Era hora de empezar a tachar la lista de países europeos que me faltaban por ver.
En Tallin estuve hace ocho años. Pero pasé por aquí rápido y corriendo. La idea de visitar un país de la antigua Unión Soviética resultaba atractivo e inquietante. Mi única referencia eran las de unos finlandeses que habían estado en Letonia en el año anterior y que me habían traído como souvenir las tiras de periódicos en ruso que en el hostal letón ofrecían como papel higiénico. El aspecto de los estonios parecía el producto de una mala interpretación de la estética ochentera. Pero eso ha cambiado. Tallin está bajo el síndrome Gallardón y sus habitantes han alcanzado ese estándar europeo producto de Inditex y equivalentes.
Pero lo interesante de Estonia es la apuesta decidida por las nuevas tecnologías. Aquí la mayoría de los jóvenes realizan sus operaciones bancarias por Internet, se ha implantado el voto electrónico y la e-administración es de la más avanzada de Europa. Eso la hace también especialmente vulnerable, como veremos.
Hace muy buen tiempo. Nada que ver con los chaparrones que anunciaba la información meteorológica del Weather Channel vía Yahoo (tercera vez que fallan prediciendo el tiempo durante uno de mis viajes en los últimos meses). Así que les dejo con las fotos que he hecho hasta ahora, que yo me voy a callejear y disfrutar de Tallin.
¿Y qué se come allí? ¿Hay embajadas de comida basura? ¿Kebaps?
Gracias por las fotos. Queremos ver muchas más.
Que te lo pases bien por alli!!!!
Saudos!