Esta mañana he tenido la oportunidad de intervenir en el programa «En días como hoy» presentado por Juan Ramón Lucas en Radio 1 de Radio Nacional de España para hablar de las empresas militares privadas. Ha sido mi primera intervención en directo en un medio de comunicación de ámbito nacional y los nervios me han durado toda la mañana, horas después incluso del programa.
En primer lugar tengo que agredecer a David de Ugarte e Ícaro Moyano por ser los nodos que han enlazado la redacción conmigo. El programa puede escucharse aquí.
Las empresas militares privadas (PMC) son noticia porque el ministro de interior iraquí ha anunciado que le retira la autorización para operar en el país a la empresa Blackwater. Al parecer el el pasado domingo hubo un tiroteo donde murieron ocho iraquíes y once resultaron heridos. Además ha anunciado que los implicados en el tiroteo serán juzgados en Iraq bajo las leyes iraquíes.
Blackwater no es la PMC más grande pero puede que sí la más famosa. No ha rehuido la notoriedad pública, al contrario que otras cuyo trabajo pasa mucho más desapercibido. Y otras veces ha acaparado titulares a su pesar. Por ejemplo tras la muerte en la ciudad de Fallujah en marzo de 2004 de cuatro de sus empleados, cuyos cadáveres mutilados y quemados terminaron colgado de un puente. O por la polémica que causó su participación en labores de manteminiento del orden público en Louisiana tras el paso del huracán Katrina en el verano de 2005.
Empresas como Blackwater están en Iraq no bajo contrato del Departamento de Defensa de EE.UU. sino por el de Estado. La labor de los empleados de las PMC es proporcionar escolta al gran número de personal diplomático estadounidense en lugares como Iraq, Afganistán o Haití. No están bajo mando militar y no está muy claro bajo qué jurisdicción operan. Algunos militares estadounidenses se han quejado por la presencia de personal armado ajeno a la cadena de mando militar, en especial tras algún incidente con intercambio de disparos entre soldados y personal de seguridad.
Los diplomáticos estadounidenses y otros personajes VIP se mueven por Bagdad y otros lugares en caravanas de todoterrenos blindados donde por cada vehículo con una persona a proteger hay varios con personal de seguridad armado. En el caso de Blackwater, la empresa cuenta con una flota de helicópteros y vehículos blindados.
Al personal de seguridad privado se le ha acusado de ser «de gatillo fácil». Moviéndose por un país inmerso en una guerra civil y con policías y soldados simpatizantes de distintas corrientes de la insurgencia no es difícil imaginar situaciones donde caravanas de vehículos se hayan comportado de forma agresiva cuando hayan tenido simplemente que abrirse paso a tiro limpio.
Está por ver que la retirada de la «autorización» del Ministerio del Interior iraquí surta efecto. Cuesta imaginarse la retirada inmediata de los 1.000 empleados de Blackwater trabajando en Iraq dado el vacío que se produciría. Difícilmente otras compañías podrían reclutar a otros 1.000 personas en poco tiempo, dado el nivel de cualificación y experiencia que se pide para el puesto. O que los implicados en el incidente del domingo sean juzgados bajo las leyes iraquíes. Se trata de un pulso del gobierno iraquí con la Adminsitración Bush. Y cuesta imaginar que lo gane un ministro cuyo poder real llega poco más allá del pasillo que conduce a su despacho.
De nada!! Me preguntaron si conocía a algún buen analista y da la casualidad de que sobre este tema siempre recomiendo tus textos y los uso como bibliografía obligatoria en los cursos que imparto. Eres el mejor, no tienes que dar las gracias 😉
Bonita boz. Te has liado un poco pero se te entendia bien.
Nada, de aquí a poco de tertuliano con Ana Rosa. jijijijijijijiji
Felicidades.
despues de tanto tiempo leyendote, ahora se tu nombre.
voy a escucharme en cuanto pueda el audio.
Jesús, ayer escuché tu intervención por la mañana ( y eso que acababa de llegar de trabajar y me moría de sueño, pero aguanté ) y me dejo una cosa clara : da igual lo que les expliques a los periodistas, ellos oyen lo que les da la gana y dicen lo ídem.
Si no hay carnaza, no hay noticia. Si se demuestra que los de Blackwater no metieron la pata, nadie se molestará en publicar ni el 1% de lo que han dicho de ellos.
Saludos
Tiene gracia, pero no me he vuelto a oir. No he parado de pensar en lo que pude haber dicho y no dije, o la manera diferente en que podía haber expresado las cosas que dije.
Da igual hacerse una chuleta, los periodistas siempre te sorprenden saliendo por el lado que menos te esperas. Yo pensé que íbamos a hablar del incidente del domingo o de Blackwater. Pero de eso se encargó el corresponal de RNE en Washington.
En fin, espero que la próxima vez salga mejor. Si es que hay próxima vez…