pero sólo son la punta del iceberg de todo movimiento político. Que la gente empezara a salir a manifestarse contra ETA, fue tras muchos años de concienciar a la opinión pública promovida por partidos políticos y medios de comunicación. Pero las manifestaciones contra ETA no logran ni lograrán jamas el fin de ese movimiento. No lo logró lo de Miguel Angel Blanco, no lo logrará ninguna manifestación. El conflicto vasco tiene profundas raíces históricas y sociales que ninguna manifestación elimina.
Pretender que las manifestaciones solucionan problemas políticos es de una candidez política, infantilismo y falta de rigor, digna de eso, de un simpatizante de ese movimiento estúpido.
Lobo:
Estás cometiendo un grave error que me sorprende leerte, y es creer que nadie más ha pasado ni sufrido cosas parecidas a las que te han ocurrido a tí. Estás generalizando y metiendo en un mismo saco a toda la gente que está participando en estas manifestaciones, precisamente por prejuicios que te has creado respecto a las protestas chorras de perroflauta (cosa que comprendo, créeme) pero suponiendo que TODO en este movimiento es así.
No todos piden que les den una casa gratis, ni que el mundo sea de color de rosa (que también los hay). Pero muchos de los que he conocido en la concentración de mi ciudad, gente de mi edad o más adulta (y ya paso los 30) piden cosas en las que tienen toda la razón, como que se impida la impunidad y la corrupción generalizada de todos los partidos políticos, la partitocracia actual o la absoluta falta de coincidencia entre los problemas que preocupan a los ciudadanos y aquellos de los que se preocupan los políticos.
Y estoy totalmente de acuerdo en que el camino no es el apropiado, en que las soluciones que se aportan en esas asambleas tienen multitud de fallos y pegas, y aunque se dé con una solución maravillosa a todos los problemas, no podrá llevarse a la práctica. Pero al menos se intenta hacer algo, y eso es lo importante y de lo que deberíamos darnos cuenta, ya ha empezado una voluntad de cambiar las cosas que hasta ahora no existía. Y repito, y siento decirte (y confío que no lo tomes a mal) pero yo he notado que no has tenido en cuenta, al dejarte llevar por tu mala experiencia con los reivindicadores.
Estoy de acuerdo con eso último que decía Madisonrepublicano. Añado además que también considero infantil, cándido y falto de rigor pensar que un fenómeno como el del 15M se basa simplemente en esos campamentos y manifestaciones.
Con todo y con eso, yo no he dicho que sean la panacea. Digo que son eso, manifestaciones. Expresión popular y populista de sentimientos comunes en un espacio y momento concreto. De esas manifestaciones y ese espíritu común de «campamento de verano» del que hablaba Lobo, también salen cosas concretas -concretamente en Bornholmer Strasse tiene un ejemplo- por la sencilla razón del cálculo político. Pero donde reside su verdadera fuerza, es en que grosso modo legitiman una dirección, un enfoque, o una línea de actuación posterior que los políticos no dudan en aprovechar. Y de todo esto se sacará tajada, se hará una ley, o cuarenta, o dejaremos de ver series online para siempre. Pero no se esfumará como si nada.
Por último, «manifestar» mi descontento con su pretendido tono paternalista y ad hominem del que, pese a todo lo dicho anteriormente, me doy por aludido. Su admirado Lenin lo llamaba odio de clases. Y en eso estamos.
Lo que quería citar de tu mensaje era esto (no puse el código correctamente, lo siento):
«Es cierto que hay mucha cosa descontenta con el estado de las cosas y querrían un mundo mejor. Pero no tienen ni puta idea de lo que hablan porque jamás han leído, escuchado o visto nada que cuestione sus prejuicios. En la carrera de Sociología tuve que cursar como todo el mundo Créditos de Libre Elección. Yo escogí asignaturas de las carreras de Historia y Economía. ¿Qué escogieron los demás a mi alrededor? “Bailes Africanos”. (Creo que alguno además de bailar tocó el tambor). Recuerdo que la gente jaleaba a ciertos profesores a los que alababan diciendo que eran “súper críticos”. En realidad querían decir que eran profesores que reforzaban sus propios prejuicios. «
Madison:
Menudo pureta que estoy hecho. No sólo recuerdo el movimiento de «0´7% YA». Es que yo participé. Coño. Como que estuve en la campaña «50 Años Bastan»
El movimiento «0´7% YA» llevó a que el gobierno se comprometiera a cumplirlo aumentando progresivamente los Fondos de Ayuda al Desarrollo. Los aumentos se hicieron pero nunca llegaron al 0´7% porque se hizo «trampilla» metiendo las aportaciones a organismos internacionales que tenían poco que ver con la cooperación al desarrollo.
