Bin Laden y los mitos necesarios

El 11-S muchas personas de izquierda se enfrentaron ante un dilema moral. Sus más elementales instintos humanos les hicieron horrorizarse ante un acto pavoroso del que se decía, calculando el número de trabajadores de las Torres Gemelas, había causado decenas de miles de víctimas. ¿Cómo no sentir horror y asco ante la muerte y la destrucción? ¿Cómo no sentir empatía con los ciudadanos de la única hiperpotencia global? ¿Cómo no condenar un acto cometido presumiblemente por aquellos a quienes hasta el momento se tenían por campeones de los débiles y abanderados del antimperialismo?

Muchas de aquellas personas de izquierda sintieron revolverse sus entrañas. Se sentían incapaces de sentir conmiseración por las víctimas y asco por los verdugos. La realidad les resultaba insoportable. Poco a poco en su cabeza se fue abriendo paso una terrible necesidad de reordenar la realidad. Aquellos ejecutivos estadounidenses bien trajeados que se alejaban de la Zona Cero cubiertos de polvo y cenizas no podían ser víctimas dignas de afecto. Aquellas mujeres que mostraban una foto de un familiar y miraban a la cámara preguntando si alguien había visto a sus seres queridos pero sin terminar la frase al romper a llorar no podían ser objeto de pena. Los estadounidenses no eran dignos de recibir el status de víctima. La muerte de miles de ellos no podía ser un acto que lamentar.

Y así se abrió paso una idea. Todo debía ser mentira. Un acto tan brutal y espeluznante que nos obligaba a sentirnos neoyorkinos también nosotros aquel día sólo podía ser una maniobra deliberada de poderes ocultos en la sombra. Un criminal del calibre de Bin Laden sólo podía ser agente a sueldo de Washington. El 11-S debía ser sin duda una operación clandestina de la CIA o del mismísimo Mossad, un plan perfectamente articulado por los más implacables halcones neocón de la administración Bush.

Miles de personas de izquierda respiraron entonces aliviadas en todo el mundo. Habían encontrado por fin poderosas razones para no participar en el horror y la conmoción generalizada. En el peor de los casos, se dijeron, si el tal Osama Bin Laden existía sólo estaba haciéndole pagar a EE.UU. por todos sus desmanes en el mundo. Miles de personas de izquierda volvieron a mirar otra vez a sus televisores, y mientras el resto del mundo miraba con horror y costernación las mismas imágenes ellos no sintieron nada.

Hoy en radiocable.com me han entrevistado. Hablé de la guerra de Afganistán en los años ochenta, el papel de Bin Laden en ella y el origen de la yihad global. Desmontando el mito de «Bin Laden fue agente de la CIA» salió un titular: «Bin Laden no necesitaba los cheques de la CIA para llegar a fin de mes».

13 respuestas a “Bin Laden y los mitos necesarios

  1. Vas mejorando respecto a la del otro día en RNE1, a esto ritmo te veo de tertuliano en la radio. Vas a tener que empezar a fumar.

  2. Pues no sé, pero yo siempre he pensado que los acontecimientos del 11-S en EE.UU habían sido – por omisión, por dejar hacer – «autorizados» por la cúpula de la intelligentsia norteamericana.

    Dejaron que se produjera para instrumentalizar el acontecimiento después.

    Pero bueno, de la Operación Ogro para eliminar a Carrero Blanco siempre he pensado lo mismo. Ciertos elementos internos del Régimen lo sabían pero prefirieron «dejar hacer».

    Y del secuestro de Aldo Moro también leí en alguna ocasión que tenía extrañas conexiones.

    En fin, ya me dijo el médico que no me pasase con el Rubifen ni estuviera todo el tiempo leyendo a Robert_Anton_Wilson.

    Saludos.

  3. Muy bien en la radio. Te veo de tertuliano. Pero no hagas tanto matices, que a los medios lo que le gusta son las afirmaciones tajantes. Que a veces pueden ser inexactas pero llaman más la atención.

  4. no creo en el complot mundial, pero sí creo en los intereses de grupos económicos que pesan mucho más que la marioneta Bush…

    Para mí, Bin Laden no existe. Es sólo la excusa para empezar una guerra con un enemigo esquivo que trabaja en modus operandi de red. Y por supuesto, la detonación del choque abrió las posibilidades de que EEUU pueda entrometerse en la vida de cada ser humano, incluso chequeando tus cuentas de correo u algunas palabras como bomba o atentado.

    Dame una excusa y desataré la guerra que necesito.

  5. Muy buena entrada, pero por favor, no caigas en la generalización fácil. Yo soy de izquierdas y creo que existe Bin Laden y además sentí, y siento todavía, un enorme pesar por las víctimas de ese acto terrorista atroz. Te recuerdo que en España son precisamente un grupo numeroso de personas de (ultra) derecha los que absuelven al terrorismo islámico de la autoría de los sangrientos atentados del 11-M en suelo español y defienden paranoicas teorías conspirativas que nada tienen que envidiar a los complots de la CIA y demás chorradas. Las teorías conspiranoicas no son exclusivas de la izquierda: independientemente de su color político, las masas se tragan tonterías como que el vuelo 93 de United fue derribado, que el hombre no llegó a la Luna, que el Pentágono fue alcanzado por un misil o que Elvis y el Fary viven ocultos en Vladivostok. Los complots son a la Historia lo que la astrología a la astronomía: teorías atractivas y facilonas para todos los públicos que explican la realidad sin necesidad de complicarse la vida (ni atender a la verdad).

