Apuntes sobre la guerra en Somalia

1. Mi profesor de Ciencia de la Administración nos decía «quienes protesta diciendo que la sanidad pública en España les parece tercermundista no se paran a pensar que en el Tercer Mundo ¡no hay sanidad pública!». Y es que vivimos en el mundo desarrollado dando por supuesto muchas cosas, como por ejemplo la figura del Estado. Lo que en Europa fue el resultado de un largo proceso que arrancó con el fin de la Edad Media, tomó carta de naturaleza con el Absolutismo y se consolidó con la Revolución Industrial (la Modernidad, al fin y al cabo) fue impuesto al resto del planeta con desigual fortuna. Tenemos banderas, himnos, monedas, sellos y selecciones nacionales de fútbol. Pero si en el mundo desarrollado tenemos tecnócratas, burócratas y servicios públicos, en muchos lugares del mundo sólo existe un cascarón vacío con el vitalicio presidente repartiendo cargos entre allegados tan ineptos como corruptos. Cuando las superpotencias cortaron el maná a los aliados del mundo periférico que habían servido de tablero de juego de la Guerra Fría muchas de esas entelequias se colapsaron. Una de ella es Somalia (*).

2. Sin un poder central fuerte los estados fallidos caen en un caos hobessiano del que emergen señores de la guerra, milicias locales y bandidos que controlan un fragmento del país con la legitimidad que proporciona un fusil de asalto Kalashnikov. Sin el imperio de la ley los estados fallidos se convierten en ruta de paso de tráficos ilícitos. Con el tiempo el pillaje, la piratería y el contrabando pasan de ser la fuente de financiación de la banda armada de turno a la mera razón de su existencia. La guerra se convierte en una extensión de la economía por otros medios.

3. Fuera del mundo desarrollado las aspiraciones vitales de las personas son las mismas: Poder desempeñar una actividad que les permita ganar la vida y poder vivir en su comunidad sin que un muyahidín, un sobel o malandro amenace su vida y sus propiedades. De ahí que surjan, a falta del Estado, quienes consigan aprobación y respaldo imponiendo orden y justicia, por muy totalitario que sea el primero o brutal que sea la segunda.

4. Somalia jugó su papel, cambio de alineamiento incluido, en la Guerra Fría por la importancia estratégica de su posición geográfica. Desaparecida la URSS, dejó de hacer falta contrarrestar a sus aliados en la zona. El país se convirtió en un juguete roto y abandonado. Las disputas políticas internas degeneraron en guerra civil que una parte del país aprovechó para independizarse. Ni la intervención de la ONU ni de EE.UU. sirvió para resolver la situación. Durante una década señores de la guerra, piratas y traficantes de qat fueron dueños de un país fragmentado según sus divisiones tribales. No es de extrañar que la Unión de Cortes Islámicas se conviertiera en la primera fuerza en dominar buena parte del país desde el comienzo de la guerra civil: No sólo se trataba de una coalición de tribunales de la sharia, sino de una fuerza política que supera las diferencias tribales.

5. En este río revuelto ha entrado a pescar Etiopía. No nos confundamos con el discurso elaborado para quienes sólo quieren saber sobre guerras contra el terrorismo. Etiopía tiene sus propios y antiguos intereses.

Como dijo aquel marine, agregado militar en Dushanbe, viviendo en directo la guerra civil de Tayikistán: «Si esto no es una guerra posmoderna, entonces no sé qué coño es una guerra posmoderna»

(*) Para los interesados recomiendo «África después de la guerra fría» de Mark Huband (aquí la edición original en inglés).

4 comentarios sobre “Apuntes sobre la guerra en Somalia

  1. Además, el caos en la zona se ve agravado por la superpoblación, las recientes sequías y la falta de oportunidades para vivir con cierta dignidad. Al menos parte de las hipótesis de Malthus parecen haberse hecho realidad en Somalia.

  2. #1 Tengo mis dudas sobre la superpoblación como problema. Las tasa de densidad de población no se correlacionan con subdesarrollo. Pensemos en Hong Kong, Japón o las islas Canarias.

    El problema está en la relación entre la población en países donde se desarrolla una economía de subsistencia y los recursos naturales a su disposición.

    #2 Daniel a mí sólo me queda agradecerte el comentario porque este blog bate records de visitas por un lado y por otro el de ausencia de comentarios de lectores.

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