El boom de las ONGs ocurrió tras la guerra civil de Ruanda y la campaña de recogida de fondos para los campamentos de refugiados. A mí me tocó salir en una tele local y un programa local de la Cadena SER. Qué tiempos.
Javi
No cuento batallitas porque piense «oh, pobrecito de mí». He usado mi propia trayectoria para contar que «todo esto» viene de viejo.
«El sistema del funcionamiento político español fue sólo una excusa.»
¿Por qué todo el mundo intenta clasificar esto como un monolito?
¿Qué pasa con los miles que se manifestaron el 15 única y exclusivamente por el funcionamiento político español, de los cuales un buen montón tienen conocimientos de sobra para entender por qué se manifiestan? Miles que creían estar solos, y que gracias a esta manifestación descubrieron que no.
Que sí, que hay muchas cosas vergonzosas en todo este circo. Pero me parece increíble cómo se olvida que es la primera vez que se cuestiona masivamente el sistema político de la Transición. Como si eso pasara todos los días.
El martes pasé, al fin, por el Circo de Sol. Aquello era un parque temático perroflauta con su «Entrada» y «Salida». Sólo faltó que cobraran entrada. Había más gente curioseando y de botellón no alcohólico que acampado. Perroflautismo, conspiranoia y magufadas. Realmente edificante.
Dejé mi último comentario sin ver que en la cola pendiente de aprobación habían dos comentarios pendientes de moderación (los comentarios largos son puestos en cuarentena por el filtro de SPAM).
Creo que todo esto del 15-M se merece una entrada larga y sesuda sobre la izquierda y su naufragio.
Lobo, creo de veras que equivocas el enfoque. La izquierda no ha naufragado. Si lo han hecho los partidos y la representatividad en general, las instituciones supranacionales, y el capitalismo del «too big to fail». La izquierda ha quedado reducida a nivel institucional en concesiones puntuales en forma de leyes más o menos populistas; pero en cambio, a nivel discurso no hace sino crecer.
Todo esto no es más que un paso hacia una gran toma de conciencia, conciencia de clase de millones de personas que se consideraban clase media por tener ciertos privilegios, pero que al verlos limitados, toman conciencia de lo que son, clase trabajadora y carne de cañón. En piquetes y manifestaciones siempre me llama la atención la ruidosa y organizada presencia de un gremio concreto, las limpiadoras. Asumo que vivir de limpiar la mierda de los demás tiene que dejarte cristalinas las ideas de lo que eres y de lo que no. Y se que hablarás de una cierta nostalgia entre los sectores más militantes y tal, pero eso es así por la falta de sentido crítico, y por lo tanto de conciencia.
Vuelvo a la RDA, a la toma de conciencia de sus ciudadanos y las ansias de huir de un estado idiota y absurdo. ¿Habrías dicho entonces que aquello no era sino el naufragio de los liberales o democristianos del este, incapaces de cambiar el sistema desde el Palacio de la República? (obvia demagogia pura sin cortar)
Lo que yo entiendo por izquierda no se agota cuando cae el Muro, quizás caiga el relato (ya metarrelato), pero el espíritu crítico, la lucha por la igualdad, y toda la vaina, desde entonces, no hacen sino actualizarse en cada momento histórico concreto.
El capitalismo en cambio, el de los rescates, las empresas «estratégicas», el de los consejos de administración llenos de carnets, hipotecado de sí mismo y obsesionado con una huida hacia adelante imposible debido a la finitud de los recursos, es el que naufraga. Y el Circo de Sol no es sino una de las caras de ese naufragio, con Paz Vega de testigo.
Saludos.
Creo que hay tema como para o montar un blog aparte o empezar a hablar de política en el blog, cosa que es divertido pero distrae bastante.