    Un saludo y enhorabuena por el blog.

  6. Las conspiraciones las veo más propias de gente poco propensa a ser crítica. Es un mito un… como lo diria. Bueno un mito. Por lo que respecta a Bin Laden una cosa es que trabaje para la CIA. Eso no es verdad, por supuesto, el siempre ha ido por libre. Pero otra cosa muy diferente es la realidad de que el «monstruo» que fue Al-Qaida fue indirectamente alimentado por la CIA via Paquistán cuando cedían sus cheques en blanco a toda resistencia afgana contra la presencia soviética en la zona. Por tanto los orígenes de la fuerza de los talibanes y tambien de Bin Laden están bastante relacionados con el patrocinio económico que de ellos hizo la CIA. Otra cosa por supuesto es que fueran trabajadores a sueldo eso no. Pero que USA jugó a aprendiz de brujo en afganistan, de eso no me cabe la menor duda. Después, como suele pasar en estos casos, se les fue de las manos aunque claro quien iba a prever que Bin Laden haría, sería capaz, pretendería,… hacer algo como lo de las torrres gemelas? Nadie. Resulta el 11S uno de esos imponderables históricos que resultan fascinantes y a la vez horripilantes.

  7. Me sumo a la crítica de Flanker: Muy pobre y facilona la generalización («muchas», «miles») sobre la cerrazón esquizofrénica antiyanqui de «la izquierda»…

    Más allá del rancio y demagógico tópico de tomar a los EEUU como fuente de todos los males habidos y por haber, no podemos eludir varios aspectos oscuros y más que cuestionables de su política internacional. Por un lado, el que los gobiernos de EEUU, al igual que en su momento fomentaron golpes y dictaduras ultraderechistas en Iberoamérica, por aquello de «los enemigos de mis enemigos..», han alimentado por acción u omisión el fenómeno yihadista (Afganistán) -también Europa tuvo su tanto de culpa al tolerarlo (¿consentirlo?) en su seno (Bosnia, Kosovo)-. Ya ni hablamos del ¿error, triunfalismo, aseguramiento de recursos? causante del caos actual en Iraq y el que se espera en Afganistán -verdaderos viveros de futuros terroristas-. Y, last but not least, la que ha sido (para el mundo árabe primero, y luego, por extensión, el musulmán e incluso «la izquierda»), fuente de la discordia por excelencia durante la segunda mitad del S.XX, (hoy devenido en uno más de los escenarios/agujeros negros de la desestabilización mundial), la posposición y doble rasero con respecto a la ocupación israelí de los territorios palestinos.

    Por otro, no se nos debe escapar que, desgraciadamente, hoy en día es frecuente que todos los que miran sus televisores (me tomo la licencia de generalizar) no sientan nada… no sólo los «miles de personas de la izquierda». Es el síntoma de los tiempos.

  8. Una buena forma de hurgar en la conciencia de «la izquierda» de «la progresía», de toda esa nueva clase social (funcionarios o dependientes en mayor o menor medida de la «Administración») que se generó en los últimos años alrededor de una determinada fuerza política, aunque en algunas zonas de España, Galicia para más señas, esta nueva clase social emergente se generá alrededor del «nacionalismo de izquierdas».

    Son anti-imperialistas (anti-USA fundamentalmente, otras formas de imperialismo no interesan), son pro-palestinos (los israelís son el mal personificado…, interesante enlace encontré en este blog que desmitifica bastante el asunto), son pacifistas (pero nunca tantas fuerzas armadas españolas estuvieron en el exterior), son «conspiracionistas» (reproducen a los niveles que les interesan de análisis político y social teorías de la conspiranoya, similares a las estupideces del eje COPE-PP-ELMundo), en fin no quiero desviarme del comentario de tu pulla.

    Es cierto, las conciencias de esta nueva clase social (no los calificaría de ninguna forma de izquierdas, que sabrán ellos del mundo obrero) se aplacan en la justificación de según quienes son los muertos que tengamos encima del tapete…

    Un ejemplo, en una cena (de los veinte comesales era yo el único trabajador) se reacciona con aireada indignación cuando se me ocurre, a raiz del conflicto palestino, comentar que también sufría la población cívil judía lanzamiento de cohetes de forma indiscriminada y que se utilizaba población cívil árabe como escudos humanos) extremo este que denunció Amnistía Internacional. Más calificativos de «facha» cuando comento que la bandera española es patrimonio de todos los ciudadanos…

