Brecha generacional

Cuando estudiaba la carrera bromeaba diciendo que convertirse en uno de los mayores expertos en España de ciertas áreas de las ciencias sociales era sencillo. Sólo hacía falta dominar el inglés y entrar en Amazon.com con la tarjeta del banco. Navegaba por Internet y leía de cosas de las cuales jamás oí hablar a mis profesores.

Cuando decidí cambiarle el nombre a mi blog y miré en Google qué referencias había del término «Guerras Posmodernas», que evidentemente no inventé yo, encontré en los primeros lugares una página en Costa Rica y otra en Colombia. Ahora pasa que cuando me dedico en Google a hacer búsquedas de los temas que me interesan me encuentro que en los primeros lugares sale siempre mi propio blog.

El otro día hablé de Executive Outcomes, una compañía que se menciona en todos los libros que tengo sobre mercenarios y compañías militares privadas. No se me había ocurrido hablar de ella porque su historia me parecía más que conocida. Hasta que caí en la cuenta que lo sería para mí, que me dedico a leer revistas especializadas, navegar por foros temáticos y mando a pedir libros a EE.UU. A veces cuando recibo comentarios positivos por hablar de temas de una perspectiva nueva para mis lectores siento que me he limitado a poner en español lo que son ya lugares comunes fuera de nuestras fronteras.

Un día David me animó a buscar blogs de temática afín en español, ante mi manía de leer blogs del Lado Oscuro, y tras cierto tiempo de búsqueda desistí. Parecía que en español no había nadie que hablara de estos temas sin salpicar su blog de expresiones como «Eurabia» o «Islamofascismo». Aquí mismo conté mi sorpresa al escuchar al eminente director de un «think tank» español en la presentación de un libro. Confudió a los muyahidines de los años 80 con los talibán de los 90. Leyó pasajes del Corán para demostrarnos lo peligroso que es el Islam. Siempre digo que miedo me da el día que la gente lea el Levítico. Su campo de estudios nunca había sido el del «think tank», pero daba igual. Tras su nombramiento había publicado un librito en una editorial del grupo mediático-político de turno.

Este fin de semana he retomado la tarea de desmontar las teoría conspiranoicas del Lado Oscuro sobre el 11-M. La idea es reescribir lo ya hecho pero ahora más serio y concienzudo. Para empezar volví a leer el segundo capítulo de la serie de Luis del Pino, que dedica a Al Qaeda. Y luego lo contrasté con libros sobre Al Qaeda y terrorismo yihadista. No hay que darle muchas vueltas para darse cuenta que el personaje jamás en su vida se ha molestado en leer un libro o artículo medianamente serio sobre la naturaleza de Al Qaeda. Pero no importa. El líder de la oposición y un juez han tragado el anzuelo.

Me ahorraré la frase sobre «lo mucho qué ha cambiado el mundo tras el 11-S». La cuestión es que mientras no me alcanza el tiempo para leer libros, revistas, artículos y blogs en inglés sobre lo que les cuento en este blog, el panorma en España es un páramo. Me pregunto cuántos habrán oído hablar de William S. Lind y el concepto «Guerras de Cuarta Generación». Los «malos» en eso ya nos cogido la delantera.

La guerra es el asunto más importante para el Estado. Es el terreno de la vida y de la muerte, la vía que conduce a la supervivencia o a la aniquiliación. No puede ser ignorada. («El Arte de la Guerra», Sun Zi)

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