¿Que la izquierda no ha naufragado? Virgen santa. Pues con un par de victorias más como la caída del Muro de Berlín y la incapacidad de dar respuesta a la actual crisis nos vamos a echar unas risas con la próxima victoria. La izquierda vive estancada en una crisis ideológica profunda desde 1989. Frente a la derecha rampante (neoliberalismo, neoconservadurismo…) no hay -ismos de izquierda que presenten alternativas viables.
Tenemos el anarquismo convertido en un reducto de entrañables teóricos minoritarios además de los defensores del parasitarismo a la par que enemigos del jabón. La socialdemocracia recibió la puntilla en esta útltima crisis. No hay forma de hacer políticas de izquierda cuando las agencias calificadoras de deuda y las portadas del Financial Times te crujen. Y quedan luego lo que podríamos llamar «socialdemócratas radicales» que hablan de nacionalizar esto, subir los impuestos, intervenir en lo otro… Son los de Izquierda Hundida y el buen rollo de las aambleas de estos días.
¿El discurso de la izquierda no para de crecer? ¿En qué? ¿Dónde? ¿No estaremos confundiendo la realidad alternativa de menéame.net que hace creer que todo el mundo en Internet es defensor del laicismo, la ciencia y el software libre? ¿Y no estaremos sobre dimensionando el movimiento 15-M por la atención del grupo PRISA y Mediapro? Guillermo López lo explica magistralmente y con mala leche aquí. Ahí está el 22-M para comprobar el impacto en el mundo real de los acampados.
He ido al link último de tu último post y si estas de acuerdo con «ese» realmente esta vez no te has enterado de nada. No busques la información en El Pais y Cuatro, navega por internet, tú que presumes de estar todo el día pegado.
Tu querido Manuel: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=129329
¡Salud y Libertad!
También está este artículo, del mismo blog, que se ajusta más a la realidad:
http://www.lapaginadefinitiva.com/weblogs/articulosglopez/archives/305
No sé como será en sol, yo solo puedo hablar por lo que he visto en mi ciudad: la gente que va a las concentraciones y las asambleas, y debate sobre medidas a tomar, o cambios para que los ciudadanos puedan participar en política, en su gran mayoría no es perroflautismo (que lo hay), sino gente que trabaja, que está al paro, que está hipotecada, gente normal y corriente que está harta de la corrupción de TODOS los partidos. La verdad que no entiendo este desprecio que tienes a la gente que por fín se ha animado a protestar.
Creo que no has entendido en absoluto a Guillermo López.
Y yo creo que no has entendido en absoluto Democracia Real Ya: http://www.democraciareal.es
Creo que me equivoqué de link antes. El comentario no sale y no lo puedo comprobar (supongo que porque tiene un link)
por si acaso quería decir http://www.democaraciarealya.es los de sin el ya son otros.
No me puedo creer que semejante sarta de propuestas chorras como las que están sacando los del 15m, sean consecuencia del debate de gente «que trabaja». ¿Un salario mínimo y máximo de 1.200 ¤? Vamossssssssssss
A las buenas tardes,
al margen del resto de comentarios que ya iré haciendo, empiezo por una pregunta al aire: ¿quién ha pagado y sigue pagando las furgonetas con parabólicas que hay apostadas en medio del festival? ¿quien ha pagado y sigue pagando los gigavatios que consumen los servidores que tienen para comunicarse con el resto del mundo? ¿quién ha suministrado toda esa logística? ¿a quién beneficia? Como única respuesta me acuerdo del watergate «sigue el dinero».
¡A la CIA! JAJAJA
miiAquí hay que diferenciar varias cosas.
1) El movimiento Democracia Real YA (DRY), que convoca las manifestaciones del 15-M en toda España y que presentaba un programa de mínimos apartidista referente al funcionamiento del sistema político español.
2) El movimiento 15-M que nace cuando asistentes a la manifestación convocada por DRY deciden acampar en la Puerta de Sol y tras ser desalojados por la policía obtienen atención y apoyo.
Cinco días después del 15-M la «asamblea» publica un manifiesto donde se ha dejado atrás el programa de mínimos apartidista y se elabora lo que es un programa político que podríamos definir como «socialdemócrata radical». Los impulsores de DRY piden volver al programa mínimo y empiezan las disensiones en el movimiento 15-M.