    En fin… y este menda con una formación clásica marxista…

  9. Aunque mantengo mi opinión inicial, he de reconocer con pesar que como persona de izquierdas me he encontrado con muchos amigos o conocidos (no la mayoría) que mantienen un discurso parecido al que criticas en la entrada. Desgraciadamente, el tan manido, pero no por ello menos real, odio hispano a los EE.UU. es un lastre muy pesado entre ciertos sectores de la izquierda de nuestro país. No hay nada peor que un progre proselitista que cree que lo sabe todo después de haberse leído un par de libros de Chomsky (no me malinterpreten, reconozco que soy fan de Chomsky). El mundo político, como el real, ama los dogmas y estereotipos. Del mismo modo que a mucha gente le choca un joven con greñas que toque el violín en una orquesta sinfónica, a mucha gente le choca que una persona de izquierdas pueda no albergar un antiamericanismo visceral o no estar en contra (porque sí) de la energía nuclear. Como he dicho, soy de izquierdas, no militante del PSOE o IU y no tengo que rendir cuentas ante nadie. Si hay algo que me molesta últimamente es ese tono de «buen rollo» de parte de la izquierda de este país ante los fundamentalismos islámicos. De modo y manera que la izquierda se pasó siglos rechazando la religión, identificándola acertadamente como el opio del pueblo y luchando por una sociedad laica, para que ahora nos digan que permitir a una niña llevar un símbolo religioso discriminador en un colegio público (por lo tanto, pagado por todos) es un símbolo de tolerancia. Pues andamos listos.

  10. Aunque Flanker y J tienen razón en lo de que las conspiraciones no son sólo cosas de los «rojos», es cierto que mucha gente ha abrazado la supuesta conspiración del 11-S como forma de seguir llevando su antiamericanismo a pesar del horror que han contemplado. Las conspiraciones de la derecha, por su parte, son variadas. Además del 11-M, mi favorita es la de «los americanos se dejaron machacar en Pearl Harbour». Mucha gente cree que, diciendo esto, quedan de antiamericanos y de izquierdas a tope. Pero, en mi opinión, la «conspiración» parte de la derecha americana: por un lado evita que los americanos asuman que un pueblo «inferior» les dio una sorpresa y una paliza mayúscula aquel 7 de diciembre; por otra parte, la conspiración debería llamarse «Franklín Delano Roosevelt, el presidente con ideas socialdemócratas y reelegido cuatro veces, dejó que los japoneses nos atacasen para entrar en guerra». Siempre lo he visto como un intento de rebajar la indudable talla de FDR y sustituirlo como mejor presidente del siglo XX por otros, como el vaquero aquel de los 80, ¿como se llamaba? ;-).

  11. Flanker, el pañuelo no es un símbolo religioso sino cultural. Hay paises árabes donde no obligan otros donde sí pero es que sin ir más lejos no hace ni 50 años en españa las mujeres también lllevaban el pañuelo. En realidad para mí no hay ningún problema y pienso que en segunda o tercera generación las chica arabes dejan de llevarlo fijo. De hehco hay muchas que ves que son árabes pero van totalmente a la europea porque «pasan». Otras no. Respetar eso no es respetar símbolos religiosos. Y es más cuanto más nos opongamos a costumbres de otras personas más se reforzará su interés en mantener dichas costumbres. Es la típica reacción defensiva. No vale la pena sinceramente. Cada uno que vaya como quiera mientras no moleste al de al lado. Y no creo que moleste a nadie ver a una chica con un pañuelo en la cabeza.

    Y respecto al tema de la conspiración… ya lo dije, en este mundo hay de todo pero esa teoria conspirativa la del 11S como la del 11M como la de Lady Di no tienen nada que ver con izquierda o derecha. Relmente no. Tiene más que ver con la tendencia humana a buscar explicaciones más grandilocuentes a cosas tan sencillas como que la princesa murió en accidente de tráfico. Siempre existe una tendencia a pensar, «aqui tiene que haber algo más» pero en realidad es un engaño del intelecto, si se analiza el razonamiento de forma crítica.

  12. Eso de la diferencia entre religión y cultura me parece un discurso posmoderno que no tiene sentido. Toda religión ES cultura, entendiendo como cultura los valores que impregnan una sociedad. Otra cosa es que los propios practicantes de una religión estén de acuerdo con todos los valores y obligaciones que impone una determinada religión o que en las modernas sociedades laicas esos valores estén por detrás de otros (democracia, libertad de expresión, etc…)¿Cuantos de entre los que se dicen católicos cumplen a rajatabla las obligaciones de la Iglesia del Papa Ratzinger? Pues me da que muy poquitos, por suerte. Si crees que la segunda o tercera generación de inmigrantes islámicos abandonarán el hiyab para vestir a lo occidental, vas apañado. Ya puedes esperar sentado. No tienes más que ver a Turquía o la propia Arabia Saudí: pese a que el nivel de vida y educación no ha parado de aumentar en esos países, del mismo modo lo ha hecho el fundamentalismo islámico. Es un grave error pensar que el fundamentalismo se combate con tolerancia y buen rollo. El Islam, como cualquier otra religión, es un sistema de creencias anquilosado en el pasado que fomenta la violencia y la discriminación contra la mujer…y antes de decir nada sobre la paz que predica el Islam, mejor nos leemos el Corán o la Biblia y disfrutamos un rato de esos relatos de genocidios y ejecuciones de infieles.

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