3) El «Circo de Sol». La acampada de Puerta de Sol se llena de hippies, perroflautas, okupas, magufos… Aparecen las pancartas pidiendo la «verdad sobre el 11-S», se instala una señora que pide ayuda porque le han implantado un chip en la cabeza para controlarle los pensamientos por satelite, se hace una bendición de los alimentos con biodanza… Aparecen los grupos y talleres de espiritualidad, meditación y medicinas «alternativas» con el debate si tienen lugar en la acampada y si eso desvirtúa el propósito original.
Lo que está claro es que a los impulsores de DRY se les fue el invento de la mano.
Dani:
Hace poco leí a alguien que decía «parece mentira que los políticos en años no lo hayan conseguido y nosotros en una asamblea se nos haya ocurrido un montón de ideas para salir de la crisis. Ese es el nivel.
Atlantys:
Aquí ha habido un interés de PRISA y MEDIAPRO de dar eco mediático al movimiento 15-M en un intento de conducir a toda ese gente de izquierda «indignada» al voto útil frente a la ola del PP que se avecinaba el 22-M. Porque está claro que lo que pretendía ser un movimiento apartidista se transformó enseguida en una plataforma de la izquierda que no se siente representada por el PSOE ni encuentra una alternativa en IU. Esa es la clave de todo: Una minoría de izquierda que no encuentra en los partidos una canalización de sus inquietudes y sale a la calle.
Apreciado lobo:
Te sigo desde hace algún tiemp y te felicito por el blog. Es la primera vez que escribo.
Una humilde aportación a tus deliberaciones entorno al movimiento 15M y sus comparaciones con el «No a la Guerra». Creo que ambos son movimientos que se caracterizan por el uso de las nuevas tecnologías de la información, que permiten crear un sistema de organización de celulas que es su mayor virtud y defecto a la vez. No se si es eso a lo que te refires cuando te refieres al swarming, o como se llame.
No estoy deacuerdo en que el «No a la Guerra» fuera solo un movimiento orquestado por el PSOE. Sin duda el PSOE intentó (y logró) aprovecharse del fenómeno, y participo en su cocina desde sus organizaciones afines, pero se trató de algo mucho más vasto, a nivel mundial, no solo de algo local en España organizado por los partidos de izquierda.
Respecto a la comparación del «No a la Guerra» con el 15 M, creo que hay una gran diferencia: un objetivo claro. Humildemente, considero que se debería reflexionar sobre ello respecto a los fenómenos de swarming (y que conste que no soy sociólogo, solo un pobre licenciado en historia). «NO a la Guerra», como el «caracazo» que salvó a Chavez del golpe de estado, o los dias posteriores al 11 M, tenian objetivos claros: Que se vayan las tropas de Iraq. Punto. Eso permite una movilización masiva sin grandes liderazgos.
Por el contrario, el 15 M se pierde en un montón de propuestas, en mi opinión desde generalizaciones como «el derecho a ser feliz» hasta incongruencias como la oposición a la ley sinde, algo que suscribo pero que no estoy seguro que debiera ponerse en un manifiesto cuyo objetivo es cambiar el mundo, nada menos.
Otros datos, más inquietantes: animo a buscar en el manifiesto «democracia real ya» la palabra libertad. Yo no la he encontrado, y me parece que es un concepto a tener en cuenta cuando se piensa en forjar un mañana mejor.
En definitiva, coincido bastante contigo en que el movimiento se deshará por si solo. Son solo unos pocos okupas, eso sí, muy mediaticos. No coincido tanto con la comparación con el «No a la Guerra», por los argumentos que ya he expuesto. Creo que era un fenómeno diferente. Y respectoa los anquilosados partidos de izquierda y sindicatos, una reflexión: todo movimento masivo de los últimos años solo ha triunfado cuando ha contado con la participación de estos. Quizá el cadaver no esté tan muerto.
Un abrazo
Víctor
Las menciones sobre las movilizaciones contra la invasión de Iraq son lo suficientemente tangenciales en este asunto como para haberme permitido matizaciones.
Evidentemente una cosa fue cómo se vivió en la calle y otra cómo se vivió en los pasillos y catacumbas del PSOE. El hecho es que el sentimiento de deuda del PSOE hacia los artistas que pusieron cara pública a todo aquello llevó a los privilegios a la SGAE, canon, Ley Sinde, etc.
Para el catálogo: http://izquierdahispanica.org/2011/democraciarealya/
Pues a Izquierda Hispánica los conocía y había leído sus aportes sobre el 15-M. Exóticos.